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lunes, 21 de mayo de 2012

Continuar la lactancia mientras se incorpora gluten a la dieta del niño reduce las tasas de enfermedad celíaca

Los niños cuyas madres continuaron dándoles el pecho cuando incorporaron gluten a su dieta, tienen un 60 por ciento menos de probabilidades de desarrollar la enfermedad celíaca.

Recordemos que esta dolencia se caracteriza por una intolerancia alimentaria al gluten, presente principalmente en productos derivados del trigo, la avena, la cebada y el centeno (TACC). La lactancia prolongada tiene un efecto benéfico entre quienes tienen los genes para desarrollarla.

La Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, indica que prolongar la lactancia mientras se introduce gluten en la alimentación del bebé – a partir de los cuatro meses – ayuda a que las probabilidades de desarrollar la enfermedad disminuyan. La lactancia tiene ese efecto protector para el niño mediante mecanismos biológico complejos, entre los que se incluyen la creación de defensas de las infecciones y el desarrollo de la tolerancia frente a antígenos alimentarios.

Los síntomas más comunes de enfermedad celíaca en niños son diarrea crónica, distensión abdominal y pérdida de peso, aunque la dolencia puede diagnosticarse en diferentes momentos de la vida, incluso en la edad adulta. Un buen diagnóstico evitará las consecuencias de la enfermedad, como carencias nutricionales, osteoporosis, osteopenia, y el desarrollo de otras enfermedades autoinmunes.

En cualquier caso, la lactancia suma un nuevo beneficio, y si tu hijo tiene celiaquía, lo mejor es que lo trate un especialista en este tipo de enfermedades.