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martes, 6 de agosto de 2013

Grasas y azúcares en exceso en el embarazo, predisponen a las adicciones

Una dieta en el embarazo con altos índices de grasas y azúcares, podría hacer al bebé más vulnerable a las adicciones al alcohol y a las drogas en su vida adulta, de acuerdo a un estudio realizado por el Instituto del Cerebro McKnight de la Universidad de Florida (Estados Unidos).

Los datos se desprenden de un estudio realizado en ratas, en las cuales hubo una camada de crías cuyas madres recibieron una dieta con elevados índices de azúcares y grasas, mientras que a la otra se le administró una dieta más balanceada.

Así, las ratas cuyas madres recibieron alimentación alta en azúcares y grasas tuvieron de adultas un mayor peso, y fueron más propensas a consumir alcohol y sustancias como las anfetaminas.

Al mismo tiempo, estas crías de madres con dieta alta en grasas tenían niveles significativamente más altos de triglicéridos, un tipo de grasa que se encuentra en el torrente sanguíneo que puede aumentar el riesgo de enfermedades del corazón.

Asimismo, estas crías se convirtieron en hiperactivos cuando se administraron dosis bajas de anfetamina, lo que sugiere la sensibilidad a la droga.

“Nuestros hallazgos sugieren que incluso cuando las ratas están todavía en el útero, la exposición a dietas altas en grasas y ricas en azúcar puede, además de aumentar el peso corporal, conducir a una predisposición a beber alcohol y una sensibilidad a las drogas”, señalaron los autores del estudio.

“La mayoría de las mujeres a la edad de procrear en Estados Unidos tienen sobrepeso y esto es muy probablemente debido a que comen en exceso alimentos sabrosos, ricos en grasa, con alto contenido de azúcar. El aumento de la obesidad prenatal y en la infancia y el aumento del número de jóvenes que abusan del alcohol y las drogas son problemas que pueden convertirse en cada vez mayores”, agregaron estos autores.

Dietas altas en grasas y azúcares durante el embarazo pueden tener un efecto muy negativo en el feto, que se manifestará en su vida adulta como mayor predisposición al sobrepeso, a los problemas cardiovasculares y ahora se suma también, a las adicciones.

Por este motivo, controlar la alimentación en el embarazo es un aporte invaluable de la madre a la futura salud de su hijo, a lo largo de toda la vida.

martes, 30 de julio de 2013

Manicuras para embarazadas y mamás recientes

Más de una vez te habrás preguntado si puedes pintarte las uñas durante el embarazo, o si puedes usar esmalte cuando tienes un bebé. Resolvemos tus dudas.

Esmaltes de uñas durante el embarazo

Muchas mamás primerizas se cuestionan la conveniencia de hacerse manicuras y usar esmaltes de uñas. “¿Me puedo pintar las uñas?” “¿Afectaré a mi bebé?” son algunas de las preguntas más frecuentes.

Algunos estudios aseguran que los componentes de las lacas de uñas están en una cantidad tan insignificante que no llegan a atravesar la placenta, por lo que no los consideran un peligro real. Sin embargo, es probable que estés harta de escuchar que estos componentes son tóxicos ya que contienen productos químicos como el tolueno, el dibutilftalato y el formaldehido que podrían absorberse a través de las células cutáneas y afectar al feto, causando trastornos en tu bebé.

Aunque lo mejor es que consultes a tu médico, hoy en día tienes muchas opciones para lucir unas manicuras y pedicuras impecables sin preocupación. Estos componentes ya no son habituales en la mayoría de los esmaltes, y marcas como Essie u Opi no los utilizan.

Manicuras y pedicuras para mamás

Una vez que has sido mamá, puedes seguir pintándote las uñas, pero escoge esmaltes libres de los productos indicados, ya que tu bebé puede cogerte el dedo y llevárselo a la boca.

¿No tienes tiempo para dedicarle a tus uñas de manos y pies? Por muy ocupada que estés, un rato para ponerte guapa siempre viene bien. La clave es utilizar productos que faciliten su aplicación y sean de secado rápido. Así, en pocos minutos podrás lucir unas manicuras y pedicuras impecables.

Ejercicio en la piscina durante el embarazo: consejos

Tras haber visto cómo la piscina es una gran alidada de la embarazada, vamos a comentar cuáles son los puntos más importantes a tener en cuenta a la hora de hacer ejercicio en la piscina durante el embarazo.

Sin duda la piscina puede ser una fuente de relajación, de bienestar y también convertirse en el medio idóneo para realizar ejercicio (lo cual redundará en lo anterior), pero lo queremos hacer de manera segura durante el embarazo.

Ya hemos hablado en ocasiones de cuáles son las pautas a seguir para que la realización de ejercicio durante el embarazo sea saludable, y hay ciertas normas básicas comunes.

En primer lugar, es necesario cerciorarse de que nuestro embarazo no es de riesgo, y si aún no hemos ido al ginecólogo, moderar la práctica de ejercicio y esperar a la primera consulta hasta que se confirme que no existe contraindicación alguna.

Si no hacíamos ejercicio antes, esperaremos a iniciarlo según las indicaciones del especialista, muy poco a poco. De todas formas, incluso en este caso la natación es un deporte de poco riesgo y bajo impacto, que se puede empezar a practicar en cualquier momento (para otros ejercicios es mejor esperar).

Para la actividad física es necesario tener en cuenta ciertas pautas que hagan de ella una práctica segura. No realizarla con demasiado calor o frío, protegerse del sol (esto es especialmente importante en piscinas al aire libre), mantenerse bien hidratada, no “forzar la máquina”, parar al menor signo de fatiga… son los pilares básicos.

Especialmente importante es la hidratación (beber líquidos abundantes) y no hacer ejercicio con hambre, pues en esta etapa es mejor tomar un snack ligero saludable que pasar hambre y realizar la siguiente comida con exceso.

Del otro lado, tras una comida copiosa tampoco es bueno realizar el ejercicio, por lo que lo mejor es alrededor de la hora del almuerzo o de la merienda, una vez a pasado cierto tiempo de las comidas más importantes del día.

El calentamiento es importante antes de empezar cualquier ejercicio, por lo tanto podemos hacer unos estiramientos antes de lanzarnos al agua (o realizarlos ya en el agua), un paseo a buen ritmo… Sobre todo hemos de intentar no empezar a hacer ejercicio intenso desde cero.

Además, la embarazada ha de llevar cuidado con los resbalones al moverse alrededor de la piscina (especialmente en el tercer trimestre que es cuando menos establecido tenemos el equilibrio debido al gran aumento de volumen de la tripa).

Por supuesto, dejaremos los saltos acrobáticos o los trampolines para otro momento, y bajaremos al agua sentadas desde el borde o por las escaleras, buscando siempre nuestra seguridad y la del bebé.

Una correcta higiene en la ducha tras el ejercicio en la piscina evitará riesgos de alergias u otras afecciones en la piel o el riesgo de infecciones de orina.

Si mantenemos la piel hidratada después del baño evitaremos la sequedad cutánea que a veces los productos de la piscina pueden provocar (y lo más importante, alguna alergia), y atención también al cuidado del cabello.

Si tenemos alguna afección leve seguramente pueda mejorar con la práctica de ejercicio en la piscina: lo ideal es preguntar a los expertos para que nos aconsejen algún ejercicio específico.

En definitiva, la piscina es una gran aliada de la embarazada y más en verano cuando es complicado hacer otro ejercicio sin sufrir los rigores del calor. Tan solo tenemos que seguir los consejos de seguridad y ponernos en forma para estar más saludables durante el embarazo.

martes, 23 de julio de 2013

Nuevo estudio sobre la depresión postparto: ¿puede prevenirse?

No siempre es el momento más feliz del mundo, aunque nos digan que debería serlo. Se trata de un momento muy importante, pero que conlleva diferentes sentimientos. Entre un 10 y un 18% de las madres recientes sufre depresión postparto.

En ellas, la alegría da paso a la angustia, la desesperación y el llanto, muchas veces incomprendidos por el entorno. Pero, ¿cuál es el origen de este trastorno? ¿Existe un perfil de mujer propensa a sufrir depresión postparto? ¿Hay algún modo de prevenirla?

Un estudio publicado en “Molecular Psychiatry” ahonda en las explicaciones sobre las causas biológicas de la depresión postparto, y aporta datos sobre las causas genéticas que predisponen a sufrirla.

Los investigadores de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos han realizado un ensayo a pequeña escala, con 52 mujeres, del que os hablamos hace unas semanas. A través de análisis genéticos pudieron predecir que el 85 % de las participantes en el estudio desarrollarían depresión postparto.

De este modo, el factor biológico y genético se combina con factores cognitivos, conductuales y psicológicos que también influyen en este proceso complejo.

La investigación se ha centrado en la epigenética, es decir, en aquellos factores que hacen que un gen se active o no, y produzca por lo tanto una respuesta determinada. Los factores epigenéticos se adquieren y alteran con la vida, con las experiencias. Como el estilo de vida de la madre influye en la epigenética, se llega a una importante conclusión: la depresión postparto puede prevenirse.

Prevenir la depresión postparto

En el mundo las mujeres tienden más que los hombres a padecer ansiedad y depresión, lo cual podría explicarse por causas hormonales. La revolución hormonal que suponen el embarazo y el parto podrían acrecentar el riesgo de padecer depresión. Pero, ¿qué podemos hacer para minimizar ese riesgo?

La “mala fama” de la depresión postparto que hace que la mujer se sienta culpable de sufrirla, acrecentándose así los síntomas, es una de las claves sobre las que se puede actuar, desde frentes diversos.

  • El apoyo social es importante para reducir las posibilidades de desarrollo de depresión postparto en la mujer. La ayuda profesional a la hora de establecer correctamente la lactancia (dar el pecho se ha asociado con menor depresión postparto).
  • Es importante que los profesionales sanitarios que están en contacto con la mujer tengan una adecuada formación en habilidades de comunicación y en la detección precoz de los trastornos afectivos para detectar riesgos y facilitar la intervención temprana.
  • La ayuda familiar a la hora de desarrollar las tareas de la casa o simplemente mostrar el apoyo a la nueva madre… es importante. No se trata de imponernos sino de ofrecer nuestra ayuda en lo que podamos con tal de aliviar el cansancio de la madre.
  • Animar a la mujer a comunicar sus sentimientos y saber escucharla sin minimizarlos o restarles importancia, sin decirle que esos no deberían ser los sentimientos que se esperan de ella… Frases como “después del parto se olvida todo lo malo” pueden hacer mucho daño según las circunstancias.
  • En definitiva, el entorno social, especialmente la pareja, también debe ser consciente de lo que suponen los cambios tras el parto y el proceso psicológico por el que puede atravesar la mujer.
  • Conviene que ella misma durante el embarazo sea informada, por ejemplo en las clases de preparación al parto, de lo que suponen los cambios con la llegada del bebé, y de que sentir cierta tristeza o temor no es raro, no hay que luchar contra esos sentimientos normales.
  • Mantener un nivel de actividad adecuado, realizando aquello que a la madre le gusta durante el embarazo (depresión en el embarazo puede conllevar en el postparto), saliendo, estando en contacto con otras madres después de dar a luz, practicando relajación… puede ayudar a mitigar la tristeza tras el parto.
En definitiva, vemos como hay múltiples factores que pueden afectar a la mujer para que sufra depresión postparto, y hacen falta más investigaciones para conocerlos todos. Y aunque resulta difícil predecir, cada vez estamos más cerca gracias a estudios como este que se aproxima al trastorno de una manera rigurosa.

Mientras tanto, nos quedamos con uno de sus resultados esperanzadores: es posible prevenir la depresión postparto.

viernes, 12 de julio de 2013

Yodo en el embarazo, esencial para el desarrollo cerebral del bebé

Es un mineral al que no se le hace demasiado caso, pero deberíamos. Al quedar embarazada se recomienda un suplemento de ácido fólico (incluso desde un mes antes) y también de yodo durante toda la gestación porque se ha demostrado que el yodo en el embarazo es esencial para el desarrollo cerebral del bebé.

También se recomienda durante el período de lactancia ya que su carencia, que puede traer consecuencias en la salud de nuestros hijos como bocio, hipotiroidismo, retraso del crecimiento, estrabismo y deterioro intelectual y psicomotor.

Son diversos los estudios que se han encargado de poner en evidencia los efectos del déficit de yodo en el embarazo y en la lactancia. El último ha sido uno llevado a cabo por un equipo de investigación de la Universidad de Granada perteneciente al proyecto europeo Nutrimenthe.

Según este último, los niños nacidos de madres con deficiencia de yodo durante la gestación tenían con 8 años un coeficiente intelectual tres puntos inferior que los demás así como peor habilidad para la lectura a los nueve años.

El yodo es esencial para el crecimiento, el desarrollo cerebral, la síntesis de hormonas tiroideas y la regulación de numerosos procesos metabólicos en el organismo. Es por eso que su déficit afecta el desarrollo psicomotor e intelectual del niño, el cual en España, por cierto, es muy alto.

Pero así como el yodo en el embarazo es esencial para el desarrollo cerebral del bebé, y durante la lactancia, también es importante mantener niveles adecuados de yodo durante la infancia, etapa en la que el cerebro continúa desarrollándose. Es por eso que debemos cuidar que no falte en la alimentación de nuestros pequeños cuando comienzan con la incorporación de alimentos sólidos.

¿Qué alimentos son fuente de yodo? Podemos encontrarlo en la sal yodada (cuidado con el exceso), la leche, las verduras y principalmente los mariscos y pescados de mar, de dos a tres veces por semana.

martes, 2 de julio de 2013

Embarazada en verano: hábitos saludables

Durante las vacaciones, se hacen muchas actividades que no pueden realizarse el resto del año. ¡Hay que aprovechar el ocio y el buen tiempo! Si estás embarazada te preguntarás qué cosas puedes hacer y cuáles no en tu estado.

Las dudas sobre lo que se puede y lo que no se puede hacer son habituales durante el embarazo. A veces, se trata de dudas triviales que ni te has acordado de comentar con tu matrona. Resolverlas te ayudará a relajarte y disfrutar.

Ir a un concierto

Los bebés oyen desde los primeros meses de gestación. Además, tienen sus gustos y preferencias. Les gustan especialmente las melodías armónicas y sobre todo la música de Mozart. Muchas embarazadas notan que cuando la música es muy estridente o el volumen está demasiado alto, su hijo se mueve sin parar o da patadas. Aún así, recuerda que cualquier sonido le llega al bebé amortiguado por el líquido amniótico, las paredes del útero y todo lo que le rodea, y que el sonido que más le llega es la voz de su madre.

Salir por la noche

No hay razón para prohibir salir por la noche, siempre que recuperes el sueño perdido levantándote más tarde al día siguiente o con una siesta a mediodía. Bailar con moderación es divertido, flexibiliza las articulaciones y antes del parto puede ayudar a que el feto se coloque bien. Bailar hasta cansarse es no es bueno ni para ti ni para tu bebé.

Subir a la montaña

Dar paseos por la montaña es un ejercicio agradable en verano. Si subes a demasiada altura, el cuerpo protesta poniendo el corazón a mucha velocidad. En ese momento, haz una parada y deja las grandes ascensiones para cuando haya nacido el bebé. Procura beber mucha agua para compensar la que pierdes a través del sudor.

Jugar a las palas

Es una forma divertida de mover el cuerpo entre baño y siesta y, en principio, no hay motivo para privarte de este juego siempre que los otros jugadores tengan mucho cuidado de no golpearte con su pala y de no tropezar contigo. Descansa si estás sofocada, bebe suficiente líquido y evita el sol excesivo. El ejercicio físico nunca te debe llevar al agotamiento.

Nadar

La natación es un deporte muy bueno para las embarazadas, siempre que su práctica no sea extenuante y no se nade en zonas peligrosas o aguas sucias. En el agua, la mujer embarazada se siente más ligera, puede estirar con comodidad los músculos y mover las articulaciones. Además este ejercicio previene las varices y favorece un buen parto. Puedes nadar incluso en las últimas semanas de embarazo, mientras no se expulse el tapón mucoso, no haya dilatación en el cuello del útero ni existan síntomas de parto. Lo mejor es nadar boca arriba, apretando los abdominales y estirando la columna. En la playa, las primeras horas de la mañana son el momento ideal para practicar este deporte.

Viajar a un país exótico

Si te sientes segura de que el viaje está bien planificado y los restaurantes y los alojamientos ofrecen garantías de higiene, no hay inconveniente en el primer o segundo trimestre del embarazo. Sin embargo, algunas vacunas necesarias para viajar a ciertas áreas, como la de la fiebre amarilla, no se deben poner durante la gestación.

Tomar el sol en el pecho y la tripa

Cada vez hay más mujeres que lucen un bonito bronceado en la tripa, aunque estén embarazadas. Puedes tomar el sol teniendo en cuenta que debes aplicarte crema solar de alta protección y que debes evitar exposiciones prolongadas y en las horas de más calor.

Bañarte en el mar y bucear

Es bueno siempre que conozcas el lugar, que evites playas en las que pueda haber corrientes, no entres en el agua si ondea la bandera amarilla o roja o si no hay vigilancia. Evita bañarte sin compañía. Si el agua está muy fría métete poco a poco hasta aclimatar tu cuerpo, que puede estar caliente por el sol. No es aconsejable hacer inmersiones en profundidad, porque los cambios de presión pueden perjudicar los órganos del feto, aún inmaduros.

Comer ensaladas

Es uno de los platos recomendados durante la gestación, por su aporte en vitaminas, minerales y fibra. Asegúrate siempre de que las verduras estén bien lavadas y que se haya utilizado agua potable. Si tienes alguna duda toma la verdura cocida.

Fumar algún cigarrillo

No se recomienda fumar nada en absoluto. El tabaco es tóxico para el bebé en formación, aumenta el riesgo de nacer con bajo peso y de sufrir infecciones respiratorias en los primeros años de vida. Mientras estás fumando un cigarrillo, tus arterias se contraen y al feto le llega menos aporte de sangre, oxígeno y alimento a través de la placenta.

Tomar una copa

Las mujeres embarazadas no deben tomar alcohol. Esta sustancia pasa en dosis importantes al feto y también a la leche materna durante la lactancia.

Viajar en avión

Puedes viajar en avión sin problemas, teniendo la precaución de mover las piernas, hacer ejercicios con los pies para activar la circulación o levantarte de vez en cuando si el viaje es largo.

Montar a caballo

No debes montar a caballo durante el embarazo, porque los golpes al trotar pueden repercutir en el útero y por el riesgo de caídas. Pero si tienes experiencia, puedes dar un paseo con cuidado, por terrenos poco abruptos, al trote suave.

Hacerte un tatuaje

Si el centro donde se realizan no utiliza material estéril, puedes contraer una infección por estreptococos u otros gérmenes y si el tatuaje está en la zona lumbar, el anestesista puede desaconsejar la epidural en el parto. Es preferible posponer unos meses la decisión.

Hacer el amor

¡Claro que sí! Mantener relaciones sexuales solo está contraindicado si hay hemorragias, riesgo de parto prematuro o si estas son desagradables para la madre por algún motivo.

Depilarte

Con cera, nada que objetar, salvo que se inflame la piel. Con maquinilla, tampoco. Lo que está desaconsejado en verano es el láser, ya que con el sol deja manchas en la piel.

Ir a un balneario

Evita sumergirte en aguas demasiado calientes o meterte en la sauna, porque el calor afecta al feto y tú te puedes marear si te baja la tensión. Los masajes que estimulan los puntos de acupuntura o las técnicas especiales para movilizar energía pueden provocar contracciones.

Beber refrescos de cola

Llevan cafeína, una sustancia excitante que consumida en exceso puede afectar al sistema nervioso del futuro bebé. Lo mismo ocurre con el café o el té. Una o dos dosis de cafeína o teína al día no hacen daño, pero es mejor no sobrepasar esa cantidad.

Teñirte el pelo

No está claro que sea inocuo, porque cualquier producto que se aplica en la piel pasa a la sangre de la madre y puede llegar al feto. Puedes usar sustancias menos agresivas como tintes vegetales o henna.

Consejos para viajes en coche durante el embarazo

En verano muchas parejas y familias deciden salir de viaje en coche, y si ella está embarazada, es conveniente tener en cuenta algunos recaudos para que su viaje sea más placentero, por eso es que veremos algunos consejos para viajes en coche durante el embarazo.

Efectivamente, viajes largos en coche con poca posibilidad de cambiar de posición puede ser molesto para la mujer, así que en este caso la primera sugerencia es no escoger destinos excesivamente lejanos, y hacer paradas frecuentes para estirar las piernas, para poder orinar sin retener – que predispone a infecciones –. De la misma manera, se debe tomar suficiente líquido y al mismo tiempo, hacer varias comidas pequeñas cada dos o tres horas.

Recuerda que el uso del cinturón es obligatorio en el embarazo, colocando la banda pélvica por debajo del vientre, a la altura de las caderas y bien ajustado. En cuanto a la cinta diagonal debe colocarse entre el pecho, sobre el hombro, alejada del cuello. El cinturón de seguridad es un resguardo a la vida de la madre y del bebé, sin causarle daño.

En cada parada a lo largo del viaje, aprovecha a caminar algunos metros y a realizar algunos ejercicios que permitan activar la circulación sanguínea, en especial en las extremidades que es la zona que más dificultades circulatorias presenta.

En la medida de lo posible practica ejercicios dentro del coche para mantener tu circulación más activa, como poner los pies de puntillas y a continuación apoyar los talones y levantar las puntas de los pies, o hacer movimientos circulares con los tobillos, también con las muñecas.

No es conveniente que la mujer embarazada sea la única conductora en un viaje que no sea corto, así que programa viajar con otro adulto para turnarse frente al volante, o para que puedas viajar en el asiento del copiloto o en los traseros.

Ten en cuenta que el calor afecta a las embarazadas y niños, evita viajar en las horas de sol más fuerte, ya que si bien el coche puede tener aire acondicionado, se hace difícil mantenerlo fresco, y en todo caso los cambios bruscos de temperatura al subir y bajar el coche, tampoco son buenos.

jueves, 27 de junio de 2013

El parto vaginal normal

Dar a luz a un bebé es una de las cosas más increíbles por las que pasa una mujer y, a la vez, uno de los eventos que más incertidumbre crea. Imaginad hasta qué punto puede llegar este temor al qué sucederá, que hay mujeres que al saberse embarazadas mezclan alegría con preocupación por el miedo al parto.

Con la intención de que las mujeres embarazadas puedan llegar al momento del parto con un poco más de confianza, o conociendo al menos el proceso, vamos a explicar lo que de manera general sucede cuando se da a luz a un bebé en un parto vaginal normal.

Cuándo sucede

El parto vaginal sucede en algún momento entre la semana 37 y la 42, que es el tiempo en que un parto se considera a término. Como veis es un plazo muy extenso, de nada menos que 5 semanas, en el que algunos bebés deciden salir antes y otros después. Todo depende de la maduración de cada bebé, porque no todos llevan el mismo ritmo de desarrollo.

Se suele informar a las mujeres embarazadas de la fecha probable de parto, para tener una referencia de cuándo es posible que nazca el bebé. Sin embargo, como he dicho en alguna ocasión, (ya sabéis que soy de un gracioso que tiro para atrás… hablo irónicamente, claro), deberíamos hablar de fecha improbable de parto, porque un bebé nace cuando tiene que nacer en el plazo de las cinco semanas comentadas, y a veces incluso nace antes o después.

Qué hace que una mujer se ponga de parto

Bien, la verdad es que aún no se sabe a ciencia cierta qué es lo que hace que una mujer que está gestando a un bebé tranquilamente se ponga de pronto de parto, que su útero empiece a contraerse y el bebé acabe por fin naciendo. Se cree que todo se debe a unos intensos cambios hormonales, ya que de hecho han sido ellas, las hormonas, las encargadas de hacer que el cuerpo de la mujer cambie en muchos sentidos durante el embarazo.

Los primeros “síntomas” de parto

Puede suceder que el pistoletazo de salida lo dé la rotura del saco amniótico, más conocida como “romper aguas” o “una de dos, o estoy de parto o me he meado encima”. Si bien es cierto que no todas las mujeres sufren dicha rotura del saco, llegando a suceder a veces algo tan increíble como ver nacer a un bebé con su bolsa intacta.

Lo siguiente (o lo primero) será empezar a notar contracciones en el útero, que tienen como misión dilatar el cuello del mismo (el cuello del útero) e ir descendiendo al bebé por el canal del parto.

Esto que se explica tan rápido tiene una duración mucho mayor, porque un parto se divide en las fases de dilatación latente, dilatación activa, expulsivo y alumbramiento y, aunque hay mujeres que en pocas horas pasan por todas las fases, lo más habitual, y sobretodo si la mujer es primeriza, es que pueda durar unas cuantas horas más, llegando a veces a casi un día de parto (a veces hasta más).

Cómo es el momento del parto

Cuando todo sucede según lo habitual lo primero que se ve es la coronilla del bebé, que la mujer podrá observar con la ayuda de un espejo. Si papá sigue de pie, puede hasta documentar el parto con una cámara, pues es posible que quieran recordar ese momento por siempre. El instante de la salida de la cabeza es el más complejo, porque es la parte más ancha del bebé, y se suele recomendar mucha paciencia porque si la mujer puja, si aprieta, corre el riesgo de lesionarse o desgarrarse.

Una vez sale la cabeza el cuerpo le sigue con relativa facilidad, momento en que el bebé sale para volver a estar con la madre, sobre su pecho, en contacto piel con piel. Si todo ha ido bien y el bebé está sano no hay prisa para hacer las revisiones de rutina del bebé y veréis que ya no se les aspira la boca ni la nariz ni se hace eso de darles un cachete en el culo boca abajo (por suerte hace mucho que ya no se hace), porque se considera que ya no hace falta que el bebé llore: muchos empiezan a respirar tranquilamente, en silencio, sin necesidad de sufrir innecesariamente.

Carta a mi futura mamá

Allí, en el pecho de la madre, deberá permanecer todo el tiempo que sea posible para aprovechar que nace en estado de alerta, precisamente para poder hacer su primera toma de pecho. Los bebés son capaces de reptar y moverse ellos solos hasta llegar a su objetivo, girar la cabeza, y cogerse por sí mismos. Cuando lo hacen así, cuando son ellos los que se cogen, las probabilidades de que la lactancia se establezca con éxito porque mamen bien son mucho mayores que si mamá y bebé son separados o si al bebé se le introducen sondas por la boca, chupetes o un biberón. Además, el hecho de no separarles hace que la relación no se rompa en ningún momento y que ambos creen un vínculo afectivo más sólido.

El bebé puede no ser como esperabais

Los bebés que salen en las películas suelen tener ya unas semanitas de vida y un aspecto fabuloso, así que es posible que al ver al bebé los padres se queden un poco impresionados. Nacen con la piel azulada, arrugados por el tiempo que llevan flotando en el líquido amniótico, con la cabeza ligeramente deformada (la cabeza coge forma ovalada para poder pasar por el canal del parto) y relativamente flaquitos, sin esos carrillos tan típicos de los bebés rosados que imaginamos.

Para empezar a coger color, y para aprovechar lo despiertos que están al nacer, hay que disfrutar del contacto, de las caricias, de olerles, de notarles respirar encima y debemos de, en definitiva, empezar a amarles.

Veréis que está recubierto de una sustancia cremosa que recibe el nombre de vérnix. Antiguamente se bañaba a los bebés para retirarla y para dejarlos bien presentables, pero ahora cada vez se hace menos, porque se ha visto que los bebés mantienen mejor la temperatura si no se hace y porque la vérnix se acaba absorbiendo por la piel y parece que tiene algún tipo de función protectora.

Además, es posible que los padres se sorprendan por el tamaño del bebé. Por una parte al ver lo pequeñito que puede llegar a ser un ser humano y por otra parte por tratar de entender cómo podía estar dentro de la barriga de mamá, cómo podía caber, con lo grande que se ve en comparación y cómo ha podido salir con semejante cabeza (como hemos dicho, deformando la cabeza).

Las siguientes horas tras nacer

Poco a poco el bebé irá cogiendo buen color de piel, hará su primera toma y permanecerá tranquilo sobre el pecho de mamá, despierto durante quizás un par de horas. Tras ese tiempo dormirá ya unas cuantas horas en las que irá echando probablemente líquido amniótico por la boquita de tanto en cuanto. Tendrá las manitas y los pies un poco fríos, incluso cuando esté tapado y sobre mamá, aunque a medida que vaya pasando el tiempo y regule mejor la temperatura esto se irá solucionando.

Quizás haya junto a la cama una cunita de bebé. Lo ideal, lo recomendable, es utilizarla lo menos posible, para que mamá y bebé sigan en contacto tanto como sea posible. Incluso si mamá necesita ir al lavabo o si va a darse una ducha, papá puede (mejor, debe) coger al bebé para ir conociéndole y para iniciar así una relación que tiene que ser también fuerte para que ambos puedan crecer juntos.

domingo, 23 de junio de 2013

Preparación al parto: ejercicios para el transverso -Video


El músculo transverso del abdomen está situado justo debajo del ombligo y tiene un papel fundamental en el embarazo y en el parto. El fisioterapeuta Rafael Vicetto nos enseña un ejercicio para fortalecerlo y tonificarlo.

Edad materna se asocia a complicaciones en el parto

Un estudio llevado a cabo en Irlanda determinó que las madres demasiado jóvenes, aún en la adolescencia, son más propensas a tener un parto prematuro al tiempo que las madres de mayor edad, tienen más probabilidades de tener una cesárea, con lo que se confirma la relación entre la edad y las complicaciones en el parto.

Investigadores del Trinity College de Dublín encontraron tras observar a casi 37.000 madres primerizas entre los años 2000 a 2011, comparando los partos de mujeres adolescentes y mayores de 35 años, con aquellas que estaban entre los 20 a 34 años.

El 3 por ciento de las participantes tenía 17 años o menos, mientras que un 2 por ciento tenía 40 años o más. El 78 por ciento de las mujeres tenía entre 20 y 34 años. En cuanto a los partos prematuros, se dieron en un 6 por ciento de las mujeres de 20 a 34 años, mientras que entre las adolescentes estos nacimientos antes de término se produjeron en un 10 por ciento de los casos.

En cuanto a las cesáreas, se practicaron en un 24 por ciento de las madres del grupo de edad media, al tiempo que entre las mujeres de 40 años o más abarcaron el 54 por ciento, siendo entre las adolescentes una opción sólo para el 11 por ciento.

Los bebés de las mujeres de más de 35 años son más propensos a tener malformaciones congénitas y a permanecer en la unidad de terapia intensiva neonatal. “En una madre primeriza de 40 años hay que ser menos tolerante con cualquier complicación y más propensos al parto por cesárea”, señalaron.

Este estudio viene a ampliar y respaldar a otros existentes, en el que se indica que mujeres demasiado jóvenes tienen organismos en ocasiones inmaduros para sobrellevar hasta el final la carga de una gestación, mientras que en mujeres al límite de sus años fértiles, es mucho más habitual la presencia de diversas complicaciones del embarazo y del parto, como también malformaciones congénitas.

Es así como a la hora de planificar la maternidad, como también de utilizar métodos de control prenatal, hay que considerar que un embarazo a edades extremas – demasiado joven o más madura – siempre implicará más riesgos que si se lleva adelante la gestación a una edad intermedia.

miércoles, 19 de junio de 2013

Video: Cómo levantarse de una silla durante el embarazo


A medida que avanza el embarazo y crece la tripita, debemos prestar atención a los movimientos y las posturas corporales. ¿Cómo hay que levantarse de una silla? Rafael Vicetto, fisioterapeuta especializado en embarazo y posparto, nos lo explica en este vídeo.

El ejercicio en el embarazo disminuye la posibilidad de una cesárea

Cuando el bebé en el útero presenta un peso demasiado grande, lo que se conoce como macrosomía fetal, es posible que el obstetra opte por la realización de una cesárea como vía de nacimiento. Es por ello que hay que tener en cuenta que el ejercicio en el embarazo limita las posibilidades de tener un bebé demasiado grande, y así se disminuye la probabilidad de necesitar una cesárea.

Estos datos se desprenden del estudio de investigadores españoles, quienes determinaron tras observar a 500 gestantes que hacer ejercicios en el embarazo reduce el riesgo de tener un bebé con un peso mayor al que se indica para un parto vaginal seguro.

Este hallazgo tan interesante se suma al de otra investigación, esta vez de la Universidad de Granada, que halló que el 68 por ciento de las mujeres embarazadas no realizan el ejercicio recomendado durante el embarazo, lo cual conlleva diversas consecuencias tanto en el desenvolvimiento de la gestación y el parto, como en la salud del bebé.

La investigación a la que hacemos referencia fue encarada en forma conjunta por las universidades de Granada, Politécnica de Madrid y Europea de Madrid.

En concreto, se determinó que practicar ejercicio moderado tres veces a la semana durante el segundo y el tercer trimestre de gestación disminuye a la mitad el riesgo de tener bebés con más de 4 kilos de peso, la macrosomía fetal, lo cual evita a su vez una cesárea.

Al grupo analizado se le indicó un programa de entrenamiento en base a 55 minutos de ejercicio aeróbico, estiramiento muscular y ejercicios de flexibilidad, tres días a la semana, desde la semana 10-12 a la 38-39 del embarazo. Otro grupo control recibió los cuidados y recomendaciones habituales.

Al finalizar, se halló que no se logró reducir el riesgo de desarrollar diabetes gestacional, pero sí se disminuyó la macrosomía fetal en un 58 por ciento y el parto por cesárea en un 34 por ciento.

Esta nueva investigación nos acerca una nueva prueba de la importancia de realizar actividad física durante el embarazo, lo cual además ayuda a controlar el aumento de peso y evitar los excesos.

viernes, 14 de junio de 2013

Molestias en las piernas durante el embarazo

Durante la gestación y especialmente en los últimos meses, sobre todo en verano, es frecuente sentir molestias en las piernas: hormigueo, hinchazón, tirones... La mayoría de los trastornos se pueden prevenir si desde un principio cuidamos las piernas como se merecen.

Las piernas acusan mucho los cambios que se producen en el sistema circulatorio. En la gestación el corazón bombea mucha más sangre para que también le llegue una cantidad suficiente al feto.

En consecuencia, el volumen de sangre que circula por las venas y arterias aumenta, y también lo hace la producción de líquido adicional en el cuerpo, para permitir que los tejidos soporten el desarrollo del bebé.

Además, el útero, a medida que crece, va comprimiendo las venas de las piernas y de la pelvis. Un aumento de peso excesivo también les afecta negativamente.

Trastornos más frecuentes

Pesadez

Es la molestia más común. Se debe, sobre todo, a la ganancia de peso y a la retención de líquidos, que dificulta la circulación de retorno al corazón.

Varices

Las sufren el 20% de las embarazadas. Son venas dilatadas que se ven como líneas azules transparentes a través de la piel. Algunas veces, cuando están muy hinchadas, producen dolor. Generalmente son hereditarias, pero pueden aparecer por muchos factores como la presión de las venas de las piernas por el propio embarazo, por permanecer muchas horas de pie, el calor, o por la acción de las hormonas femeninas. Suelen remitir tras el parto.

Calambres

Son espasmos musculares dolorosos, localizados generalmente en la pantorrilla. Suelen producirse cuando estamos acostadas (por la noche o por la mañana) y son más frecuentes en el segundo o tercer trimestre. Pueden deberse a la sobrecarga de trabajo a la que están sometidos los músculos y huesos, pero en ocasiones también evidencian un déficit de potasio en la dieta.

Hinchazón

La hinchazón leve de las manos, piernas y tobillos se llama edema y es normal en los últimos meses de embarazo. La presión del útero hace que el líquido se acumule en zonas donde la circulación es más lenta, como los pies o los tobillos, que se inflaman. Si es muy acusada o aparece de repente en manos, pies o cara y se acompaña de mareos o dolor de cabeza, hay que acudir a urgencias ya que puede deberse a una hipertensión.

Es aconsejable

Tumbarse con las piernas en alto varias veces al día.
Caminar, hacer ejercicios de rotación de los pies y nadar.
Utilizar medias elásticas de compresión, incluso en verano, ya que favorecen la circulación de retorno.
Con la ducha, recorrer despacio las piernas de abajo arriba, alternando el agua templada y la fría.
Seguir una dieta rica en fibra para regular el tránsito intestinal. El estreñimiento aumenta el riesgo de varices.

Hay que evitar…

Exponer las piernas al sol y a altas temperaturas, ya que el calor favorece la dilatación venosa.
Utilizar calcetines o medias cortas que compriman las piernas, así como prendas ajustadas.
Abusar de la sal y el café, ya que ambas sustancias favorecen la retención de líquidos en el organismo.
Permanecer muchas horas de pie o cruzar las piernas durante largo rato, porque se limita el flujo de sangre.

jueves, 6 de junio de 2013

Embarazo: Cómo tumbarse y levantarse de la cama - Video


Los cambios que experimenta nuestro cuerpo durante el embarazo afectan a la forma que tenemos de movernos. Hay que presatar atención a algo tan sencillo como es levantarse y tumbarse en la cama y hacerlo siguiendo los consejos que Rafael Vicetto, fisioterapeuta experto en embarazo y posparto, nos da en este vídeo.

lunes, 3 de junio de 2013

Drenaje linfático en el embarazo

Una de las molestias en el embarazo más habituales es la del edema, nombre médico que se le da a una condición conocida por las madres, la de la hinchazón y la retención de líquidos. Esta condición se produce debido a los cambios hormonales, pero también porque las extremidades inferiores ven dificultada la circulación de retorno y así acumulan líquidos y toxinas que inflaman piernas y pies. El drenaje linfático es una técnica de masoterapia – masajes – capaz de ayudar al cuerpo a liberarse de toxinas y líquidos retenidos, aliviando esa molesta sensación de pesadez.

En definición, el drenaje linfático persigue la activación del funcionamiento del sistema linfático superficial, para mejorar la eliminación de liquido intersticial y de las moléculas de gran tamaño y optimizar su evacuación. Un experto realiza un masaje nada doloroso, muy placentero, que de alguna manera ayuda a vaciar la linfa, el líquido que acumula toxinas, haciendo que te sientas mejor y luzcas mucho mejor, incluso con beneficios para la piel y previniendo la celulitis.

Evitando el sobrepeso excesivo y haciendo ejercicios, evitarás la retención de líquidos, pero si sientes que necesitas ayuda extra, una sesión semanal de masajes de drenaje linfático, te traerá mucho alivio. Debes procurar que el profesional sea experto, y tenga en cuenta tu condición de embarazada, pues no se realiza de la misma forma que se lo hace a una persona que no lo esté.

Estas maniobras estimulan la circulación y el vaciamiento de los vasos linfáticos, lo que ayuda a eliminar la retención de líquidos. Otro beneficio agregado es que mejora el sistema inmunológico de la madre, otorgando grandes beneficios para el bebé.

El masaje también empuja el líquido que queda retenido o estancado en las zonas afectadas, llevándolo hacia el torrente sanguíneo para que pueda ser eliminado. El drenaje linfático se indica a partir del quinto mes de la gestación, cuando las molestias por retención de líquidos comienzan a hacerse más frecuentes.

El drenaje linfático en el embarazo suele focalizarse en piernas, pies y tobillos que es donde más molestias por hinchazón se producen. Sin embargo, en caso de haber dolor de ciática o molestias el drenaje en la zona de la espalda y los glúteos puede aliviar bastante.

De todas maneras, es importante consultar al obstetra antes de realizar estos masajes, pues en embarazos de riesgo el drenaje linfático podría esta contraindicado.

Vídeo: cuidados de la salud bucodental durante el embarazo



Si estás embarazada, no has de descuidar la salud bucal, ya que estamos en una etapa en la que los cambios hormonales y las posibles náuseas hacen peligrar el buen estado de boca y dientes. Un buen cuidado diario y las revisiones dentales mantendrán los problemas alejados.

En este vídeo hacen un resumen de los cuidados de la salud bucodental durante el embarazo de una manera muy amena y clara. Nos explican cuál es el mejor momento para realizarse un control y por qué es importante cuidarse la boca, no solo por la salud de la propia mamá sino también por la del futuro bebé. Por eso incluye consejos para los más pequeños de la casa.

Se trata de un vídeo elaborado por el Consejo General de Colegios de Dentistas de España y la Fundación Dental Española que, como os contábamos hace unos días, han organizado la Primera Campaña Salud Oral y Embarazo, gracias a la cual las mujeres embarazadas que lo deseen podrán realizarse una revisión bucodental gratuita durante este mes de junio.

Aprovechamos para recordaros esta oportunidad a todas las futuras mamás, y esperamos que este vídeo sobre los cuidados de la salud bucodental durante el embarazo os resulte interesante. En menos de cuatro minutos nos ofrece muchas claras pinceladas sobre el tema.

miércoles, 29 de mayo de 2013

¿Embarazada? Cuida tu boca: las infecciones en las encías duplican el riesgo de parto prematuro

Mucho se habla de prepararse para el embarazo, pero a la salud de la boca no se le da la importancia necesaria, aún cuando las enfermedades bucodentales pueden suponer un riesgo para la gestación. Por eso, si estás embarazada o planeas estarlo cuida tu boca, y muy especialmente las encías, pues las infecciones de encías duplican el riesgo de parto prematuro.

Antes de plantearse un embarazo es fundamental una revisión con el dentista para evitar problemas a futuro. Las enfermedades periodontales como la gingivitis (inflamación e infección de las encías ) o la periodontitits (gingivitis avanzada sin tratamiento), sobre todo si se tenían desde antes de quedar embarazada, aumentan el riesgo de complicaciones como que el bebé nazca antes de tiempo o tenga bajo peso al nacer.

Los expertos calculan incluso que el riesgo de parto prematuro se puede llegar a triplicar si la madre tiene periodontitis. Creen que puede afectar al 36% de las embarazadas, siempre que haya gingivitis previa. Además, se relaciona también la enfermedad con un mayor tiempo para lograr el embarazo.

La gingivitis es muy frecuente en el embarazo y se caracteriza por una inflamación y enrojecimiento de las encías. Sangran con facilidad y tiene aspecto engrosado y aumentado de tamaño entre los dientes debido a la propia inflamación. Esto propicia que se acumulen bacterias debajo de la encía.

Son las propias hormonas del embarazo, debido a que provocan un aumento del flujo sanguíneo, las causantes de que las encías se inflamen y duelan, aumentando el riesgo de desarrollar gingivitis.

Por tanto, los especialistas recomiendan una mayor prevención antes de quedar embarazada. Así como preparas tu organismo cuidando tu alimentación y haciendo ejercicio, también hablan de “prepararse bucalmente” para ser madres.

Una vista obligada al dentista y una buena higiene bucal.

El uso de faja en el posparto

Es habitual entre las mamás recientes el uso de una faja de soporte tras el parto, ya sea que se haya producido en forma vaginal o mediante cesárea. En los primeros días tras dar a luz, estas fajas elásticas permiten brindar soporte a los tejidos abdominales distendidos durante el embarazo, aportando mayor confort.

Y en caso de una cesárea, permiten realizar algunos movimientos un poco más amplios, con la tranquilidad que la incisión no se moverá ni causará un dolor excesivo o problemas con la herida.

Además, las fajas posparto podrían ayudar a reducir el abdomen tras el embarazo y a recuperar la figura más rápidamente. En los primeros días tras el parto, la faja es útil y en cierta medida ayuda al útero a regresar a su sitio, permitiendo mayor comodidad.

Sin embargo, el uso prolongado de la faja puede hacer que los músculos abdominales no trabajen lo suficiente, lo cual no es ninguna ayuda, pues son el sostén natural del abdomen y en definitiva los que deben realizar el trabajo de soportar la barriga.

No esta demostrado, en principio, que utilizar faja ayude a recuperar la figura más rápido que si no se utiliza nada, es por ello que hay médicos que la sugieren y otros que no.

No obstante, la faja no debe ser utilizada demasiado tiempo, pues hay que dejar que los músculos del abdomen y la espalda hagan su trabajo para obtener a largo plazo un sostén natural que nos asegure una buena postura y evite problemas posturales – musculares u óseos – más adelante.

Si la mujer ha dado a luz por cesárea probablemente necesite la faja un poco más, hasta acostumbrar su abdomen a sus movimientos habituales una vez el proceso de cicatrización vaya avanzando. Sin embargo, tras cierto tiempo, también conviene dejar de utilizarla para rehabilitarse naturalmente.

En cualquier caso, no conviene llevar faja mucho más allá del primer mes. Es importante decir que no es probable que la faja de haga volver a tu forma antes de lo que sucedería si no la llevas. Además si es verano y has tenido una cesárea, conviene airear la herida para su mejor cicatrización. Acumular humedad, calor y sudor sobre la incisión no te ayudará en nada.

sábado, 25 de mayo de 2013

La alimentación en el embarazo protege contra la bronquiolitis

La bronquiolitis es la inflamación de las vías aéreas pequeñas que afecta durante la temporada invernal a los menores de dos años, y que produce más tasas de ingresos hospitalarios y complicaciones respiratorias graves en los niños.

Si bien suele ser la principal preocupación de salud de los padres durante el invierno, lo cierto es que se puede comenzar a prevenir ya desde el embarazo, y particularmente con la alimentación de la madre.

En concreto, un estudio realizado en Argentina por la Fundación Infant, junto a pediatras de hospitales públicos, determinó que una alimentación rica en hidratos de carbono y pobre en frutas y verduras, puede aumentar hasta siete veces las posibilidades de que ese bebé contraiga bronquiolitis en sus primeros años de vida.

Es que una alimentación en el embarazo rica en frutas y verduras, tiene un buen efecto en la formación de los pulmones y en el desarrollo del sistema inmune del feto, lo cual le dará mayores herramientas para soportar mejor una infección de sus vías respiratorias.

Cabe señalar para tener en cuenta la importancia de prevenir esta enfermedad, que en 2011, el año en el que se inició el estudio, las infecciones por el virus sincicial respiratorio – principal agente causante de la bronquiolitis – causó 14 veces más hospitalizaciones y cuatro veces más muertes en los menores de dos años que la gripe A en plena pandemia.

En este estudio, participaron las familias de 1293 chicos; el 62% estaba infectado con el VSR y más de la mitad tenía menos de 6 meses de edad.

Se analizaron las condiciones de vida de cada familia, incluso si se fumaba en el hogar, la educación de los padres, la lactancia y los factores de riesgo posnatales conocidos de las infecciones respiratorias.

Entre las encuestas, se interrogó sobre los hábitos de alimentación de las embarazadas en cuanto a grupos de alimentos: grasa, carbohidratos, proteínas y frutas/verduras. Se halló que los hijos de las mujeres que los consumían durante el embarazo cuatro veces o más por semana pan, bollería, refrescos azucarados, arroz, patatas, pasta o azúcar refinada, tenían siete veces más probabilidades de llegar con complicaciones más graves de bronquiolitis que aquellos bebés de madres con mayor consumo de frutas y verduras, concretamente con un nivel bajo de oxígeno en sangre.

El consumo materno habitual de frutas y verduras, en este caso, redujo en un 75 % las posibilidades de que el niño enferme de bronquiolitis.

Así que a pesar de que aún faltan muchos meses para la temporada invernal, las embarazadas que den a luz en esa época deben comenzar ya mismo a proteger la salud respiratoria de sus hijos, consumiendo alimentos sanos.

martes, 21 de mayo de 2013

Prurito en el embarazo

Es habitual que las embarazadas experimenten picor en distintas zonas de su cuerpo durante el embarazo. Una vez más, se trata de una sintomatología normal, que cederá una vez haya nacido el bebé, a pesar de lo molesto que puede ser sentir la necesidad de rascarse todo el tiempo.

Experimentar una leve picazón en algunas zonas del cuerpo es totalmente normal y no debe despertar ninguna preocupación, y se debe al aumento del flujo sanguíneo en todo el cuerpo, incluyendo la piel. Esa circulación activada puede dar lugar a la presencia de molestias como erupciones y sudoración.

Si el picor te resulta demasiado molesto, conversa con tu doctor para que te prescriba alguna loción que contenga calamina que podrás conservar en la nevera, para que esté fresca y te cause un gran alivio al aplicarla en algunas de las zonas de la piel en las que siente picazón.

Evita rascarte todo el tiempo, pues podrías agravar la irritación y te terminarán picando mucho más, sin contar con que podrías causarte alguna excoriación superficial, que resulte peor que el pico en sí mismo.

La ropa holgada de algodón es mucho más suave para la piel de forma tal que no te exacerbará el picor, utilízala cada vez que puedas.

En la zona de la tripa la piel puede picarte mucho más, es debido a que se está estirando a medida que crece. Aplica buenas cantidades de crema hidratante antiestrías de la prescripta por tu médico, eso aliviará la picazón y además claro está, evitará las estrías. Mantener la piel bien hidratada en todo tu cuerpo, sin dudas ayudará a que pique menos.

Cabe decir también que a muchas embarazadas les aparecen erupciones cutáneas en las últimas etapas del embarazo, sobre la zona de la tripa, y también son producidas por todos los cambios gestacionales.

La piel de la zona abdominal es muy delicada, y además está sometida a mucha presión debido al estiramiento, así que procura no rascarte, y en cambio conversa con tu doctor sobre la posibilidad de utilizar lociones calmantes.

Ten en cuenta además que si el picor se torna más severo en especial en palmas de las manos, si presentas ictericia – coloración amarillenta de la piel y de la parte blanca de sus ojos – consulta de inmediato a tu médico, pues podrías estar teniendo colestasis del embarazo, una complicación.