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domingo, 4 de enero de 2009

¿Por qué le duele la garganta a los niños?

Es muy frecuente que, con la llegada del frío, a nuestros hijos les duela la garganta. La mayoría de estas infecciones son causadas por virus y bacterias y no siempre se curan con antibióticos.

  • Cuando coloquialmente hablamos de dolor de garganta nos referimos al dolor que aparece en la parte media de la faringe y las amígdalas. La mayoría de esos dolores se deben a una faringoamigdalitis, que es una infección causada por virus y bacterias (y muy rara vez, por hongos).
  • Siempre que el niño tenga dolor de garganta hay que averiguar si la enfermedad está producida por bacterias o por virus. Las infecciones bacterianas son más severas y requieren antibióticos, mientras que las víricas resultan más leves y los antibióticos son innecesarios y contraproducentes.
  • El dolor de garganta no se cura siempre con antibióticos. Bajo ningún concepto, debemos darle antibióticos al niño antes de consultar con el médico. Los antibióticos innecesarios fortalecen a las bacterias y hacen que éstas se vuelvan resistentes y difíciles de combatir.
Diferencias claras

Si observamos los síntomas, no es difícil averiguar qué germen produce la infección. Cuando está provocada por un virus, el dolor de garganta es llevadero, la fiebre baja, el estado general del niño es bastante bueno y la faringe sólo está levemente enrojecida.

En cambio, cuando la infección está provocada por una bacteria, la faringe está enrojecida, en las amígdalas aparecen placas blancas de pus, el niño tiene mal aliento y fiebre alta y se queja de dolor al tragar.

¿Qué hacer?

Si le duele ligeramente la garganta, no tiene fiebre ni se siente mal, la postura más adecuada es dejar que la infección siga su curso y el organismo acabe por eliminarla. Para ayudarle es conveniente ofrecerle líquidos en abundancia, leche, agua y zumos de frutas que no sean ácidos y mantenerle un tiempo prudencial en reposo.

Por el contrario, si tiene dolor de garganta, fiebre alta, cefalea, malestar general, cansancio y pérdida de apetito:
  • Le suministraremos un analgésico que sea también antitérmico, tipo paracetamol o ibuprofeno, para aliviar sus molestias.
  • Posiblemente, en unas horas o al día siguiente, al mirar en el interior de su boca, se vean unas amígdalas enrojecidas y con placas blanquecinas. No cabe duda de que hay que llevarle al médico.
  • Aunque esté desganado podemos ofrecerle alimentos blandos, lácteos, frutas y verduras, cereales y carnes o pescados cocidos o a la plancha. Los alimentos grasos y los muy condimentados, mejor evitarlos.
Sin complicaciones

Si el pediatra sospecha que la infección es de origen bacteriano, determina mediante unos reactivos si el germen es un estreptococo, ya que las infecciones causadas por esa bacteria pueden provocar complicaciones graves en el corazón, el riñón y las articulaciones. Será difícil que ocurra esto con un diagnóstico a tiempo.