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viernes, 13 de julio de 2012

Cómo saber si el bebé toma suficiente leche materna: el peso

Vamos a daros unos consejos para saber si el bebé toma suficiente leche materna fijándonos en su peso, como hicimos en un tema anterior sobre las micciones, las heces y el estado general.

Hay bebés que van a necesitar suplementos

Sin embargo, antes de pasar a ello, quisiera remarcar que, aunque, sin duda alguna, la leche materna es lo mejor que pueden tomar los bebés, si el médico lo indicara podría ser necesario suplementar la lactancia materna directa con leche extraída y, en algunos casos, con leche artificial.

Precisamente por esa razón es importante saber si el bebé toma suficiente leche materna con seguridad.

Quiero remarcar esto en la exposición. La leche materna es lo mejor pero, cuando el bebé, realmente no está recibiendo suficiente leche es conveniente tener en cuenta que en algunos casos será necesario usar leche artificial.

Por mucho que deseemos una lactancia materna exclusiva lo primero es que el bebé esté bien nutrido. Esa es la prioridad máxima. Si hay un problema con la lactancia este podrá, casi seguro, ser superado, pero mientras lo primero es que el bebé siga recibiendo suficiente alimento.

Antes de usar un suplemento por considerar que el bebé no toma suficiente leche materna hay que estudiar bien el caso particular y buscar un correcto asesoramiento, sea de un pediatra verdaderamente conocedor de la lactancia materna, sea de una Consultora de Lactancia Certificada (IBCLC).

No es que vayamos a dar un biberón ante cualquier duda, pero si hay que saber que la leche artificial puede ser imprescindible en casos en los que haya realmente una nutrición inadecuada, al menos temporalmente mientras se adoptan medidas para mejorar la lactancia materna.

Lo importante es dar con un buen profesional, que no mande biberones “alegremente”, pero que si sepa cuando son necesarios a la vez de ayudar a la madre para solucionar el problema. Con los recién nacidos es importantísimo, vital, mantener una nutrición e hidratación correctas cuando se detecta que no está recibiendo suficiente leche.

Cómo saber si el bebé toma suficiente leche materna: el peso

No hay que alarmarse si el bebé pierde peso los primeros días de vida, es absolutamente normal. Los bebés suelen perder entre un 4 y un 6% de su peso y hasta un 10%. Es algo fisiológico y lo empiezan a recuperar a partir del tercer día, siendo lo normal que a la semana lo recuperen.

Cuando la pérdida de peso es mayor del 10% pueden tardar hasta tres semanas en recuperarlo y en este caso hay que estar muy atentos a su evolución.

Si la pérdida de peso supera el 5% puede estar indicada una suplementación con leche extraída dada con cucharilla y, desde luego, habrá que revisar la lactancia para detectar mala postura y ofrecerla a libre demanda, aumentando la frecuencia de las tomas y retirando los chupetes si se estaban usando.

Todos los bebés deberían ser vistos por el pediatra dos o tres días después de salir del hospital, y especialmente los que no hayan recuperado su peso al nacer para que pueda ser detectada una posible deshidratación o falta de nutrición adecuada. Si el bebé está muy adormilado y no pide comer también es especialmente importante el control del pediatra.

Si el bebé no aumenta de peso puede suceder que la lactancia se haya instaurado mal desde el comienzo, por culpa de no haber empezado en la primera hora, haberlo separado de la madre, permitir la lactacia solamente cada tres horas o usar chupetes o biberones. Por eso es fundamental un inicio correcto de la lactancia y que la madre reciba ayuda y asesoramiento.

Cuando los bebés han recuperado su peso al nacer hay que seguir su evolución pero debemos entender que las gráficas de peso que a veces se usan están hechas pensando en niños con lactancia artificial y que no es necesario que aumenten 200 gramos por semana. La OMS publica tablas indicadoras de aumento de peso esperable, pero como decíamos, hay que interpretarlas correctamente.

A partir de los dos meses el aumento de peso semanal va a disminuir en los bebés amamantados y debemos entender que las tablas de percentiles no indican salud, sino un crecimiento en la normalidad. Un bebé que esté en el percentil 5 puede estar perfectamente sano, tanto como uno que esté en el 95.

Si el peso o la talla del niño son muy bajos, por debajo de lo que la estadística indica como normal puede suceder, sencillamente, que sea un niño delgado o bajo, pero sano. Sin embargo, puede considerarse necesario descartar problemas.

En el próximo tema veremos más detalladamente otros aspectos interesantes que tener en cuenta para detectar si el bebé no recibe suficiente leche materna: las causas médicas de la hipolactia (escasa producción de leche materna) y los métodos que son inútiles para controlar el aumento de peso del bebé.

La dieta en el embarazo influye en el sueño del bebé

Si sueñas con un bebé que tenga un buen descanso, y que te deje dormir a ti también, entonces vigila tu dieta y sigue las recomendaciones de suplementos nutricionales que te indique tu médico.

Es que el ácido fólico en el embarazo suma un nuevo beneficio, en relación al desarrollo emocional y comportamiento del futuro bebé. Un estudio de científicos holandeses determinó que niveles bajos de ácido fólico (vitamina B9) en la madre antes de y durante el comienzo del embarazo aumentan en casi un 60 por ciento los problemas emocionales y de comportamiento de los hijos a los 18 meses y a los tres años, cuando se los comparó con niños cuyas madres sí habían recibido los suplementos de vitaminas.

Así, hace años que se sabe que el ácido fólico ayuda a prevenir defectos del tubo neural, pero también tiene otros beneficios, a nivel intelectual y de comportamiento.

También, es importante que las embarazadas sumen esta vitamina en sus dietas, consumiendo vegetales verdes, frutas, cereales, legumbres, levaduras, frutos secos e hígado. Este nuevo estudio se suma a otros que ya habían asociado la dieta materna durante el embarazo con el comportamiento del bebé.

De esta manera, no sólo se previenen malformaciones graves – aunque poco comunes – sino que también se beneficia a todos los recién nacidos de manera general, y a sus padres quienes quizá puedan dormir un poco mejor. Se cree que la explicación está dada por cambios epigenéticos en el embrión y el feto provocados por la dieta materna.

miércoles, 4 de julio de 2012

Cómo prevenir la anemia en el embarazo

La futura mamá necesita un aporte extra de hierro para hacer frente a las nuevas necesidades de su organismo, para el desarrollo del feto y para acumular reservas de cara al parto. Este mineral proviene de los alimentos que tomamos, pero, ¿qué hacer cuando no es suficiente y aparece la anemia?

La anemia en el embarazo produce cansancio, dificultad respiratoria, palidez y a veces mareos, entre otros síntomas. Para prevenir su aparición conviene incluir en la dieta alimentos ricos en hierro: el hígado, las carnes rojas y las almejas son una buena fuente de este mineral, también contienen cantidades considerables de hierro, la ternera, el pollo, el huevo, los pistachos, las habas secas y las espinacas.

Una alimentación equilibrada puede proporcionar de 10 a 15 mg de hierro, el problema es que de ellos el organismo solo aprovecha 2 o 3 mg (al final del embarazo la futura mamá necesita 8 mg diarios), por ejemplo, el que aportan los alimentos de origen vegetal se absorbe peor que el que aportan los alimentos de origen animal.
Tratamiento para embarazadas con anemia

A algunas mujeres, el ginecólogo les prescribe un suplemento de hierro a partir de la segunda mitad del embarazo para prevenir la anemia. Se considera que la futura mamá tiene esta enfermedad cuando la hemoglobina está por debajo de 11,5 g/dl, el hematocrito es menor del 33% y el recuento de glóbulos rojos es inferior a 3.800.000. El tratamiento para embarazadas con anemia consiste en suministrar dosis elevadas de hierro por vía oral, dos o tres pastillas de 300mg de sulfato ferroso al día.

martes, 12 de junio de 2012

Cambios en la alimentación durante el embarazo

Cuando una mujer se entera de que está embarazada, una de sus primeras preocupaciones es conocer cuánto y qué comer, pues los hábitos alimenticios de la madre influyen en la salud del bebé. Te damos las pautas para comer bien en el embarazo.

¿Qué alimentos son imprescindibles?

La gestación aumenta las necesidades energéticas, pero no se trata de comer más, sino de cambiar los hábitos alimenticios para proporcionar al organismo los nutrientes esenciales para la buena salud de la madre y el feto.

El calcio (leche y derivados) es fundamental para el desarrollo de los dientes y huesos del bebé; el hierro (carne, pescado, huevo, legumbres), para la formación de los glóbulos rojos; y los ácidos grasos

Omega3 (pescado azul, nueces), para el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso.

Una dieta equilibrada

Una dieta equilibrada debe contener cada día:

4 ó 5 raciones de carbohidratos (patatas y cereales, como pan, arroz o pasta).
5 ó 6 raciones de frutas o verduras.
2 raciones de proteínas (carne, pescado, huevos, legumbres o frutos secos).
3 ó 4 raciones de leche o derivados: 
1 vaso de leche, 2 yogures y 1 trozo de queso. Si la leche no gusta demasiado o no sienta bien, se pueden tomar más yogures o productos enriquecidos en calcio. También se puede consumir queso fresco con la pasta, en las ensaladas...

¿Qué tomar para aliviar las náuseas?

Conviene desayunar pan o galletas sin levantarse de la cama para asentar el estómago en ayunas. Después se puede tomar una pera, queso bajo en grasa y un yogur. Hay que procurar no beber hasta que hayan pasado unas horas y no mucho en las comidas.

¿Por qué cambian los gustos?

Con cierta frecuencia, la embarazada experimenta cambios en sus preferencias culinarias que se relacionan con variaciones de la sensibilidad gustativa.

Así, puede encontrar desagradable el sabor o el olor de ciertas comidas que antes le gustaban. Y, al contrario, puede experimentar una marcada apetencia por alimentos que antes no le llamaban la atención (los consabidos « antojos»).

La razón no es psicológica, sino hormonal. Estas preferencias no tienen importancia si no alteran la dieta variada y equilibrada. La alimentación es algo muy serio y no debe estar dirigida por las apetencias puntuales.

Si se come bien, ¿por qué mandan suplementos?

Aunque la mayoría de los nutrientes pueden obtenerse con una buena alimentación (salvo el ácido fólico, ya que los requerimientos son ahora muy elevados), los médicos, ante la duda –no pueden controlar la dieta de cada mujer–, prefieren recetar ácido fólico y yodo para asegurar el buen desarrollo del feto.

El consumo adecuado del primero (espinacas, aguacates, almendras, avellanas, nueces...) antes de la concepción y al principio del embarazo reduce el riesgo de defectos del tubo neural ( espina bífida). Y su administración en comprimidos previene estas malformaciones.

El yodo es necesario para que los órganos del feto, sobre todo el cerebro, crezcan y maduren adecuadamente. Está en los pescados y la sal yodada.

El hierro y el calcio se prescriben si se observa una carencia.

¿Cómo dar sabor a los platos?

Para evitar pasarse con la sal y no abusar de las salsas, se pueden condimentar con hierbas: romero en la carne, albahaca en la ensalada y eneldo en el pescado. Y en todos los platos, perejil, rico en vitamina C.

¿Qué hay que evitar?

No hay comidas prohibidas, pero sí enfermedades peligrosas para el feto, como la listeriosis y la toxoplasmosis, que se transmiten a través de ciertos alimentos, lo que aconseja evitarlos y seguir ciertas medidas higiénicas.

Así, para tomar embutidos crudos con tranquilidad conviene congelarlos previamente. También el pescado crudo.

Las verduras y hortalizas deben limpiarse con agua y unas gotitas de lejía apta para alimentación.

Es importante cocinar bien todos los alimentos y no consumir ahumados (salmón, trucha, bacalao...).

Hay que recalentar todas las sobras de comida hasta que salga vapor. El calor ayuda a matar cualquier bacteria que pudiese haber.

No se recomienda comer quesos blandos, como feta, brie o camembert, ni de pasta enmohecida o con vetas azules, como el roquefort o el cabrales.

Se pueden tomar sin riesgos los quesos pasteurizados, ya sean duros (manchego, cheddar...), para untar o cremosos, y el requesón industrial.

¿Cómo resistirse al picoteo?

La clave está en seguir un orden. Si se hacen cinco comidas al día, es difícil pasar hambre.
El desayuno debe ser consistente y a media mañana y en la merienda se puede tomar fruta o yogur.

En la comida y en la cena hay que consumir todos los nutrientes necesarios, en pequeñas cantidades.

Al cocinar habrá que echar imaginación para evitar los fritos y grasas.

Se puede guisar con caldo (en lugar de aceite), cocer al vapor o usar más el horno y el microondas.

¿Cuánto café se puede tomar?

Lo mejor es no tomar nada, aunque si apetece mucho no conviene pasar de una taza al día y no endulzarlo con edulcorantes, sino con azúcar (un cucharada pequeña) o, mejor aún, con miel.

La cafeína también se encuentra en los refrescos de cola y en muchas bebidas energéticas.

¿Qué hacer para no pasarse de peso?

Al principio del embarazo no es necesario comer más. La futura madre debe tomar las mismas cantidades que comía antes de quedarse embarazada, en torno a las 2.000 calorías diarias.

En el segundo trimestre se puede ir aumentando progresivamente la ingesta hasta llegar a las 2.400 calorías en el último trimestre, periodo en el que se detecta un aumento de las necesidades nutritivas debido al crecimiento del feto.

Entonces, necesitará comer algo más, pero siempre con menús equilibrados y variados. Cuando una mujer parte de un peso correcto, lo ideal es engordar entre 9 y 12 kilos. Pero si antes del embarazo tenía sobrepeso, no debería coger más de 7 kilos.

¿Y para evitar la acidez de estómago?

La acidez de estómago es frecuente en el tercer trimestre, por la mayor presión del útero sobre el estómago.

En las comidas ayuda tomar primero un poquito de arroz, pasta y patata hervida.
Y después pescado en lugar de carne.

Hay que evitar los alimentos que irritan el esófago: condimentos (vinagre, pimienta), platos con tomate, frutas cítricas (naranja, mandarina, pomelo, limón) y, en general, la fruta en ayunas.

También hay que prescindir de los alimentos que retrasan el vaciado gástrico, como los fritos, estofados o guisos grasos, y las bebidas carbonatadas (con gas), café, té y chocolate.

Dietas para problemas especiales (diabetes, hipertensión...)

Si se desarrolla diabetes gestacional es esencial distribuir las calorías y los hidratos de carbono a lo largo del día; no hay que saltarse ninguna comida y evitar por completo el azúcar, y los dulces.
El desayuno es fundamental porque los niveles de azúcar en sangre están más descompensados por la mañana.

En el caso de que la futura madre tenga la tensión alta, la dieta debe ser rica en frutas y verduras y baja en sal.

"Los bebés amamantados podrían tener un mejor desarrollo cognitivo"

Hemos hablado en varias ocasiones de estudios que señalan que los niños que son amamantados tienen un mejor desarrollo cognitivo y que, por el contrario, la leche artificial se relaciona con resultados inferiores en este aspecto. Ahora la revista Pediatrics ha publicado un nuevo estudio que reafirma estas afirmaciones comparando el desarrollo cognitivo según el tipo de alimentación de bebés hasta el año de vida.

Los investigadores hicieron el seguimiento de bebés alimentados con leche materna, leche artificial procedente de vacas y preparados de soja con el objetivo de discernir si había problemas de desarrollo relacionados con el tipo de alimentación no natural y si, en cambio, alguno de los métodos tenía un reflejo en las capacidades y desarrollo cognitivo de los niños.

La muestra era de 391 bebés y se les realizaron diversos test que miden el desarrollo cognitivo, la capacidad lingüistica. Se tuvieron en cuenta factores como la edad de la madre y su cociente intelectual, el perímetro craneal, la edad gestacional, el peso al nacer y el nivel socioeconómico de las familias.

Los datos se tomaron cuando los bebés tenían 3, 6, 9 y 12 meses para poder evaluar el impacto de la forma de alimentación en cada etapa.

Los resultados fueron claros. Los bebés que recibían alimentación artificial, fuera proveniente de leche de vaca o de preparados de soja tenían resultados parecidos. Sin embargo, los bebés que eran amamantados tenían resultados algo mejores en las áreas analizadas: desarrollo psicomotriz, desarrollo congnitivo y lenguaje. Además, tenian muchas menos posibilidades de puntuar en la parte inferior de las tablas.

La conclusión del estudio es que el tipo alimentación artificial con preparados de soja no perjudica el desarrollo cognitivo de los bebés en comparación con la leche artificial proveniente de leche de vaca. Sin embargo la lactancia materna si se relaciona con unos resultados en los test cognitivos levemente superior.

La importancia de una buena hidratación en el verano para los niños

En verano y con la llegada de las altas temperaturas es importante mantener una correcta hidratación, especialmente en el caso de bebés y niños ya que se pueden llegar a deshidratar mucho más rápido que un adulto.

En el caso de los bebés alimentados con lactancia materna, están protegidos. La leche de su madre aporta todo el líquido y los minerales que los mantienen vitales. Ofrecer el pecho a demanda en días y momentos de mucho calor, en tanto que la mamá debe mantenerse bien hidratada, consumiendo hasta tres litros de agua al día.

Si en cambio el niño tiene lactancia con biberón, se pueden ofrecer biberones de agua mineral, sin obligar al niño a que beba. En todo caso, hay que cuidar muy bien la preparación de la leche, para que no quede demasiado concentrada y así estemos aportándole menos líquido del que necesita la criatura.

Cuando un bebé o niño se deshidrata, se puede detectar por síntomas como la ausencia de lágrimas; sequedad en piel, boca y lengua; disminución en la secreción de orina o deposiciones menos blandas.

Los bebés y niños son más propensos a cuadros gastrointestinales, es una forma habitual de deshidratación en época estival. Consultar al médico en estos casos sin dejar pasar demasiado tiempo, ya que un cuadro de diarrea o vómitos severos puede deshidratar seriamente al niño en cuestión de horas.

Procura mantener hidratada la piel del bebé para evitar una mayor pérdida de agua, debido a que su función barrera no está aún madura.

Hay que evitar siempre la exposición directa y/o prolongada al sol en horas centrales, ya que el niño puede sufrir un golpe de calor. Hay que vestirlos con ropa ligera y fresca.

Los consejos pueden resumirse en pocas pautas: ofrecer al bebé el líquido necesario, evitar su exposición al calor y acudir al pediatra si pierde más liquido del normal.

lunes, 21 de mayo de 2012

Continuar la lactancia mientras se incorpora gluten a la dieta del niño reduce las tasas de enfermedad celíaca

Los niños cuyas madres continuaron dándoles el pecho cuando incorporaron gluten a su dieta, tienen un 60 por ciento menos de probabilidades de desarrollar la enfermedad celíaca.

Recordemos que esta dolencia se caracteriza por una intolerancia alimentaria al gluten, presente principalmente en productos derivados del trigo, la avena, la cebada y el centeno (TACC). La lactancia prolongada tiene un efecto benéfico entre quienes tienen los genes para desarrollarla.

La Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, indica que prolongar la lactancia mientras se introduce gluten en la alimentación del bebé – a partir de los cuatro meses – ayuda a que las probabilidades de desarrollar la enfermedad disminuyan. La lactancia tiene ese efecto protector para el niño mediante mecanismos biológico complejos, entre los que se incluyen la creación de defensas de las infecciones y el desarrollo de la tolerancia frente a antígenos alimentarios.

Los síntomas más comunes de enfermedad celíaca en niños son diarrea crónica, distensión abdominal y pérdida de peso, aunque la dolencia puede diagnosticarse en diferentes momentos de la vida, incluso en la edad adulta. Un buen diagnóstico evitará las consecuencias de la enfermedad, como carencias nutricionales, osteoporosis, osteopenia, y el desarrollo de otras enfermedades autoinmunes.

En cualquier caso, la lactancia suma un nuevo beneficio, y si tu hijo tiene celiaquía, lo mejor es que lo trate un especialista en este tipo de enfermedades.

martes, 8 de mayo de 2012

La extracción manual de leche ayuda a los prematuros

Los bebés prematuros pueden tener problemas para succionar la leche materna directamente del pecho o no conseguir suficiente nutrición solo con la lactancia directa. Por ese motivo se suele usar leche extraída y, en algunos casos, para garantizar la adecuada alimentación, se indican complementos especiales. Sin embargo, un estudio que publicó el Journal of Perinatology ha mostrado como se puede conseguir leche materna con mayor contenido graso con la extracción manual combinada con el extractor eléctrico.

Los bebés muy pequeños pueden no tener fuerza para llegar al final de la tetada, cuando la leche es más densa y calórica. Y esta puede ser fundamental para su óptimo desarrollo.

El interés de este estudio radica en que ofrece un método para lograr aumentar el valor calórico de la leche extraída por las madres de bebés prematuros.

Con el extractor eléctrico se puede mejorar notablemente la producción, sin embargo, en este estudio han constatado que si las madres, además de las sesiones con sacaleches, hacen extracción manual, logran, además de aumentar la producción global, extraer esa leche densa y más viscosa que fluye muy lentamente.

El trabajo ha medido la composición de la leche extraída con el sacaleches eléctrico y la lograda por madres que combinaban ese método con la extracción manual, obteniéndose como resultado que las segundas podían ofrecer una leche más calórica, posiblemente por el ordeño manual del final de la tetada, más efectivo y menos molesto con las manos.

El conseguir leche materna rica en nutrientes y más calórica es fundamental para el desarrollo de los bebés prematuros.

La grasa de la leche materna es más facilmente digerible y el bebé obtendría más vitaminas liposolubles, además de ser más rica en ácidos grasos poliinsaturados, que son fundamentales para el desarrollo cerebral. Además, evitar las proteínas de la leche de vaca es un factor protector contra alergias y problemas intestinales.

Por esa razón, poder alimentar a los prematuros con leche humana gracias al método de extracción combinado debe ser muy valorado. La extracción manual de leche ayuda a los prematuros a tener una nutrición óptima y natural.

jueves, 3 de mayo de 2012

¿Se puede hacer dieta durante la lactancia?

Muchas mujeres ganan demasiado peso durante el embarazo y, tras el parto, ven que perder peso no es tan fácil como pensaban. ¿Se puede hacer dieta dando el pecho? ¿Las dietas hiperproteicas son interesantes? Carlos González nos da las claves para perder peso sin dañar la salud.

Durante el embarazo es muy fácil engordar más de lo recomendable y, cuando llega el bebé a casa, nos damos cuenta que perder peso resulta muy complicado.

Llega el momento de plantearse qué hacer para recuperar la figura lo antes posible. ¿Qué hago? ¿Se puede empezar una dieta?

Dieta durante la lactancia, ¿se puede hacer?

En general, la dieta no influye mucho a la hora de dar el pecho, ya que no modifica la composición de la leche.

Y, por lo tanto, aunque la madre haga dieta puede seguir dándole el pecho sin problemas.

¿Las dietas hiperproteicas son recomendables?

Este tipo de regimenes de adelgazamiento se han puesto muy de moda con la famosa dieta Dukan. Son muchos quienes promulgan sus bondades y beneficios, sin embargo no es oro todo lo que reluce.

Las dietas hiperproteicas no son equilibradas y, por tanto, no son buenas para la salud. El famoso método Dukan, por ejemplo, nos propone una dieta con exceso de proteínas, lo que puede ocasionar deficiencias nutricionales y, a la larga, diferentes problemas de salud.

¿Cómo puedo perder peso?

La manera correcta y segura de perder peso es una dieta hipocalórica equilibrada y mucho ejercicio físico.

Una dieta sin ejercicio físico suele ser contraproducente, produce una disminución de masa muscular con un efecto rebote que, a la larga, puede empeorar el problema y conducir a la obesidad.

El método correcto es el siguiente: comida sana equilibrada -nada de dietas mágicas- y mucho, mucho ejercicio físico, durante muchas semanas.

Cualquier otro método suele conducir, en el mejor de los casos, al fracaso y en el peor, a un empeoramiento del problema.

viernes, 6 de abril de 2012

¿Cuando dar cereales al bebe?

Los primeros seis meses lo mejor para el bebé es la lactancia materna de forma exclusiva. Es la mejor opción nutricional, le protege contra las infecciones generando anticuerpos en el bebé. Si la madre no puede dar lactancia materna la alternativa es la lactancia artificial con leches de iniciación adaptadas para el bebé.

Recuerda que por cada cacito raso de leche se añade 30-35 cc de agua y se pone primero el agua y luego el cacito raso. Nunca poner más polvo de leche pensando así el bebé estará mejor alimentado.

A partir de los 6 meses del bebé

Comienza la diversificación de alimentos, de forma paulatina el bebé ira probando otros alimentos, texturas y sabores. Esto es parte de su educación, comenzará a conocer otros alimentos distintos a la leche. No es conveniente dar papillas antes de los 6 meses ya que el intestino del bebé no está preparado para digeridlos.

Si se está tomando lactancia artificial, se sustituye por la leche de continuación. Esto es la leche 1 por la 2, en los envases lo verás claramente diferenciado.

Los alimentos se irán introduciendo con una diferencia de unos 15 días.

1- Papillas de cereales sin gluten.

En farmacias o supermercados encontrarás preparados especiales de ceréales sin gluten. Los cereales sin gluten son, el maíz, el mijo, el sorgo, la quinoa, el arroz, el amaranto. Los preparados comerciales de papillas pueden ser de un cereal o de una mezcla de varios cereales sin gluten.

La papilla se puede preparar con leche preparar con leche materna si el bebé está tomando el pecho, la leche se puede extraer con sacaleches y mezclar con la papilla siguiendo las instrucciones. Si el bebé está tomando leche de continuación se usará según las recomendaciones del pediatra mezclándola con los cereales sin gluten.

2- También a los 6 meses las papillas de frutas.

Se comenzará con media manzana, medio plátano y media pera. Se añade leche habitual o zumo de naranja. Se irá aumentado la cantidad de fruta hasta llegar a una pieza de cada fruta (3 piezas por papilla). No se añade miel, ni azúcar, ni galletas ni cereales a la papilla.

3- Papillas de verduras con carne (pollo, conejo o ternera sin grasa)

Se prepara con la olla exprés con patata, zanahoria, puerro, tomate y judías verdes. Se puede combinar, patatas y zanahorias, o judias verdes y patatas por ejemplo. A las verduras se le añade pollo, sin grasa de muslo o pechuga, o conejo o ternera sin grasa. No añadir sal y se añadir una cucharadita de aceite de oliva.

En la batidora se añaden las verduras y la carne y se tritura bien dejándolo con una textura cremosa, comprobar no haya “hebrás” de la verdura que pueda dar angustia al bebé. Conforme el bebé crezca la papilla será menos batida dejando ya algunos pequeños trocitos blandos, pero esto más adelante.

martes, 27 de marzo de 2012

Consejos para una alimentación infantil sana

La alimentación es básica para el correcto desarrollo del niño, y es en la infancia cuando se establecen las bases para una adecuada nutrición el resto de la vida. Aquí os presentamos algunos consejos para una alimentación infantil sana, pequeñas (o grandes) cosas que podemos hacer desde que son pequeños para comer saludablemente en familia.

Y es que hay que procurar una buena nutrición incluso en crisis, estableciendo unos hábitos correctos con el día a día. Hay algunas cosas que podemos hacer para enseñarles a los niños cómo hacer elecciones saludables.

Aquí os ofrecemos el decálogo para una alimentación infantil sana, con los consejos que podemos seguir para que crezcan saludablemente al tiempo que conocerán más el entorno de la alimentación y les hará más autónomos y responsables ante la nutrición.

Involucrar a los niños en la alimentación

Los niños que se divierten y se involucran en las comidas aprenderán de manera sencilla lo que es más sano para ellos. La experiencia de hacer la compra con nosotros, escoger los alimentos, ayudarnos a preparar la comida… les familiarizará con todos aquellos alimentos que son beneficiosos para la salud. Podemos tener un pequeño huerto (si la casa lo permite) o pequeñas plantas aromáticas para que vean de dónde sale la comida.

Podemos jugar a hacer la compra en casa, con nuestro dinero imaginario y visitando la frutería, la pescadería… Hemos de dejar que los niños exploren y aprendan, incluso si escogen alimentos menos recomendables podemos explicarles por qué lo son, por qué es mejor que sean anecdóticos en la dieta (sin excluirlos por completo)…

Hablarles sobre los alimentos

En el colegio ya irán descubriendo nociones sobre hábitos saludables, pero es en casa donde debe empezar esta información, incluso antes de que empiecen a ir a la escuela. Por ello incluso los más pequeños pueden aprender qué es lo saludable y qué no lo es, hasta llegar a leer e interesarse por las etiquetas y a hacer elecciones saludables.

Hablando con ellos, explicándoles por qué son mejores unos alimentos que otros, por qué una alimentación sana y equilibrada les hará más felices, irán adquiriendo buenos hábitos y comprendiendo por qué lo hacen.

Tentempiés y meriendas saludables

Todos hemos recurrido a los zumos envasados o a los gusanitos en alguna ocasión, pero hacer de ello una costumbre puede repercutir negativamente en la salud de los pequeños. Por ello es importante ofrecer snacks y meriendas más saludables, optando por frutas y verduras, zumos naturales, bocadillitos, yogur… En definitiva, tentempiés bajos en grasas y azúcares.

Las chucherías no están prohibidas, pero han de ser consumidas de manera ocasional. Existen muchas alternativas a las chucherías que a los niños pueden parecerles realmente apetecibles, es cuestión de probar y dejarles que escojan de entre esos snacks más saludables los que más les gustan.

Una dieta variada

La mejor manera de alcanzar un estado nutricional adecuado es incorporar una amplia variedad de alimentos a nuestro menú diario y semanal. La variedad en la alimentación es tan importante porque no existe un alimento que contenga todos los nutrientes esenciales para nuestro organismo: cada alimento contribuye a nuestra nutrición de una manera especial y cada nutriente tiene funciones específicas en nuestro cuerpo.

Para gozar de buena salud, nuestro organismo necesita de todos ellos en cantidad adecuada. La pirámide de la alimentación quiere representar esta variedad.

Cocinar saludablemente

De nada sirve llenar nuestra despensa de alimentos variados y saludables si no los preparamos adecuadamente y por ejemplo utilizamos los fritos en exceso, o empleamos demasiada sal en la elaboración de los platos…

También hay ciertos nutrientes que, como las vitaminas, son muy delicados y requieren de nuestro cuidado para no ser destruidos, tanto en el momento de la preparación, como en el de la cocción. Como el calor y otros factores destruyen ciertas vitaminas y minerales, alterando así el valor nutritivo de los alimentos, hemos de tener en cuenta las características de cada alimento para no cocinarlos en exceso.

El baño maría, la cocción al vapor, la plancha, las frutas y verduras crudas y bien lavadas o peladas… son opciones que se deben incorporar en la dieta familiar.

Cinco comidas al día

Aunque es normal que los mayores nos saltemos alguna de estas citas importantes al día, los expertos en nutrición recomiendan realizar como mínimo, cinco comidas al día. Por lo tanto, lo ideal sería seguir la siguiente distribución: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena, y hemos de procurar que así sea para nuestros hijos. El desayuno es de especial importancia y no se puede suprimir para que los niños empiecen el día con energía.

Seamos su ejemplo

De nada sirve hablarles de lo buenas que son las frutas y las verduras si nosotros, los adultos, no las incluimos en nuestra dieta. Creo firmemente que, cuando los pequeños ya pueden comer de todo, lo mejor es que toda la familia tenga el mismo menú (en todo caso, con ligeras variaciones, y por supuesto en cantidades diferentes).

Si les mostramos que comemos saludablemente, haciendo esto de manera constante, ellos verán cuál es el modo habitual y “normal” de comer, a lo largo de los años y llevarán esos hábitos a su vida adulta y a las próximas generaciones.

Comamos en familia

El ritmo de vida actual no siempre lo permite, pero la hora de comer en familia es muy importante, sirve para disfrutar de la comida saludable, educándolos indirectamente con nuestro ejemplo, y fomentar la comunicación con nuestros hijos.

Alrededor de la mesa, además, se aprende hábitos como el lavado de manos, los buenos modales, la tranquilidad mientras se come… La televisión es un enemigo de la comunicación a la hora de comer.

Alimentación sana, y segura

La alimentación saludable se entiende como el conjunto de consejos para lograr una nutrición sana, pilar de la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, pero también segura, exenta de riesgo para la salud.

La compra, manipulación y cocinado de alimentos ha de seguir todas las normar de higiene para un consumo seguro, no se ha de romper la cadena de frío en los alimentos refrigerados, hay que lavarse bien las manos y los utensilios a la hora de cocinar…

Busquemos el cambio

Podemos contribuir a que el entorno sea más adecuado para una alimentación infantil sana. Podemos reclamar al colegio que ofrezcan menús más saludables en los comedores escolares, que no haya snacks perjudiciales para la salud al alcance de los niños o que no se repartan en las fiestas…

Las asociaciones de consumidores también estarán abiertas a nuestras quejas por anuncios de comida basura que consideremos inadecuados, y existen leyes al respecto, ya que la publicidad influye mucho en lo que comen o quieren comer nuestros hijos.

Siguiendo todos estos consejos para una alimentación infantil sana conseguiremos que nuestros hijos se alimenten mejor y sin riesgos innecesarios, con el consiguiente beneficio sobre la calidad de vida y la salud presente y futura de toda la familia.

sábado, 17 de marzo de 2012

Consejos para niños deportistas

El ejercicio físico es fundamental para un crecimiento saludable, y la manera que algunos niños tienen de estar activos es practicando un deporte. Fútbol, natación, judo, gimnasia rítmica… son algunos de los deportes más practicados por los pequeños. Veamos algunos consejos para los niños deportistas que les ayudarán a estar en forma y beneficiarse del ejercicio que hacen habitualmente.

Para los niños en general una alimentación variada es necesaria, pero si el niño hace deporte hay que llevar especial cuidado en que reciba los nutrientes necesarios para realizar el esfuerzo sin que les falte energía. Se puede tener un pequeño diario de entrenamientos y alimentación para poder controlar mejor sus reacciones ante la sesión de entrenamiento.

Esto puede ayudar a mejorar hábitos y el niño se va fijando en sus pautas alimentarias, si le sienta mal alguna comida, si necesita más líquidos… Estos son los puntos fundamentales que ha de seguir el niño deportista:

Que esté bien alimentado durante todos los días de la semana, porque de ese modo durante su sesión de entrenamiento su cuerpo tendrá recursos que provienen de almacenes de nutrientes de más de un día. Por supuesto, ha de comer bien los días en que practique deporte, pero ha de consumir alimentos sanos también el resto de días.

Si el niño está bien hidratado es la mejor forma de evitar mareos y calambres. Sus músculos estarán bien hidratados, más flexibles y pasará menos calor. Han de hidratarse antes, durante y después del ejercicio físico. El sudor expele hierro, calcio y minerales que se reponen con una adecuada alimentación. No debe esperar a tener sed para beber sino que ha de ir bebiendo con cierta periodicidad.

Los niños deportistas deben evitar las bebidas con gas, con cafeína, caramelos y golosinas antes de las competiciones o entrenamientos, esto tiene efecto rebote y puede acusar una bajada de azúcar. Mejor agua o zumos naturales.

El niño ha de ir descansado y bien motivado a su entrenamiento. El ejercicio en los niños se ha de orientar a mejorar su motivación, su disfrute y su capacidad de relación. Si le angustia o le provoca estrés hay que examinar el planteamiento.

Si el niño padece anemia, lo cual repercutiría negativamente en su rendimiento y su recuperación, hay que consultar al pediatra. También si se encuentra excesivamente cansado o decaído.

No hay que aplicarle dietas específicas de otros niños, ni suplementos de proteínas ni dietas “de entrenador”. Las dietas mal pautadas pueden comprometer el desarrollo y crecimiento del niño.

Si hay competición o entrenamiento, es adecuado que coma entre una hora y media y dos horas y media antes. Esto le nutre y evita que vaya con hambre, al tiempo que dejamos el tiempo suficiente para hacer la digestión. Se recomienda una comida completa, con algo de verduras, proteínas, carbohidratos. Si la competición es larga puede llevar algo de comida ligera por si tiene hambre.

Es importante no saltarse comidas el día de competición o entrenamiento (lo ideal es que los horarios no interfieran en las comidas, dejando el margen del que hemos hablado anteriormente).

La comida de casa suele ser más equilibrada y se controla mejor que si comen fuera de casa.

Se han de evitar riesgos en los deportes infantiles, utilizar el equipamiento adecuado, protectores…

Los padres debemos apoyar e incentivar la práctica deportiva entendida esta como un proceso formativo integral que fomenta la relación social y la integración grupal, y no como una competición.

También debemos ayudarles a ganar con humildad, perder con deportividad y mostrar siempre un respeto por los compañeros y por los rivales.

Además de todos estos consejos, hemos de tener en cuenta que el juego es el mejor ejercicio para los niños y no se deben perder momentos de juego (con los padres, con los amigos…) porque se estarían perdiendo muchos otros beneficios.

Siguiendo todos estos consejos para niños deportistas disfrutarán del ejercicio que contribuirá a su desarrollo de manera completa y saludable. Como siempre, nuestro ejemplo es fundamental, así que nunca es tarde para hacer deporte y seguir todas estas recomendaciones.

jueves, 8 de marzo de 2012

¿Mi bebé toma suficiente leche?

Una duda habitual que asalta a todas las madres que dan el pecho es si su leche es suficiente para alimentar al niño. Es habitual que las mamás, en especial si son primerizas, piensen que no producen lo suficiente para dejar al bebé satisfecho.

Una duda habitual es que si las mujeres de pecho pequeño dan suficiente leche. Cabe señalar que si existe algún grado de correlación entre el tamaño del pecho y la cantidad de leche, las favorecidas son las mujeres de pecho pequeño, ya que contarán con mayor tiempo para amamantar al niño. Los pechos voluminosos varían en tejido adiposo, no en el tamaño de las glándulas mamarias.

Es poco habitual que una deficiencia glandular haga que se produzca poca leche. A veces, tiene que ver con alimentar a demanda y poner más tiempo al niño a mamar para generar buena cantidad de leche. Para comprobar que la leche sea suficiente, tener en cuenta que tras los primeros días el niño debe aumentar entre 100 y 200 gramos a la semana, por ello hay que realizar controles médicos y verificar que el niño no pierda peso o se vea desganado.

Dado que la cantidad de leche se regula con la frecuencia de las tomas, es importante extraerse leche si se va a estar ausente por unas horas.

Una forma de asegurar aún más que la leche sea buena es tomar levadura de cerveza. Normalmente, se administra a personas que sufren de mucho estrés, ya que es rica en vitaminas del complejo B, hierro y proteínas.

Muchas mamás han descubierto que esta levadura contribuye a aumentar su producción de leche. Se mezcla una cucharada de levadura de cerveza al día con cualquier bebida sin alcohol.

martes, 28 de febrero de 2012

La cafeína durante la lactancia produce insomnio e irritabilidad en el bebé

Un estudio realizado por la Universidad Rochester School de Estados Unidos determinó que si una madre lactante toma café, la cafeína pasa a su hijo provocando insomnio e irritabilidad.

Los bebés no pueden metabolizar la cafeína como los adultos, razón por la cual sus efectos son muy notables, provocando insomnio e irritabilidad.

“Normalmente una madre, especialmente si está amamantando, debe limitar su consumo de cafeína”, explicaron.

La cafeína está presente – además claro, del café – en el té, chocolate, bebidas deportivas y ciertos medicamentos.

El bebé que se alimenta a pecho, acumula esta sustancia en su organismo, por lo que las mamás no pueden dejar de considerar tener precauciones con lo que comen y beben.

miércoles, 22 de febrero de 2012

La vitamina D en el embarazo reduce problemas de lenguaje

La ingesta apropiada de vitamina D en el embarazo contribuye a que el niño tenga menos probabilidades de desarrollar problemas del lenguaje.

Una investigación de la Universidad de Western Australia determinó que hubo más problemas de desarrollo del lenguaje hacia los 10 años entre los hijos de quienes consumieron menos vitamina que entre las que sí la tomaron.

Para ello, midieron los niveles de vitamina D en la segunda mitad del embarazo, y luego realizaron un seguimiento de los hijos hasta los 10 años. Así, mientras que en el grupo de las que menos vitamina D tomaron hubo un 18% de casos con problemas en el desarrollo del lenguaje, en el grupo de niveles más altos, los casos fueron del 10%.

Todo indica que esta vitamina, que se consume en alimentos y se sintetiza con el sol, juega un importante papel en el desarrollo cognitivo, y que quizá sea buena idea dar complementos.

“Si la deficiencia de vitamina D durante la etapa prenatal es el desencadenante de problemas en el lenguaje durante la infancia, entonces el complemento de vitamina D en mujeres embarazas puede ser de gran ayuda”, explicaron.

Estudios anteriores habían relacionado la poca ingesta de vitamina D durante el embarazo con problemas infantiles, como huesos frágiles, asma o dificultades en el crecimiento, aunque no lo vinculaban con problemas en el lenguaje.

Por ello, incluir una alimentación variada y además conversar con el obstetra por la toma de un suplemento, podría marcar una diferencia en el desarrollo infantil.

martes, 17 de enero de 2012

Alimentación después de una cesárea

Si por algún motivo sabes que tu bebé nacerá por cesárea, o si quieres estar al tanto de los cuidados pos cesárea por si acaso te toque, te daremos algunos consejos en lo que respecta a la ingesta de alimentos.

En efecto, la alimentación después de una cesárea no se retoma sino hasta unas seis horas después de la intervención. Ello se debe a que es necesario que pase el efecto de la anestesia epidural por completo antes de que vuelva a llegar comida al aparato digestivo.

Una vez transcurrido ese lapso, se comienza por una dieta liviana, con caldos, zumos, muchos líquidos para evitar el estreñimiento y dieta blanda.

Lo más importante, es evitar las grasas y alimentos de digestión más complicada, al igual que aquellos que pueden producir gases.

Es que con el dolor de la herida reciente, los gases pueden ser sumamente dolorosos.

viernes, 6 de enero de 2012

Qué alimentos debemos evitar en el embarazo

En el embarazo cuidar nuestra alimentación es muy importante para que la gestación vaya bien. Por eso hay algunos alimentos que debemos evitar o tomar en pequeñas cantidades. Nuestro cuerpo nos lo agradecerá.

¿Qué alimentos evitar en el embarazo?

Algunos alimentos como los excitantes, refrescos, demasiado azúcar… Pueden dañar al bebé y ocasionar complicaciones durante el embarazo. Por esta razón, es fundamental que la futura mamá le preste mucha atención a su dieta. Te contamos qué alimentos debes evitar en el embarazo o tomar en menor proporción.

Excitantes

La cafeína y otros excitantes traspasan la barrera de la placenta y afectan al feto. Por eso, durante el embarazo es mejor tomar descafeinado.

Refrescos

Los refrescos producen sensación de hinchazón a la futura mamá y, además, contienen cantidades excesivas de azúcar. Por eso es mejor no tomarlos o limitarlos a pequeñas cantidades.

Sal

El exceso de sal puede producir retención de líquidos y aumentar la tensión arterial, dos cuestiones que debe vigilarse atentamente durante el embarazo. No se trata de eliminarla por completo de la dieta (salvo prescripción médica), pero sí de consumirla con moderación y evitar productos que contienen demasiada cantidad, como aperitivos de bolsa o alimentos precocinados.

Pescados de gran tamaño

El atún, el pez espada, el tiburón…contienen más cantidad de mercurio que otros más pequeños por ser más longevos y estar expuestos durante más tiempo a la contaminación de los mares. El mercurio es un potente neurotóxico que puede afectar al feto en el desarrollo.

La mayor concentración de mercurio se encuentra en la piel del pescado, porlo que es una buena precaución retirarla.

Azúcar

Un exceso de azúcar incide en el aumento de peso durante la gestación, además de incrementar el riesgo de padecer diabetes gestacional si se está predispuesta a ello.

Grasas de mala calidad

Como las contenidas en precocinados y bollería industrial. La grasa es indispensable durante el embarazo puesto que tiene un papel fundamental en el desarrollo del feto, ¡no es momento para dietas! Pero se debe optar por grasas saludables como el aceite de oliva o el de girasol.

Consumo de yodo en el embarazo estimula desarrollo mental

Investigadores de la Unidad de Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario de Jaén, junto con la Universidad de Jaén, fueron reconocidos por su estudio sobre beneficios de la ingesta de yodo en el embarazo.

Determinaron entonces que el consumo de yodo en el embarazo estimula el desarrollo mental del bebé, aunque no encontraron evidencias de que influya en el desarrollo psicomotor al menos desde los 16 meses de edad.

Hace años que en esta Unidad se estudia la relación entre el yodo y el desarrollo mental, ya que la provincia jienense es una zona deficitaria en nutrición en yodo, y eso hace que haya más casos en la población general de deficiencias mentales.

“El déficit de yodo causa trastornos graves como el bocio o el cretinismo endémico, además de alteraciones en el desarrollo intelectual y neurológico que se inician durante el embarazo. Si la madre está sometida a un ambiente en el que el aporte de este nutriente es insuficiente, existen muchas posibilidades de que esto se produzca.

Este déficit nutricional se podría prevenir mediante la recomendación del consumo de sal yodada por parte de la población general”, explica Piedad Santiago, endocrinóloga del Hospital de Jaén.

Investigaciones relacionadas indican que la mayoría de las mujeres gestantes estudiadas presenta déficit de yodo, medido por la yoduria, que es el contenido de yodo en la orina, respecto a los índices aconsejados.

Los primeros alimentos del bebé parecen afectar su gusto futuro por la sal

Al iniciarse en la alimentación complementaria, a partir de los seis meses, el bebé empieza a adquirir preferencia por ciertos alimentos, por eso es muy importante cuidar la cantidad de sal que consumen. Según una reciente investigación, los primeros alimentos del bebé parecen afectar su gusto futuro por la sal.

El organismo del bebé no es capaz de procesar el exceso de sal y también condiciona su salud a largo plazo.

Según el estudio, ofrecer al bebé alimentos procesados antes de los seis meses, como cereales, pan, galletas y potitos, que muchas veces contienen sal añadida, influye sobre la preferencia por el sabor salado.

A los dos meses se les ofreció a los bebés una bebida salada y agua, y se mostraron indiferentes o rechazaban los líquidos salados, y preferían el agua. A los seis meses de edad, los que habían sido introducidos a los alimentos regulares almidonados preferían los líquidos salados al agua, mientras que los que no habían comido ningún alimento almidonado permanecieron indiferentes o rechazaban los líquidos salados.

Cuando llegaron a la edad preescolar, los niños que habían sido introducidos a alimentos regulares almidonados antes de los seis meses eran más propensos a lamer la sal de los alimentos y a comer sal sola. Sin embargo, los que habían probado otros alimentos regulares, como la fruta, no tenían esta preferencia por la sal.

Por tanto, hay que tener especial cuidado con los primeros alimentos del bebé. Por un lado, no ofrecerlos antes de los seis meses, pues su organismo es aun inmaduro para procesarlos. Por otro, cuando corresponda, ofrecer alimentos naturales y no añadir nada de sal en las comidas del bebé. Si se acostumbra a alimentos naturales, esto repercutirá en una mejor calidad de vida en la edad adulta.

lunes, 2 de enero de 2012

Los niños en la cocina

En nuestro Especial Alimentación Infantil en Bebés y más ya explicábamos lo importantes que son las comidas en familia para que los niños desarrollen buenos hábitos de nutrición y además, fomentar la buena comunicación. Sin embargo, la comida es algo más que comer, y en todo el proceso podemos y deberíamos, incorporar a los niños a la cocina.

Las ventajas de la colaboración de los niños en el proceso de la cocina son muchas. Nos van a permitir conocerlos mejor y que ellos también nos conozcan, trabajando en equipo, distribuyendo tareas y ayudándonos los unos a los otros.

Además, la cocina es, como explicamos también en otras ocasiones, un gran laboratorio de aprendizaje donde matemáticas, ciencias naturales y hasta historia y geografía tienen su lugar.

Educar a nuestros hijos es un proceso complejo que podríamos resumir como la forma de preparar a nuestros hijos para vivir como adultos independientes y felices, capaces de desarrollar su potencial y relacionarse sanamente en la sociedad. Y, en esto, también la cocina nos ofrece infinitas posibilidades de socialización, aprendizaje de tareas básicas, de higiene, nutrición y relaciones humanas.

Por último, debo también destacar que la cocina y todo en lo que los niños pueden colaborar en ella va a mejorar sus habilidades cognitivas, de comunicación y además, la psicomotricidad fina con la utilización de materiales y objetos de todo tipo.

Veamos ahora las tareas relacionadas con la cocina en la que los niños van a poder colaborar con los adultos.

Colaborar en la compra

Colaborar y acompañarnos a la compra es una de las actividades que forman parte del proceso de la cocina.

Cuando son bebés la compra puede resultar muy aburrida para ellos, sobre todo si van en su carrito y pasamos demasiado tiempo para su paciencia y necesidades en el super. Pero a partir de los dos o tres añitos, dependiendo del niño, si puede ser un rato de actividad familiar agradable si la planificamos bien y sobre todo, si acudimos a tiendas del barrio donde ir enseñándole los diferentes alimentos. Me acuerdo lo que le gustaba a mi hijo la frutería o la pescadería y lo mucho que pudo aprender alli.

Luego, cuando ya se cansan menos y entienden mejor los conceptos, podemos ir mostrándole los diferentes alimentos, hablando de ellos, eligiendo juntos el menú que haremos con lo que vayamos comprando e incluso, ir explicando cosas como la fecha de caducidad o la elección de alimentos saludables dentro de una dieta balanceada.

Como siempre, con los niños, sin prisas ni regaños, descubiéndoles que el mundo es un lugar lleno de posibilidades en las que vamos a acompañarles.

Colaborar en la preparación de los alimentos

La cocina puede ser muy divertida si los niños nos ayudan a preparar los alimentos. Hay muchos materiales que tocar, masas, polvos, líquidos, además de muchos colores, sabores y texturas diferentes. Los niños pueden aprender mucho, ejercitarse y divertirse en ella.

Pueden ayudarnos con tareas sencillas, al principio, solo acercarnos algo o darle a un botón con nuestra supervisión, pero poco a poco batir un huevo, revolver una mezcla o amasar van a estar dentro de sus capacidades.

Por supuesto, debemos asegurar la cocina para que no sea peligrosa para ellos, no dejando cazuelas ni objetos calientes ni cortantes cerca de ellos y evitando que puedan tocarlos tirarlos. Pero tampoco hay que obsesionarse con tenerlo todo limpio y recogido mientras nos ayudan, hay que ser flexibles y disfrutar del proceso. Y, por supuesto, nunca regañarles si no hacen bien las cosas a la primera, pero si estar atentos para evitar y señalar los comportamientos que puedan ser peligrosos.

Lo ideal es pedirles ayuda con platos fáciles: un helado, una ensalada, unos aperitivos, poner unas lonchas de queso en un plato o decorar la fruta ya cortada poniéndola bonita en la fuente de servir. Si hacemos pizza casera, una tarta o unos bocadillos seguro que van a disfrutar mucho ayudando y si, además, tenemos un poco de maña para hacer decoraciones con forma de caritas o animalitos, más todavía.

Poner y quitar la mesa

Si vamos a comer todos juntos y no vamos con prisas es el momento de ir incorporando al niño, a partir de los tres años, cuando tienen la habilidad necesaria, a las tareas de poner y quitar la mesa. Antes, quizá podrán también llevar las servilletas o vasos de plástico, pero no sería adecuado pedirles más de lo que son capaces.

Sin embargo, si es importante tener en cuenta que los niños no son incapaces y que hay muchas cosas que pueden hacer, sin presionar ni regañar, primero como un juego y poco a poco, como una labor más que hacemos en familia, para, más adelante, que puedan asumir directamente que el hogar es un proyecto común en el que todos colaborarmos en las tareas que podemos hacer.

Es importante, cuando vamos a poner la mesa o quitarla, pedirles cosas concretas y explicarles la forma de hacerlo, sin enfadarnos si se les cae algo o si, en ese momento, están cansados y necesitan jugar después de haber estado sentamos mucho rato. Es un proceso paulatino pero también podemos hacerlo divertido y agradable si nosotros nos lo tomamos de ese modo, siempre recordando que las actividades deben ser apropiadas para la edad y la capacidad del niño.