En la gestación, los cambios hormonales determinan diferentes manifestaciones en la piel, como en otras partes del cuerpo de la mujer.
Dado que es un tema que genera cierta inquietud, veamos cuáles son estos cambios, y qué podemos hacer para atenuar los efectos estéticos no tan favorecedores – más allá de que lo importante en el embarazo es el bebé, no dejamos de ser mujeres preocupadas por nuestro aspecto –
Así, el 90% de las embarazadas tiene cambios de pigmentación en la piel, principalmente oscurecimientos en los alrededores del ombligo, los genitales, las areolas del pecho, las axilas y la cara interna de los muslos, desde el primer trimestre.
Todo ello se debe a que en esta etapa aumentan los estrógenos, la progesterona y también la hormona estimulante de los melanocitos y los glucocorticoides, que afectan la coloración dérmica.
Alrededor de la mitad de las futuras madres, además, sufre de melasma/cloasma, manchas oscuras en el rostro, especialmente en las mejillas, el labio superior o la frente. Como empeora con la exposición solar, hay que cuidarse mucho del sol en esta etapa.
En el 13% de las embarazadas pueden aparecer nuevos lunares y en el 15% modificarán su tamaño o color. No es nada para preocuparse, aclaran los dermatólogos.
En un próximo post, hablaremos de lo que ocurre con estrías y várices.
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