Lo primero es desterrar el mito que la leche tarda más en subir cuando hubo cesárea, esto se debe a que se ha tardado mucho en hacer la primera toma, se ha separado a la madre del bebé o se dieron biberones, suero o chupetes, espaciando las tomas.
Es importante hacer la primera toma pronto y que el bebé no haya tomado ningún biberón. Cuando se tarda mucho en amamantar al bebé o se limita la frecuencia y duración de las tomas, se produce menos leche.
Por ello, hay que solicitar estar con el bebé lo antes posible, incluso en el mismo quirófano o en la sala de recuperación, sobre todo si la cesárea se realiza con anestesia epidural.
La mujer intervenida se encuentra bajo estrés, por ello necesita apoyo, que le den confianza y ayudarle a encontrar una buena postura: al principio resulta más cómodo dar de mamar tumbada.
Si se da el pecho sentada conviene utilizar un cojín para acercar el bebé al pecho sin apoyarle en el vientre.
La madre puede tomar algunos calmantes si le duele la herida que no afectarán al recién nacido.
-