Un nuevo estudio publicado en la revista internacional de los países nórdicos Acta Obstetricia et Ginecologia Scandinavia (AOGS) revela que la inducción del parto en las últimas semanas del embarazo, semana 39 a semana 41, no está relacionado con mayores tasas de cesárea en comparación con las madres que esperan de un trabajo de parto espontáneo.
Se ha debatido mucho acerca de esto en los últimos años con la preocupación de que la inducción del parto (en comparación con quienes no la realizaron) podría conducir a un mayor riesgo de la mujer a terminar en una cesárea de emergencia, limitando las posibilidades de un parto natural.
Los investigadores han analizado los datos del registro de nacimientos danés, (uno de los mayores registros de este tipo en el mundo) y se realizaron comparaciones entre las mujeres que estaban teniendo su primer parto, así como las mujeres que ya habían tenido un hijo. Para obtener una buena base para el estudio se utilizó una gran cohorte de mujeres en cualquier tipo de hospital, desde pequeños a los hospitales universitarios de gran tamaño. Se utilizaron para obtener estas conclusiones los datos de un total de 230.528 mujeres con partos entre 2004 y 2009.
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