Las madres que hacen dieta tienen casi dos veces más probabilidades de tener hijas que sufran de un trastorno de la alimentación, según afirman los investigadores.
La mayoría de los adolescentes en una encuesta dijeron que se sienten perjudicados por los efectos de la dieta de sus madres y las opiniones sobre los alimentos que ellas tienen, considerándolas como la mayor influencia, que afecta a su propia imagen.
Annabel Brog, editora de la revista Teen sugar, que llevó a cabo la encuesta, dijo que las niñas estaban muy influenciadas por las opiniones de su familia sobre la dieta y la alimentación, que describieron como su "fina herencia”.
Nueve por ciento de las adolescentes dijeron que están constantemente en dieta, una cifra que casi se triplicó entre las niñas cuyas familias les hacían comentarios sobre su peso.
En la encuesta de más de 500 adolescentes, casi cuatro de cada 10 niñas dijeron que su madre tuvo la mayor influencia en la forma en que se perciben a sí mismas.
Dos tercios dijeron que habían escuchado a su mamá quejándose de su propio peso y el 56 por ciento tienen madres que estaban a dieta.
Comentando los resultados de la encuesta, la psicóloga Amanda Hills, dijo: "Los niños aprenden a comportarse observando a sus padres”.
Así el efecto de recibir una constante auto-crítica por parte de sus mayores, les enseña a los influenciables adolescentes, a imitarlos en este tipo de habito que termina siendo nocivo para su salud, llevándolos a los desordenes alimentarios en una edad temprana, con seguras consecuencias a futuro sobre su salud.
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