Cuando una embarazada es obesa se consideraba necesaria la cesárea para que pudiera dar a luz. Si bien el exceso de peso de la madre era un factor, el peso del bebé también.
Las embarazadas obesas tienden a dar a luz a bebés muy grandes, quienes estarían correrían mayores riesgos durante un parto natural. El bebé podría nacer con hombros dislocados y la madre podría sufrir desgarros vaginales.
Sin embargo, si bien hoy en día, los médicos opinan que el parto vaginal puede ser riesgoso para la mujer con obesidad, también piensan lo mismo de los partos con cesárea.
Un riesgo importante respecto al parto en mujeres obesas es la dificultad de aplicarles la epidural. Debido a la contextura gruesa de la mujer, es más difícil localizar la espina dorsal con una aguja.
No obstante, de no colocarla epidural en la parturienta, será necesario aplicarle un anestésico general a través de un tubo en los pulmones para poder respirar apropiadamente. Esto significa un riesgo mayor que la epidural.
Asimismo, el sobrepeso en la mujer puede acarrearle mayores complicaciones durante el trabajo de parto. Es por ello, que una mujer debe procurar mantenerse dentro de su peso normal antes y durante el embarazo para disminuir los riesgos y complicaciones para ella y su bebé.
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