Hemos comentado en varias ocasiones hasta qué punto puede llegar a afectar nuestra forma de vida previa y durante el embarazo a los hábitos de nuestro futuro bebé. Diversas investigaciones apuntaban a que el estrés prenatal puede modificar el patrón de sueño del bebé, pero ha salido a la luz un nuevo estudio publicado en la revista Sleep que vincula los problemas de sueño del bebé con el estrés de la madre incluso antes del embarazo.
Han podido concluir que los bebés de mujeres que sufrieron estrés antes de la gestación son más propensos a despertarse en mitad de la noche y a tener un sueño de peor calidad durante el primer año de vida.
Se realizó un cuestionario para detectar problemas de ansiedad y depresión en mujeres de ente 20 y 34 años y al convertirse en madres se les volvió a preguntar sobre la forma de dormir de sus bebés. En un 29% de las mujeres se detectó problemas de estrés, mientras que el 46% de los hijos de esas madres se había despertado al menos una vez durante la noche a los seis meses y el 39% al año.
En comparación, un 52% de los pequeños se despertaba en mitad de la noche a los 6 meses, frente al 43% de los demás niños; y el 46% frente al 36% a los 12 meses.
No pretendo cuestionar el estudio, en absoluto. Desde luego, cuanto más tranquila haya estado la madre antes, durante y después del embarazo creará un entorno más favorable para el descanso del bebé, pero en ocasiones este tipo de investigaciones nos alarma sin sentido.
Considero absolutamente normal que un bebé de 6 meses o de 12 se despierte por la noche una y más veces. Provengan o no de madres estresadas antes del embarazo, forma parte de su naturaleza. Lo inusual es que no se despierte ni una vez.
Por su parte, para evaluar si de verdad existe una relación entre el estrés previo al embarazo con el sueño de los bebés habría que tener en cuenta otros parámetros como qué nivel de estrés tenían las mujeres antes de quedar embarazadas, si han sufrido situaciones especialmente angustiantes y si una vez nacidos los bebés tienen patrones de sueño que puedan considerarse anormales. Seguramente se seguirá investigando sobre el tema.
Vía: El Mundo