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miércoles, 4 de julio de 2012

Cómo prevenir la anemia en el embarazo

La futura mamá necesita un aporte extra de hierro para hacer frente a las nuevas necesidades de su organismo, para el desarrollo del feto y para acumular reservas de cara al parto. Este mineral proviene de los alimentos que tomamos, pero, ¿qué hacer cuando no es suficiente y aparece la anemia?

La anemia en el embarazo produce cansancio, dificultad respiratoria, palidez y a veces mareos, entre otros síntomas. Para prevenir su aparición conviene incluir en la dieta alimentos ricos en hierro: el hígado, las carnes rojas y las almejas son una buena fuente de este mineral, también contienen cantidades considerables de hierro, la ternera, el pollo, el huevo, los pistachos, las habas secas y las espinacas.

Una alimentación equilibrada puede proporcionar de 10 a 15 mg de hierro, el problema es que de ellos el organismo solo aprovecha 2 o 3 mg (al final del embarazo la futura mamá necesita 8 mg diarios), por ejemplo, el que aportan los alimentos de origen vegetal se absorbe peor que el que aportan los alimentos de origen animal.
Tratamiento para embarazadas con anemia

A algunas mujeres, el ginecólogo les prescribe un suplemento de hierro a partir de la segunda mitad del embarazo para prevenir la anemia. Se considera que la futura mamá tiene esta enfermedad cuando la hemoglobina está por debajo de 11,5 g/dl, el hematocrito es menor del 33% y el recuento de glóbulos rojos es inferior a 3.800.000. El tratamiento para embarazadas con anemia consiste en suministrar dosis elevadas de hierro por vía oral, dos o tres pastillas de 300mg de sulfato ferroso al día.