La acidez estomacal es uno de los síntomas más molestos y generalizados del embarazo. Ocurre especialmente en la segunda mitad de la gestación, cuando el tamaño del útero presiona al estómago y por ello es más normal tener algo de reflujo ácido.
La Sociedad Española de Ginecología sugiere que beber pequeños sorbos de líquidos a intervalos ayuda a controlar esta acidez estomacal en el embarazo, y también es útil con las náuseas del embarazo.
Los médicos recomiendan además incrementar la ingesta de líquidos en el embarazo para poder adaptarla a los requerimientos del estado gestacional. Lo ideal es consumir unos diez vasos por día en lugar de los ocho normalmente recomendados para todo el mundo, lo que equivale a 2,7 litros diarios de líquidos. Recordemos además que el peso al nacer del niño está relacionado con la ingesta de agua en el embarazo, entre otras cosas.
Beber suficiente líquido en el embarazo, además, ayuda a evitar el estreñimiento, eliminar toxinas, a no retener líquidos en exceso, disminuir el riesgo de infecciones urinarias, entre otras ventajas. Hay que beber agua incluso antes de sentir sed, pues la respuesta de sed es más tardía en el embarazo.
En la lactancia, beber suficiente líquido equilibra la producción de leche materna, es decir que se continúa bebiendo esa cantidad recomendada.
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