Cuando hay alteraciones en el niño
El amamantamiento es especialmente beneficioso para prevenir infecciones y mejorar el estado de salud de los niños que tienen algún problema o enfermedad. Si no puede mamar, será beneficioso que la madre se extraiga leche materna para calmarle el dolor.
Síndrome de Down
El contacto piel con piel y el vínculo afectivo y hormonal que proporciona la lactancia materna ayuda a las madres que de forma inesperada tienen un hijo con esta alteración cromosómica a aceptar mejor a su bebé, a superar la angustia inicial y a conectarse con él.
Como estos niños tienen la lengua más grande y menos tono muscular, les cuesta más realizar una succión eficaz. Es importantísimo que una mano experta ayude a la madre a adoptar una buena postura.
Estos bebés suelen hacer tomas más largas y frecuentes y crecen a un ritmo diferente, se alimenten con pecho o biberón.
Cardiopatía congénita
Existe la creencia errónea de que la alimentación al pecho cansa a los niños con cardiopatías, por lo que se suele aconsejar, sin motivo, la alimentación artificial.
La mayoría de estos bebés maman sin dificultad, aunque algunos prefieren tomas cortas y más frecuentes.
Con el pecho sufren menos bajadas de oxígeno y respiran mejor que con el biberón.
Labio leporino
Algunos bebés nacen con una fisura en el labio, que en pocas ocasiones llega hasta el paladar.
La lactancia puede resultar más difícil en un principio, pero se aconseja porque si el bebé se atraganta tendrá menos problemas, menos otitis, y tras la operación que le harán para corregir el defecto, crecerá más sano.
La madre puede ayudar poniendo el dedo en el paladar de bebé mientras este mama o utilizar una prótesis blanda que le facilitará su médico.
Niños hipotónicos
Pueden tener dificultades para mamar porque no logren una buena succión o no puedan sostener la cabeza o todo el cuerpo.
Se puede ayudar cambiando la postura del bebé con almohadas, y presionando el pecho con los dedos para que el flujo de leche sea más débil y no se atragante.
-