Las mujeres embarazadas o que dieron a luz recientemente están más propensas a padecer un ictus o accidente cerebrovascular, cuando uno de los vasos sanguíneos cerebrales se rompe o se obtura con un coágulo, interrumpiendo el flujo sanguíneo al encéfalo.
En los últimos doce años, ha aumentado significativamente la tasa de mujeres que padecieron un ictus durante el embarazo o poco tiempo después del parto.
La clave está en que las mujeres han acumulado en las últimas décadas más factores de riesgo, que junto con la situación del embarazo – de aumento de la tensión sanguínea – desencadenan la situación.
¿Cuáles son los factores de riesgo para un ictus cerebral? Obesidad, hipertensión crónica, diabetes o enfermedad cardiaca congénita, son los más comunes.
“Dado que el embarazo por sí mismo es un factor de riesgo, si una mujer padece ya uno de estos factores, éste se duplica”, explican los médicos.
Por ello recomiendan llegar al embarazo con un buen estado de salud general, en buen peso, con buena alimentación, y haciendo ejercicios regularmente. El peso, la glucosa en sangre, la tensión arterial, deben estar a valores óptimos. Y luego, continuar cumpliendo todos los controles del embarazo que indique el médico obstetra, en este caso en particular, la tensión arterial en el embarazo.
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