Hace algunos meses la noticia de que Francia y otros países prohibieron los implantes de siliconas de la marca PIP al no poder garantizar su seguridad, desató una ola de temor entre las mujeres que los tenían colocados, primordialmente por haberse detectado algunos casos de cáncer y por tener una alta tasa de roturas.
Es por ello que las mujeres que tengan implantes PIP – Poly Implant Prothese – y estén dando el pecho al bebé no sepan bien qué hacer, si destetar al bebé y acudir a retirar el implante al médico, o cuáles son sus opciones.
En este sentido, lo que se recomienda es realizar una ecografía mamaria y verificar el estado de la prótesis, este sistema diagnóstico no tiene ninguna consecuencia para la lactancia, y no interfiere con ella.
El problema de las PIP es que se degradan muy rápido, cerca de los ocho años es cuando más problemas hay. Por eso, extrema las precauciones si estás cerca de esa fecha desde que te operaste.
Llegado el caso, será el cirujano quien dedica qué es lo mejor, si hay que extraer las prótesis. De las 672 mujeres que se extrajeron las prótesis, unas 23 tuvieron roturas sin saberlo.
Además, si bien se han dado 20 casos de cáncer entre usuarias de estas prótesis, no se puede afirmar con certeza que haya una relación de causa.
En cuanto al bebé, tampoco es probable que reciba daño alguno si toma el pecho y su madre tiene una prótesis PIP rota.
El pediatra Carlos González lo explica en estos términos: “Primero, nada hace pensar que los productos tóxicos de la prótesis puedan pasar a la leche y segundo, puedan tener ningún efecto por vía oral. Por favor, los niños se pasan el día chupando cosas que nadie se implantaría en el cuerpo. La toxicidad de un producto es muy diferente cuando te lo tomas por vía oral o cuando te lo implantas y lo llevas durante años”.
Así que si consultaste con tu médico y tus implantes están bien, nada, hay que seguir dando de mamar. Y entretanto, no hay ningún motivo para suspender la lactancia en forma preventiva.
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