Hoy hablaremos de la importancia de una adecuada nutrición en el embarazo, para asegurar el óptimo desarrollo fetal y una buena salud de la madre, en el marco de un desarrollo normal del embarazo.
Nos concentraremos entonces en dos nutrientes indispensables: el hierro y el fósforo.
El hierro es responsable de la producción de hemoglobina, que transporta oxígeno a la madre y lógicamente, también al niño. La necesidad media cotidiana de hierro absorbido es de 0,8 miligramos durante el primer trimestre, 4,4 miligramos durante el segundo y 6,3 miligramos en el tercer trimestre en el embarazo, siguiendo las indicaciones médicas en todo caso.
Se suele indicar a las futuras madres un aporte extra de hierro además del que se obtiene de la dieta. Especialmente si hay antecedentes de anemia o en las vegetarianas, se suele administrar un suplemento dietario de hierro de entre 30 a 50 miligramos.
El hierro está presente en los siguientes alimentos: carnes, pescados, hígado y yema de huevo; también legumbres, frutos secos, algas, cereales y vegetales de hoja verde, incluyendo en la dieta patatas y remolacha. Cabe señalar que los suplementos no reemplazan a una buena alimentación.
El fósforo es abundante en muchos alimentos y no suelen darse suplementos salvo indicación particular. Entre otras importantes funciones, participa en la cerebral. También en el mantenimiento de huesos y dientes, y en casi todos los procesos metabólicos como el energético. Ayuda a mantener el PH de la sangre ligeramente alcalino. Componente importante del ADN, forma parte de todas las membranas celulares sobre todo en los tejidos cerebrales.
Lo encontramos en las legumbres como la soja, cerealesintegrales,frutossecos, carnes y pescados, levadura de cerveza, lácteos ecológicos, yema de huevo y vegetales como la alcachofas, perejil y apio.
Se requieren unos 700 miligramos diarios, pero las menores de 19 años necesitan algo más: 1.250 miligramos.
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