La diabetes en mujeres embarazadas se ha transformado en un factor de riesgo con respecto a los defectos congénitos, que aumentan hasta cuatro veces más cuando está presente la patología de base.
Las cardiopatías congénitas o la espina bífida son mucho más frecuentes entre hijos de mujeres con diabetes que entre las que no padecen esta enfermedad.
Los niveles elevados de glucosa en sangre en el período antes de concebir, y la falta de control de los mismos, podrían resultar en un aumento de casos de malformaciones.
Es por ello que las mujeres diabéticas vigilen de cerca sus niveles de glucosa en la sangre cuando están tratando de concebir.
El padecer de diabetes no es impedimento para tener un bebé, aunque se sabe que son más proclives a algunas complicaciones en el embarazo, como malformaciones congénitas, aborto o un bebé nacido con exceso de peso debido a demasiada azúcar durante la gestación.
Los crecientes niveles de diabetes tipo 2 en la población general, debido a una mala dieta, han preocupado a los científicos que analizan efectos como este.
“La buena noticia es que, con ayuda de los expertos antes y durante el embarazo, la mayoría de las mujeres con diabetes logran tener un bebé sano”, señalan, no obstante, los médicos.
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