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viernes, 19 de octubre de 2012

Cáncer de mama durante el embarazo: diagnóstico y tratamiento

El cáncer de mama es el tumor maligno que con mayor frecuencia aparece en mujeres embarazadas, tras el parto o durante la lactancia. ¿Sabes qué precauciones debes tomar y qué peculiaridades tiene su tratamiento?

Lo más importante para la prevención del cáncer de mama es el diagnóstico precoz, por eso, durante el embarazo se deben realizar revisiones periódicas con el ginecólogo y, si este detecta cualquier alteración en la exploración mamaria, es preciso realizar las pruebas para el diagnóstico sin retrasarlas hasta después del parto.

Cómo se diagnostica el cáncer de mama en embarazadas

El método de diagnóstico es igual que en la mujer no embarazada, con algunas peculiaridades:

- Mamografía: supone un riesgo mínimo de exposición a radiación para el feto, siempre que se emplee la protección adecuada. Sin embargo, en el embarazo, la mamografía no se debe realizar como prueba de rutina, ya que no es la prueba más válida debido al aumento de densidad de la glándula mamaria propia de la edad y del embarazo.
- Ecografía: es una prueba muy empleada durante el embarazo, ya que no emite radiación y permite el estudio de una mama densa, típica del embarazo.
- Biopsia: es el diagnóstico definitivo de la lesión y se puede realizar de manera segura con una punción aspiración de aguja fina (PAAF) o con una biopsia de la zona. En esto no se realizan diferencias respecto a la mujer no embarazada.
- Estudio de extensión: se debe evitar la realización de TAC, debido a la elevada radiación que puede recibir el feto. Es posible realizar con tranquilidad ecografía abdominal y Rx de tórax, con protección sobre el feto.

Posibles tratamientos para el cáncer de mama en el embarazo

Cirugía: es el primer tratamiento que se realiza en la mayoría de las mujeres con cáncer de mama durante el embarazo. La anestesia no supone un riesgo para el feto, ya que la paciente es asistida durante la intervención por un anestesista que controlará las constantes en todo momento. La técnica quirúrgica más empleada es la Mastectomía radical, debido a que con la cirugía conservadora (tumorectomía o cuadrantectomía) es necesario administrar Radioterapia postcirugía y esto no es aconsejable durante el embarazo. La cirugía conservadora solamente sería posible si la radioterapia sobre la mama se pudiese demorar a después del parto.

Radioterapia: puede suponer un riesgo potencial para el feto aunque no reciba directamente el haz de radiación, ya que durante el tratamiento se produce radiación dispersa. No debe ser administrada a mujeres embarazadas con cáncer de mama en estadios tempranos, ya que puede causar daño al feto. En mujeres con cáncer de mama en fases más avanzadas no debería administrarse durante los 3 primeros meses de embarazo

Quimioterapia: esta no debe darse durante el primer trimestre de la gestación, ya que los fármacos llegan al feto y puede dar lugar a malformaciones (teratogénesis). Después del primer trimestre, generalmente no está relacionada con un riesgo elevado de alteraciones fetales, pero puede estar relacionada con el parto prematuro y la pérdida fetal. El riesgo de malformación fetal en el 2º y 3º trimestre se estiman en un 1,3%.

Tratamiento hormonal: los estudios sobre tratamientos hormonales como terapia única o en combinación con quimioterapia para cáncer de mama en mujeres embarazadas son escasos. Por tanto, la eficacia de la terapia hormonal, sola o con quimioterapia en mujeres embarazadas, aún no ha sido determinada.