Tras haber visto cómo la piscina es una gran alidada de la embarazada, vamos a comentar cuáles son los puntos más importantes a tener en cuenta a la hora de hacer ejercicio en la piscina durante el embarazo.
Sin duda la piscina puede ser una fuente de relajación, de bienestar y también convertirse en el medio idóneo para realizar ejercicio (lo cual redundará en lo anterior), pero lo queremos hacer de manera segura durante el embarazo.
Ya hemos hablado en ocasiones de cuáles son las pautas a seguir para que la realización de ejercicio durante el embarazo sea saludable, y hay ciertas normas básicas comunes.
En primer lugar, es necesario cerciorarse de que nuestro embarazo no es de riesgo, y si aún no hemos ido al ginecólogo, moderar la práctica de ejercicio y esperar a la primera consulta hasta que se confirme que no existe contraindicación alguna.
Si no hacíamos ejercicio antes, esperaremos a iniciarlo según las indicaciones del especialista, muy poco a poco. De todas formas, incluso en este caso la natación es un deporte de poco riesgo y bajo impacto, que se puede empezar a practicar en cualquier momento (para otros ejercicios es mejor esperar).
Para la actividad física es necesario tener en cuenta ciertas pautas que hagan de ella una práctica segura. No realizarla con demasiado calor o frío, protegerse del sol (esto es especialmente importante en piscinas al aire libre), mantenerse bien hidratada, no “forzar la máquina”, parar al menor signo de fatiga… son los pilares básicos.
Especialmente importante es la hidratación (beber líquidos abundantes) y no hacer ejercicio con hambre, pues en esta etapa es mejor tomar un snack ligero saludable que pasar hambre y realizar la siguiente comida con exceso.
Del otro lado, tras una comida copiosa tampoco es bueno realizar el ejercicio, por lo que lo mejor es alrededor de la hora del almuerzo o de la merienda, una vez a pasado cierto tiempo de las comidas más importantes del día.
El calentamiento es importante antes de empezar cualquier ejercicio, por lo tanto podemos hacer unos estiramientos antes de lanzarnos al agua (o realizarlos ya en el agua), un paseo a buen ritmo… Sobre todo hemos de intentar no empezar a hacer ejercicio intenso desde cero.
Además, la embarazada ha de llevar cuidado con los resbalones al moverse alrededor de la piscina (especialmente en el tercer trimestre que es cuando menos establecido tenemos el equilibrio debido al gran aumento de volumen de la tripa).
Por supuesto, dejaremos los saltos acrobáticos o los trampolines para otro momento, y bajaremos al agua sentadas desde el borde o por las escaleras, buscando siempre nuestra seguridad y la del bebé.
Una correcta higiene en la ducha tras el ejercicio en la piscina evitará riesgos de alergias u otras afecciones en la piel o el riesgo de infecciones de orina.
Si mantenemos la piel hidratada después del baño evitaremos la sequedad cutánea que a veces los productos de la piscina pueden provocar (y lo más importante, alguna alergia), y atención también al cuidado del cabello.
Si tenemos alguna afección leve seguramente pueda mejorar con la práctica de ejercicio en la piscina: lo ideal es preguntar a los expertos para que nos aconsejen algún ejercicio específico.
En definitiva, la piscina es una gran aliada de la embarazada y más en verano cuando es complicado hacer otro ejercicio sin sufrir los rigores del calor. Tan solo tenemos que seguir los consejos de seguridad y ponernos en forma para estar más saludables durante el embarazo.
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martes, 30 de julio de 2013
martes, 23 de julio de 2013
Niños: Hormona del crecimiento ¿cuándo está indicada?
La somatropina u hormona del crecimiento solo se recomienda en niños que sufren alguna enfermedad que impide que su organismo la metabolice. Siempre debe autorizarla un tribunal.
Calculadora de crecimiento según la altura de los padres.
La hormona del crecimiento o somatropina estimula el alargamiento de los huesos. El organismo la produce de forma natural, pero hay algunas enfermedades que impiden que el cuerpo la sintetice o la utilice como es debido.
En qué casos está indicada la hormona del crecimiento
Cuando el organismo no dispone de suficiente cantidad de somatropina, esta se administra desde afuera para que el niño pueda crecer. Pero el uso de esta hormona está restringido exclusivamente a pequeños que la necesitan, como los que tienen un problema de hipoactividad de las glándulas hipófisis y tiroides, alteraciones genéticas de los huesos o insuficiencia renal crónica.
La receta debe autorizarla un comité de médicos expertos, encabezado por un endocrinólogo.
En esos casos el pequeño paciente puede llegar a crecer entre dos y siete centímetros tras la administración de esta hormona durante varios años. En niños sanos que simplemente tienen talla baja, la hormona de crecimiento no se autoriza, porque su uso puede tener importantes efectos secundarios.
Si las curvas de crecimiento de tus hijos han estado siempre en un percentil muy bajo, puedes comentar tu preocupación con su pediatra, quien evaluará si es necesario descartar una falta de hormona del crecimiento.
La altura es hereditaria
Ahora bien, si los dos padres tenéis una talla baja, es probable que el doctor os diga que el patrón de crecimiento de vuestros hijos es normal. La talla es hereditaria, viene determinada por los genes; cuando los padres y los abuelos son bajos es difícil que los hijos sean altos.
Para que vuestros niños alcancen la máxima talla posible, hay que procurar que hagan ejercicio físico y tengan una dieta variada y equilibrada.
Calculadora de crecimiento según la altura de los padres.
La hormona del crecimiento o somatropina estimula el alargamiento de los huesos. El organismo la produce de forma natural, pero hay algunas enfermedades que impiden que el cuerpo la sintetice o la utilice como es debido.
En qué casos está indicada la hormona del crecimiento
Cuando el organismo no dispone de suficiente cantidad de somatropina, esta se administra desde afuera para que el niño pueda crecer. Pero el uso de esta hormona está restringido exclusivamente a pequeños que la necesitan, como los que tienen un problema de hipoactividad de las glándulas hipófisis y tiroides, alteraciones genéticas de los huesos o insuficiencia renal crónica.
La receta debe autorizarla un comité de médicos expertos, encabezado por un endocrinólogo.
En esos casos el pequeño paciente puede llegar a crecer entre dos y siete centímetros tras la administración de esta hormona durante varios años. En niños sanos que simplemente tienen talla baja, la hormona de crecimiento no se autoriza, porque su uso puede tener importantes efectos secundarios.
Si las curvas de crecimiento de tus hijos han estado siempre en un percentil muy bajo, puedes comentar tu preocupación con su pediatra, quien evaluará si es necesario descartar una falta de hormona del crecimiento.
La altura es hereditaria
Ahora bien, si los dos padres tenéis una talla baja, es probable que el doctor os diga que el patrón de crecimiento de vuestros hijos es normal. La talla es hereditaria, viene determinada por los genes; cuando los padres y los abuelos son bajos es difícil que los hijos sean altos.
Para que vuestros niños alcancen la máxima talla posible, hay que procurar que hagan ejercicio físico y tengan una dieta variada y equilibrada.
Nuevo estudio sobre la depresión postparto: ¿puede prevenirse?
No siempre es el momento más feliz del mundo, aunque nos digan que
debería serlo. Se trata de un momento muy importante, pero que conlleva
diferentes sentimientos. Entre un 10 y un 18% de las madres recientes sufre depresión postparto.
En ellas, la alegría da paso a la angustia, la desesperación y el llanto, muchas veces incomprendidos por el entorno. Pero, ¿cuál es el origen de este trastorno? ¿Existe un perfil de mujer propensa a sufrir depresión postparto? ¿Hay algún modo de prevenirla?
Un estudio publicado en “Molecular Psychiatry” ahonda en las explicaciones sobre las causas biológicas de la depresión postparto, y aporta datos sobre las causas genéticas que predisponen a sufrirla.
Los investigadores de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos han realizado un ensayo a pequeña escala, con 52 mujeres, del que os hablamos hace unas semanas. A través de análisis genéticos pudieron predecir que el 85 % de las participantes en el estudio desarrollarían depresión postparto.
De este modo, el factor biológico y genético se combina con factores cognitivos, conductuales y psicológicos que también influyen en este proceso complejo.
La investigación se ha centrado en la epigenética, es decir, en aquellos factores que hacen que un gen se active o no, y produzca por lo tanto una respuesta determinada. Los factores epigenéticos se adquieren y alteran con la vida, con las experiencias. Como el estilo de vida de la madre influye en la epigenética, se llega a una importante conclusión: la depresión postparto puede prevenirse.
Prevenir la depresión postparto
En el mundo las mujeres tienden más que los hombres a padecer ansiedad y depresión, lo cual podría explicarse por causas hormonales. La revolución hormonal que suponen el embarazo y el parto podrían acrecentar el riesgo de padecer depresión. Pero, ¿qué podemos hacer para minimizar ese riesgo?
La “mala fama” de la depresión postparto que hace que la mujer se sienta culpable de sufrirla, acrecentándose así los síntomas, es una de las claves sobre las que se puede actuar, desde frentes diversos.
Mientras tanto, nos quedamos con uno de sus resultados esperanzadores: es posible prevenir la depresión postparto.
En ellas, la alegría da paso a la angustia, la desesperación y el llanto, muchas veces incomprendidos por el entorno. Pero, ¿cuál es el origen de este trastorno? ¿Existe un perfil de mujer propensa a sufrir depresión postparto? ¿Hay algún modo de prevenirla?
Un estudio publicado en “Molecular Psychiatry” ahonda en las explicaciones sobre las causas biológicas de la depresión postparto, y aporta datos sobre las causas genéticas que predisponen a sufrirla.
Los investigadores de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos han realizado un ensayo a pequeña escala, con 52 mujeres, del que os hablamos hace unas semanas. A través de análisis genéticos pudieron predecir que el 85 % de las participantes en el estudio desarrollarían depresión postparto.
De este modo, el factor biológico y genético se combina con factores cognitivos, conductuales y psicológicos que también influyen en este proceso complejo.
La investigación se ha centrado en la epigenética, es decir, en aquellos factores que hacen que un gen se active o no, y produzca por lo tanto una respuesta determinada. Los factores epigenéticos se adquieren y alteran con la vida, con las experiencias. Como el estilo de vida de la madre influye en la epigenética, se llega a una importante conclusión: la depresión postparto puede prevenirse.
Prevenir la depresión postparto
En el mundo las mujeres tienden más que los hombres a padecer ansiedad y depresión, lo cual podría explicarse por causas hormonales. La revolución hormonal que suponen el embarazo y el parto podrían acrecentar el riesgo de padecer depresión. Pero, ¿qué podemos hacer para minimizar ese riesgo?
La “mala fama” de la depresión postparto que hace que la mujer se sienta culpable de sufrirla, acrecentándose así los síntomas, es una de las claves sobre las que se puede actuar, desde frentes diversos.
- El apoyo social es importante para reducir las posibilidades de desarrollo de depresión postparto en la mujer. La ayuda profesional a la hora de establecer correctamente la lactancia (dar el pecho se ha asociado con menor depresión postparto).
- Es importante que los profesionales sanitarios que están en contacto con la mujer tengan una adecuada formación en habilidades de comunicación y en la detección precoz de los trastornos afectivos para detectar riesgos y facilitar la intervención temprana.
- La ayuda familiar a la hora de desarrollar las tareas de la casa o simplemente mostrar el apoyo a la nueva madre… es importante. No se trata de imponernos sino de ofrecer nuestra ayuda en lo que podamos con tal de aliviar el cansancio de la madre.
- Animar a la mujer a comunicar sus sentimientos y saber escucharla sin minimizarlos o restarles importancia, sin decirle que esos no deberían ser los sentimientos que se esperan de ella… Frases como “después del parto se olvida todo lo malo” pueden hacer mucho daño según las circunstancias.
- En definitiva, el entorno social, especialmente la pareja, también debe ser consciente de lo que suponen los cambios tras el parto y el proceso psicológico por el que puede atravesar la mujer.
- Conviene que ella misma durante el embarazo sea informada, por ejemplo en las clases de preparación al parto, de lo que suponen los cambios con la llegada del bebé, y de que sentir cierta tristeza o temor no es raro, no hay que luchar contra esos sentimientos normales.
- Mantener un nivel de actividad adecuado, realizando aquello que a la madre le gusta durante el embarazo (depresión en el embarazo puede conllevar en el postparto), saliendo, estando en contacto con otras madres después de dar a luz, practicando relajación… puede ayudar a mitigar la tristeza tras el parto.
Mientras tanto, nos quedamos con uno de sus resultados esperanzadores: es posible prevenir la depresión postparto.
Cuidados después del sol para la piel de los niños
En verano toda la familia disfruta de la playa, y si bien muchos padres ya han tomado conciencia de la importancia de proteger la piel de los niños del sol, muchas veces ocurre que finalmente su piel termina quemada o reseca por efectos del sol, pero también por el agua del mar o la piscina, produciendo cierta irritación, por eso aprenderemos cuáles son los cuidados después del sol para la piel de los niños.
No hay que desconocer que el sol es importante para sintetizar vitaminas, por lo cual es beneficioso que los pequeños reciban un poco de sol, pero con muchas precauciones. Es que la piel de los niños es sumamente delicada, y pueden quemarse severamente tras un día al aire libre.
Por ello, nunca debe faltarles la pantalla solar total, en fórmulas hipoalergénicas especialmente formuladas para su piel delicada. En general, tienen un FPS superior a 45 ó 50.
Pero luego, es importante proveerlos de una adecuada hidratación, que mantenga la piel sana tras el día al sol. La loción post solar no debe faltar entonces en la maleta de las vacaciones. Así, la piel del niño se recuperará de la humedad perdida.
Siempre que te sea posible, utiliza productos formulados especialmente para niños, con fórmulas más suaves, o si no, para pieles sensibles. Procura que no tengan colorantes o perfumes que pueden irritar su piel. Las fórmulas infantiles son de textura ligera, más fáciles de extender y se pueden utilizar en el rostro y el cuerpo. Se absorben rápido y no suelen causar alergia, además son calmantes para el enrojecimiento.
Para evitar un excesivo desecamiento de la piel del niño, se recomienda bañarlos con agua dulce tras el baño de mar o piscina, para quitarles la sal o el cloro de sus pieles que son los que la dañan.
Procura cuidar las zonas de la piel “olvidadas” a la hora de aplicar pantalla solar, como el cuero cabelludo, las orejas, el empeine de los pies, la nariz, los hombros. Y que lleven siempre un sombrero, será una buena manera de mantener la cabeza fresca, y evitarles quemaduras en el cuero cabelludo y rostro.
No hay que desconocer que el sol es importante para sintetizar vitaminas, por lo cual es beneficioso que los pequeños reciban un poco de sol, pero con muchas precauciones. Es que la piel de los niños es sumamente delicada, y pueden quemarse severamente tras un día al aire libre.
Por ello, nunca debe faltarles la pantalla solar total, en fórmulas hipoalergénicas especialmente formuladas para su piel delicada. En general, tienen un FPS superior a 45 ó 50.
Pero luego, es importante proveerlos de una adecuada hidratación, que mantenga la piel sana tras el día al sol. La loción post solar no debe faltar entonces en la maleta de las vacaciones. Así, la piel del niño se recuperará de la humedad perdida.
Siempre que te sea posible, utiliza productos formulados especialmente para niños, con fórmulas más suaves, o si no, para pieles sensibles. Procura que no tengan colorantes o perfumes que pueden irritar su piel. Las fórmulas infantiles son de textura ligera, más fáciles de extender y se pueden utilizar en el rostro y el cuerpo. Se absorben rápido y no suelen causar alergia, además son calmantes para el enrojecimiento.
Para evitar un excesivo desecamiento de la piel del niño, se recomienda bañarlos con agua dulce tras el baño de mar o piscina, para quitarles la sal o el cloro de sus pieles que son los que la dañan.
Procura cuidar las zonas de la piel “olvidadas” a la hora de aplicar pantalla solar, como el cuero cabelludo, las orejas, el empeine de los pies, la nariz, los hombros. Y que lleven siempre un sombrero, será una buena manera de mantener la cabeza fresca, y evitarles quemaduras en el cuero cabelludo y rostro.
viernes, 12 de julio de 2013
¿Qué hago si me separan del bebé tras el parto?
Me separaron de mi bebé cuando nació
Estamos deseando tener a nuestro bebé en los brazos, pero durante los primeros momentos tras el parto no ha sido posible, como ocurre con las cesáreas en la mayoría de las maternidades. O quizá todo fue bien pero nos separaron. O nuestro parto fue medicalizado y el bebé no nació alerta, y no se dio ese encuentro. O no nos separaron, pero no sentimos nada de lo que nos dicen otras mujeres que sienten, sino extrañeza y tristeza.
En las aves, el periodo crítico para establecer el vínculo tras el nacimiento dura apenas unos minutos y si el encuentro no ocurre en ese momento, no es posible recuperarlo. Sin embargo, los mamíferos, y especialmente los humanos, podemos establecer el vínculo con nuestros bebés a lo largo de un periodo que puede extenderse durante meses.
Es cierto que pasar juntos la hora que sigue al parto lo hace todo más fácil (la lactancia, el vínculo), pero ninguna de estas dos cosas son exclusivas de esta primera hora. Podemos recuperarla con un poco más de tiempo, con acciones y actitudes que recreen el escenario bioquímico y neurológico que necesitamos.
¿Cómo?
Recuperar el vínculo
1.Amamanta a tu bebé
Así se activan las hormonas que favorecen el vínculo y, además, tiene efecto antidepresivo y ansiolítico. Y si optamos por la lactancia artificial, démosla como si fuera materna: a demanda, siempre la misma persona, en brazos y buscando el contacto visual y corporal con el bebé.
2. Permanece piel con piel
Manten el mayor tiempo posible el contacto piel con piel, la piel desnuda, pues favorece la liberación de oxitocina y nos hace sentir al bebé «de otra forma».
3. Lleva a tu bebé pegado al cuerpo
Aunque no sea piel con piel, dentro de una bandolera o un cangurito, para que pueda escuchar el familiar sonido de tu corazón.
4. Juega con tu hijo
Hazle masajes, juega con él. El tiempo que le dedicas en exclusiva fortalece el vínculo y la seguridad en ti misma como madre y activa las hormonas responsables de estos procesos.
El Dr. Marshall Klaus, profesor de pediatría de la Universidad de California, cuenta en su artículo “Madre e hijo: los lazos emocionales tempranos”, que las enfermeras francesas del s. XIX observaron, cuando muchas mujeres con pocos recursos abandonaban a sus hijos en el hospital para que fueran adoptados, que las que los amamantaban al menos durante ocho días raramente los dejaban. En resumen, podemos recuperar ese vínculo estando juntos el mayor tiempo posible.
Estamos deseando tener a nuestro bebé en los brazos, pero durante los primeros momentos tras el parto no ha sido posible, como ocurre con las cesáreas en la mayoría de las maternidades. O quizá todo fue bien pero nos separaron. O nuestro parto fue medicalizado y el bebé no nació alerta, y no se dio ese encuentro. O no nos separaron, pero no sentimos nada de lo que nos dicen otras mujeres que sienten, sino extrañeza y tristeza.
En las aves, el periodo crítico para establecer el vínculo tras el nacimiento dura apenas unos minutos y si el encuentro no ocurre en ese momento, no es posible recuperarlo. Sin embargo, los mamíferos, y especialmente los humanos, podemos establecer el vínculo con nuestros bebés a lo largo de un periodo que puede extenderse durante meses.
Es cierto que pasar juntos la hora que sigue al parto lo hace todo más fácil (la lactancia, el vínculo), pero ninguna de estas dos cosas son exclusivas de esta primera hora. Podemos recuperarla con un poco más de tiempo, con acciones y actitudes que recreen el escenario bioquímico y neurológico que necesitamos.
¿Cómo?
Recuperar el vínculo
1.Amamanta a tu bebé
Así se activan las hormonas que favorecen el vínculo y, además, tiene efecto antidepresivo y ansiolítico. Y si optamos por la lactancia artificial, démosla como si fuera materna: a demanda, siempre la misma persona, en brazos y buscando el contacto visual y corporal con el bebé.
2. Permanece piel con piel
Manten el mayor tiempo posible el contacto piel con piel, la piel desnuda, pues favorece la liberación de oxitocina y nos hace sentir al bebé «de otra forma».
3. Lleva a tu bebé pegado al cuerpo
Aunque no sea piel con piel, dentro de una bandolera o un cangurito, para que pueda escuchar el familiar sonido de tu corazón.
4. Juega con tu hijo
Hazle masajes, juega con él. El tiempo que le dedicas en exclusiva fortalece el vínculo y la seguridad en ti misma como madre y activa las hormonas responsables de estos procesos.
El Dr. Marshall Klaus, profesor de pediatría de la Universidad de California, cuenta en su artículo “Madre e hijo: los lazos emocionales tempranos”, que las enfermeras francesas del s. XIX observaron, cuando muchas mujeres con pocos recursos abandonaban a sus hijos en el hospital para que fueran adoptados, que las que los amamantaban al menos durante ocho días raramente los dejaban. En resumen, podemos recuperar ese vínculo estando juntos el mayor tiempo posible.
Normas para cumplir durante el destete
El destete ocurre cuando tu bebé deja de amamantar y obtiene toda su alimentación de otras fuentes que no sea el seno, ante esta situación, se considera que el bebé está destetado.
Se produce a instancias de la madre y requiere de mucha paciencia porque puede llevar bastante tiempo. También depende de la edad del bebé y de su nivel de adaptación a la nueva situación.
Algunas normas para el destete
El destete significa que hay que sustituir el pecho con otra forma de alimentación. Pero, también significa que se debe mantener el lazo con la madre a través de diferentes actividades.
Por ejemplo, muchas veces le dabas de mamar a tu bebé para calmarlo, ahora, deberás buscar otros medios que te ayuden a hacerlo sentir bien. Te recomendamos que le leas un libro, que canten juntos o jueguen al aire libre, entre otras cosas.
Por otro lado, hay dos normas básicas que debes conocer para destetar a un niño. La primera es “no ofrecer y no negar”. Es decir, no le ofrezcas el pecho si él no lo ha pedido. Sin embargo, cuando te lo pida, se lo tienes que dar sin discutir. La segunda norma es es “darle algo mejor a cambio”. Aquí es cuando comienza la parte difícil.
Consideraciones actuales sobre el destete
Actualmente, las mamás destetan a sus bebés cada vez a mayor edad. Ésto ocurre debido a una mayor conciencia respecto al destete natural, el amamantamiento prolongado, además, es la expresión de una lactancia exitosa.
Organizaciones como la OMS (Organización Mundial de la Salud) como UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) expresan su apoyo a una lactancia exclusiva hasta los seis meses de edad. En cuanto al destete, lo extienden más allá de los dos años de la vida del bebé.
Por su parte, las madres plantean una dificultad: explican que es más fácil destetar a un bebé que no habla que a otro más grande, es decir, que sabe expresar sus opiniones y, de alguna manera, decidir. Sin embargo, que sea más fácil destetarlo para la madre no significa que también lo sea para el niño.
Se produce a instancias de la madre y requiere de mucha paciencia porque puede llevar bastante tiempo. También depende de la edad del bebé y de su nivel de adaptación a la nueva situación.
Algunas normas para el destete
El destete significa que hay que sustituir el pecho con otra forma de alimentación. Pero, también significa que se debe mantener el lazo con la madre a través de diferentes actividades.
Por ejemplo, muchas veces le dabas de mamar a tu bebé para calmarlo, ahora, deberás buscar otros medios que te ayuden a hacerlo sentir bien. Te recomendamos que le leas un libro, que canten juntos o jueguen al aire libre, entre otras cosas.
Por otro lado, hay dos normas básicas que debes conocer para destetar a un niño. La primera es “no ofrecer y no negar”. Es decir, no le ofrezcas el pecho si él no lo ha pedido. Sin embargo, cuando te lo pida, se lo tienes que dar sin discutir. La segunda norma es es “darle algo mejor a cambio”. Aquí es cuando comienza la parte difícil.
Consideraciones actuales sobre el destete
Actualmente, las mamás destetan a sus bebés cada vez a mayor edad. Ésto ocurre debido a una mayor conciencia respecto al destete natural, el amamantamiento prolongado, además, es la expresión de una lactancia exitosa.
Organizaciones como la OMS (Organización Mundial de la Salud) como UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) expresan su apoyo a una lactancia exclusiva hasta los seis meses de edad. En cuanto al destete, lo extienden más allá de los dos años de la vida del bebé.
Por su parte, las madres plantean una dificultad: explican que es más fácil destetar a un bebé que no habla que a otro más grande, es decir, que sabe expresar sus opiniones y, de alguna manera, decidir. Sin embargo, que sea más fácil destetarlo para la madre no significa que también lo sea para el niño.
Yodo en el embarazo, esencial para el desarrollo cerebral del bebé
Es un mineral al que no se le hace demasiado caso, pero deberíamos. Al quedar embarazada se recomienda un suplemento de ácido fólico (incluso desde un mes antes) y también de yodo durante toda la gestación porque se ha demostrado que el yodo en el embarazo es esencial para el desarrollo cerebral del bebé.
También se recomienda durante el período de lactancia ya que su carencia, que puede traer consecuencias en la salud de nuestros hijos como bocio, hipotiroidismo, retraso del crecimiento, estrabismo y deterioro intelectual y psicomotor.
Son diversos los estudios que se han encargado de poner en evidencia los efectos del déficit de yodo en el embarazo y en la lactancia. El último ha sido uno llevado a cabo por un equipo de investigación de la Universidad de Granada perteneciente al proyecto europeo Nutrimenthe.
Según este último, los niños nacidos de madres con deficiencia de yodo durante la gestación tenían con 8 años un coeficiente intelectual tres puntos inferior que los demás así como peor habilidad para la lectura a los nueve años.
El yodo es esencial para el crecimiento, el desarrollo cerebral, la síntesis de hormonas tiroideas y la regulación de numerosos procesos metabólicos en el organismo. Es por eso que su déficit afecta el desarrollo psicomotor e intelectual del niño, el cual en España, por cierto, es muy alto.
Pero así como el yodo en el embarazo es esencial para el desarrollo cerebral del bebé, y durante la lactancia, también es importante mantener niveles adecuados de yodo durante la infancia, etapa en la que el cerebro continúa desarrollándose. Es por eso que debemos cuidar que no falte en la alimentación de nuestros pequeños cuando comienzan con la incorporación de alimentos sólidos.
¿Qué alimentos son fuente de yodo? Podemos encontrarlo en la sal yodada (cuidado con el exceso), la leche, las verduras y principalmente los mariscos y pescados de mar, de dos a tres veces por semana.
También se recomienda durante el período de lactancia ya que su carencia, que puede traer consecuencias en la salud de nuestros hijos como bocio, hipotiroidismo, retraso del crecimiento, estrabismo y deterioro intelectual y psicomotor.
Son diversos los estudios que se han encargado de poner en evidencia los efectos del déficit de yodo en el embarazo y en la lactancia. El último ha sido uno llevado a cabo por un equipo de investigación de la Universidad de Granada perteneciente al proyecto europeo Nutrimenthe.
Según este último, los niños nacidos de madres con deficiencia de yodo durante la gestación tenían con 8 años un coeficiente intelectual tres puntos inferior que los demás así como peor habilidad para la lectura a los nueve años.
El yodo es esencial para el crecimiento, el desarrollo cerebral, la síntesis de hormonas tiroideas y la regulación de numerosos procesos metabólicos en el organismo. Es por eso que su déficit afecta el desarrollo psicomotor e intelectual del niño, el cual en España, por cierto, es muy alto.
Pero así como el yodo en el embarazo es esencial para el desarrollo cerebral del bebé, y durante la lactancia, también es importante mantener niveles adecuados de yodo durante la infancia, etapa en la que el cerebro continúa desarrollándose. Es por eso que debemos cuidar que no falte en la alimentación de nuestros pequeños cuando comienzan con la incorporación de alimentos sólidos.
¿Qué alimentos son fuente de yodo? Podemos encontrarlo en la sal yodada (cuidado con el exceso), la leche, las verduras y principalmente los mariscos y pescados de mar, de dos a tres veces por semana.
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