Muchos padres deben enfrentarse a la situación de que sus hijos han robado: en el jardín de infantes, en casa de un amiguito, o en otro lugar.
Es que un niño pequeño a veces no entiende la diferencia entre las cosas que le pertenecen y las que pertenecen a otro. Es deber de los padres enseñarle.
Es importante entonces que el niño entienda que debe devolver lo que no le corresponde, pero hay que evitar grandes reprimendas, ya que no queremos que sienta que ha defraudado a los padres puesto que realmente no se dan cuenta.
Dialogando con el niño se le puede explicar por qué está mal lo que ha hecho, y ayudarlo a devolver lo que se ha llevado.
Ahora bien, si el comportamiento persiste y se vuelve un hábito diario, lo mejor será consultar con un especialista.
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