A veces son inocuas y en otras ocasiones no lo son. Las de parto son regulares y en la mayoría de los casos dolorosas.
Después de un día agitado, Carolina (29 años) sintió contracciones en su abdomen y llamó a su doctor de inmediato. En sus dos embarazos anteriores, había experimentado contracciones mucho más intensas y dolorosas, pero nunca las había tenido a los cuatro meses de embarazo, como le había ocurrido esta vez.
El ginecólogo le dijo que probablemente estaba "estresada" y le recomendó bajar significativamente su ritmo de actividades. Guardó reposo relativo por algunos días y antes de una semana las contracciones eran cosa del pasado y pudo volver a su vida
normal. No había razón para preocuparse: sólo debía procurar mantener un embarazo tranquilo y no agitarse en exceso.
Existen diferentes tipos de contracciones, algunas de las cuales son motivo de preocupación y otras que no. Primero que nada es preciso saber de qué estamos hablando: una contracción es el endurecimiento del abdomen como consecuencia de la actividad del músculo uterino.
Hay contracciones "inocuas" que pueden producirse por diferentes motivos, como movimientos del bebé, cambios de posición de la embarazada o irritación uterina por tener la vejiga ocupada o por congestión intestinal. También puede producirse una contracción del útero cuando la embarazada recién se acuesta, después de tener relaciones sexuales o de subir o bajar escaleras.
Las de Braxton Hicks comienzan desde el quinto o sexto mes de embarazo, abarcan todo el útero, van desde el fondo del útero hacia la vagina y no producen dolor. Tampoco son motivo de preocupación, porque estas contracciones corresponden a ejercicios que realiza el músculo uterino, el que se está preparando para el parto. Por el contrario, es una señal positiva que el útero se esté entrenando para aguantar de buena forma el día en que nazca el bebé.
Muy diferentes son las contracciones de parto, que en la mayoría de las mujeres sí son dolorosas. Son muy regulares, se producen cada dos o tres minutos y durante entre 1 y 2 minutos. Generalmente van acompañadas de la expulsión del tapón mucoso.
Estas contracciones duelen porque durante la contracción del útero, el tejido queda transitoriamente con escasez de oxígeno o anoxia. Cuando el músculo se relaja, los vasos vuelven a irrigarse y el dolor desaparece.
Si la embarazada presenta contracciones de parto, debe llamar a su médico o matrona, porque la hora de nacimiento del bebé probablemente está muy cerca. Si es que no está cerca de la fecha estimada de parto, es muy importante que contacte a su ginecólogo lo antes posible, porque no es normal tener contracciones regulares y frecuentes antes de las 38 semanas de embarazo.
La embarazada debe consultar si presenta:
• Contracciones cada 10 minutos o con mayor frecuencia
• Sangramiento vaginal o pérdida de líquido
• Presión pélvica del bebé
• Dolor leve en la parte inferior de la espalda
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viernes, 7 de marzo de 2008
Las contracciones: cuándo preocuparse y cuándo no
Etiquetas: EMBARAZO