Es habitual que la mayoría de las embarazadas esté al tanto de la preeclampsia, condición que está entre las más frecuentes complicaciones del embarazo. Lo que no todas saben, es que puede presentarse incluso cuando ya ha nacido el niño, hasta seis semanas después del parto.
Un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Wayne State University y del Centro Médico de Detroit, estudió las distintas formas en las que se presenta la preeclampsia y eclampsia, esta última como segunda etapa de la anterior, y que se reconocen por un cuadro de hipertensión arterial y excesivo y rápido aumento de peso.
Con una mejor atención prenatal y uso profiláctico de sulfato de magnesio en el período perinatal, se registró una reducción marcada de la incidencia de preeclampsia en los últimos años, y un cambio hacia una mayor frecuencia de eclampsia hacia el período posparto tardío.
Así, la preclampsia posparto no difiere mucho en síntomas de la forma que se presenta en el embarazo: un 69% de las pacientes estudiadas manifestó un fuerte dolor de cabeza, también falta de aire, visión nublada, náuseas, vómitos, edema, convulsiones, otros déficit neurológicos y dolor epigástrico.
La edad joven se asoció con un 13 por ciento de aumento en las posibilidades de desarrollar eclampsia, mientras que una readmisión con baja hemoglobina se vinculó con un 25 por ciento menos posibilidades de avance a eclampsia.
En conclusión, los médicos consideran que las madres en el puerperio, deberían continuar vigilando su tensión arterial, y estando atentas a los síntomas mencionados, ya que hasta seis semanas después del nacimiento existe riesgo de aparición del cuadro
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