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jueves, 20 de septiembre de 2012

Cómo quitar los mocos a un bebé


Los bebés (y los que no son tan bebés) tienen mocos prácticamente todo el invierno. Aunque se resistan –no es algo agradable– es aconsejable quitárselos para evitar problemas posteriores. Te explicamos cómo y cuándo hacerlo.

Los bebés son propensos a los resfriados y se les tapona la nariz enseguida. El exceso de mucosidad entorpece su respiración y les molesta al comer y dormir.

Un ambiente algo húmedo les ayuda a descongestionarse. Los humidificadores son útiles, ya que las calefacciones secan mucho el ambiente.

Aunque el bebé pase un mal rato cuando le quitamos los mocos, es imprescindible hacerlo. Si los mocos se infectan, pueden producirles sinusitis, otitis, faringitis...

¿Cómo le quito los mocos al bebé?

La nariz del bebé se despeja con un lavado nasal. Primero hay que acostar al niño boca arriba, girarle la cabeza hacia un lado y aplicarle suero fisiológico para humedecer las fosas nasales.

Después, hay que sacarle las secreciones. Existen varios métodos:

Aspirador nasal de cánula

Es lo que mejor funciona en los bebés pequeñitos. Primero se pueden echar unas gotas de suero fisiológico en las fosas nasales. Después se coloca un extremo de la cánula en la fosa nasal y el otro en la boca del adulto. Acto seguido se aspira. Las secreciones se quedarán retenidas en un recipiente en medio del tubo.

Aspirador nasal ergonómico (perita)

Es algo menos eficaz que la cánula porque la nariz de los bebés es muy pequeñita y a veces la perita no logra hacer el vacío necesario para aspirar los moquitos. Es muy fácil de usar. Primero se aprieta el bulbo de goma, se introduce en una de las fosas nasales y, una vez dentro, se suelta poco a poco. Hay que procurar tapar la otra fosa nasal (apretando la nariz) para que la presión realizada sea mayor.

Pinzas nasales

Existen unas pinzas especiales para quitar los mocos secos. Tienen un tope de seguridad que impide introducirlo demasiado en la naricita del bebé. No son imprescindibles, pero a veces pueden venir bien.

Los bastoncillos están desaconsejados, porque podríamos hacer daño al niño al no calcular bien hasta dónde lo introducimos. Si tiene un moquito seco, lo mejor es utilizar la pinza nasal o un dedo (con mucho cuidado).

¿Cuándo hay que quitar los mocos al niño?

    Con tres o cuatro veces al día suele valer. No hay que obsesionarse ni estar continuamente quitándoles los moquitos, porque podríamos producirles alguna herida en la nariz o una pequeña hemorragia.

    Si simplemente notamos una especie de ronquido provocado por unos pocos mocos pero el niño está alegre, come bien y duerme bien, entonces hay que dejarlo como está. Significa que los mocos no le molestan.

    Cuando sintamos al bebé incómodo. Los bebés tienden a vomitar más fácilmente que los adultos y, muchas veces, los mocos les provocan náuseas.

    Antes de dormir. Los bebés respiran el 90% del tiempo por la nariz, aún no tienen demasiado pronunciado el reflejo de respirar por la boca. Por eso, cuando están dormidos y los mocos les provocan una sensación de ahogo (les llega menos oxígeno al cerebro) se despiertan llorando.

    Antes de comer. Al tener la boca tapada por el pecho o por el biberón, no podrán respirar con total normalidad. Por eso, cuando tienen muchos moquitos y les molestan, suelen comer menos. También suelen vomitar más.