La reflexología es una terapia que tuvo sus orígenes gracias a la acupuntura donde se practican presiones en determinados puntos de las plantas de los pies para activar y regenerar los órganos internos.
Se practica además de la planta de los pies en algunos puntos de las manos, las orejas, en la cara y en la cabeza. En la sesión la persona idónea se dedica a determinar cuáles son los órganos que están desequilibrados y trabaja los puntos relacionados con los mismos realizando masajes de presión para restablecer el equilibrio en los mismos.
Entre los muchos beneficios que encontramos en la práctica de la reflexología durante el embarazo, está la relajación que los masajes de presión provocan en la futura mamá, además es ideal para calmar la ansiedad, y activar los procesos de autocuración para combatir mareos, vómitos y náuseas, fatiga, estreñimiento retención de líquidos y dolores de cabeza o espalda.
Es una práctica que se debe realizar a partir del tercer mes de embarazo, y debe ser realizada por un especialista que conozca del tema, el cual debe conocer a la perfección la historia clínica de la futura mamá. Con éstas condiciones no presenta daño alguno ni posee efectos dañinos para la madre ni para el bebé.
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