La preparación al parto en el agua permite a la embarazada hacer ejercicio de manera más suave y menos cansada que otros tipos de gimnasia prenatal. El agua, además, tonifica, relaja y ayuda a la futura mamá a conectar con su bebé.
Los ejercicios en el agua durante el embarazo fortalecen los músculos, aumentan la flexibilidad de las articulaciones y relajan. Por eso muchas embarazadas deciden prepararse físicamente para el parto en una piscina.
La gimnasia prenatal en el agua se recomienda desde la semana 20 de embarazo a la semana 32 o 34, aunque siempre hay que consultar al ginecólogo.
Ejercicio en el agua, ¿por qué sienta tan bien a la embarazada?
* La futura mamá se siente más ligera y ágil. En el agua pesamos 10 veces menos y eso, cuando la tripa va creciendo, se agradece.
* El agua tiene un efecto tonificante y drenante. El masaje que ejerce sobre la piel atenúa pequeños trastornos típicos del embarazo como la hinchazón de piernas o las varices. Activa la circulación sanguínea y relaja los músculos.
* El agua reduce el impacto del ejercicio sobre las articulaciones, por lo que se evitan microtraumatismos de repetición.
* El ejercicio aumenta la capacidad del corazón y los pulmones de transportar oxígeno, tanto en la madre como en el bebé.
* El ejercicio en el agua alivia la tensión sobre la zona de la pelvis, por lo que alivia dos molestias típicas del embarazo: la ciática y las hemorroides.
* Sumergirnos en el agua hace que produzcamos endorfinas, las hormonas del bienestar, que alivian el dolor y ayudan a la embarazada a conectar con su bebé.
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