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miércoles, 3 de octubre de 2012

Insuficiencia venosa en el embarazo

Los cambios fisiológicos y hormonales del embarazo predisponen a la aparición de insuficiencia venosa, sumado a otros factores como los genéticos y hábitos de vida.

Es que a medida que avanza el embarazo y al llegar a las últimas semanas, el peso del útero dificulta el regreso de la sangre desde los capilares en zonas como piernas y glúteos, al corazón, propiciando que aparezcan várices.

Además, la presión de la cabeza del bebé en la zona inguinal, no ayuda demasiado en este sentido, pues aumenta la presión sobre los vasos sanguíneos. Algunas mujeres ya padecen desde antes síntomas de dificultades circulatorias como hinchazón, pesadez y hormigueo en las piernas que deben informar a su ginecólogo a fin de que esté alerta.

Es que en caso de que exista una insuficiencia venosa preexistente, hay protocolos de medicación que harán que se eviten las complicaciones más graves de esta patología, que son los trombos, o coágulos que viajan desde las piernas a los principales vasos sanguíneos del cuerpo en pulmones y corazón.

Del 30 al 40% de las embarazadas padece insuficiencia venosa, sin embargo no lo informan a su ginecólogo. Hormonas de la gestación como el lactógeno placentario, los estrógenos y la progesterona alteran el tejido conectivo de las venas. Es importante hacerlo, como también seguir determinadas medidas que ayudan a que este cuadro se revierta o bien a evitar complicaciones graves.

Los coágulos pueden presentarse, generalmente, al quinto día de dar a luz, por eso las mujeres medicadas deben continuar tomando lo recetado por su doctor.

Por ejemplo, no utilizar ropa ajustada, y en caso de trabajar muchas horas en la misma posición, es importante mover las piernas cada hora durante unos minutos para activar la circulación.

También, hacer ejercicio, beber suficiente agua y comer muchas frutas y verduras ayuda a que la sangre sea más fluida y se estimula la circulación. También hay que controlar el aumento de peso en la gestación y dormir del lado izquierdo si se prefiere dormir de lado, para no comprimir la vena cava.

En casos que lo requieren, el médico puede indicar venotónicos naturales para fortalecer las venas, y el uso de medias de elastocompresión graduadas durante el día.