Dice el diccionario que “el sonajero es un juguete con sonajas o cascabeles, que sirve para entretener al bebé”. Nosotros añadimos, ¿solo para entretener? Con este juguete nuestro hijo hará descubrimientos muy positivos para su desarrollo en sus primeros meses de vida.
La importancia del sonajero
El sonajero ayuda al niño a saber que él puede hacer que las cosas ocurran a su alrededor. Si lo agita suena, se ilumina, cambia de forma… Esto es una satisfacción para él y básico en el desarrollo de su inteligencia:
Estimula sus sentidos: con sonidos, luces, colores, distintos materiales… el niño pone en marcha la vista, el oído y el tacto.
Mejora su coordinación: el niño quiere coger lo que ve y para ello es necesario que coordine la vista y las manos. Jugar con el sonajero le ayuda y verás como cada vez lo hace más rápido.
Nos ayuda a establecer rutinas: ¿jugamos con el sonajero antes del baño? Su sonido le va a ayudar a saber que después del juego, vendrán las pompas de jabón y el posterior masajito. ¡Estamos estimulando su memoria!
Entretiene y divierte.
Tipos de sonajeros
Existen multitud de tipos de sonajeros: los hay blanditos, para los primeros meses del bebé; multijuegos, que incorporan otras actividades de aprendizaje; con mordedor incorporado, en forma de libro, con diferentes texturas, con luces ...
La variedad de sonajeros en función del lugar o el modo en que van a ser utilizados también es enorme: podemos encontrar sonajeros de pulsera, para la muñeca o el tobillo del bebé, o calcetines con sonajero incorporado. Sonajeros para el carrito, la cuna o la bañera, sonajeros para el coche...
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lunes, 22 de abril de 2013
Toda la familia en bici: fomentar que los niños utilicen más la bicicleta
Ahora que empieza el buen tiempo, es un buen momento para fomentar en los niños que utilicen más la bicicleta, y no sólo como forma de entretenimiento, sino también como una forma de practicar ejercicio y hasta como un medio de transporte.
Como sucede en todos los aspectos de la crianza de los hijos, no hay mejor lección que el ejemplo, por tanto os animo a salir toda la familia en bici.
Yo soy una amante de los paseos en bicicleta en familia, os aseguro que podéis compartir momentos muy especiales. Es un plan perfecto para el fin de semana, incluso podéis llevar una cesta y hacer un picnic al aire libre en el campo o en el parque con los niños.
Lo primero que tenéis que hacer es equiparos. Para empezar, por supuesto necesitáis bicis, una silla infantil para llevar detrás si tenéis un bebé pequeño, y cascos para todos.
Ya si os hacéis aficionados, poco a poco podéis ir ampliando el equipamiento, pero lo bueno es que con una bici y un casco ya es suficiente para comenzar a disfrutar.
Montar en bici es ponerse en movimiento, activarse, aporta una sensación de bienestar y, sobre todo, de libertad. Si tenéis la oportunidad, animad a los niños a moverse por el barrio en bicicleta, ir al cole si es posible, a comprar el pan o cualquier trayecto corto que puedan hacer vigilados por vosotros.
Yo tengo la suerte de vivir cerca del colegio de mis hijas, donde tienen espacio para dejar las bicicletas, así que siempre que no llueva y no haga demasiado frío, van al cole en bici. Ese pequeño viaje las llena de energía y vitalidad para el resto del día.
Hay ciudades muy bien preparadas para la bici, otras no tanto, pero si más gente se sube a la bici seguramente se irán haciendo cada vez más “bici amigables”, así que os animo a toda la familia a montar más en bici.
Como sucede en todos los aspectos de la crianza de los hijos, no hay mejor lección que el ejemplo, por tanto os animo a salir toda la familia en bici.
Yo soy una amante de los paseos en bicicleta en familia, os aseguro que podéis compartir momentos muy especiales. Es un plan perfecto para el fin de semana, incluso podéis llevar una cesta y hacer un picnic al aire libre en el campo o en el parque con los niños.
Lo primero que tenéis que hacer es equiparos. Para empezar, por supuesto necesitáis bicis, una silla infantil para llevar detrás si tenéis un bebé pequeño, y cascos para todos.
Ya si os hacéis aficionados, poco a poco podéis ir ampliando el equipamiento, pero lo bueno es que con una bici y un casco ya es suficiente para comenzar a disfrutar.
Montar en bici es ponerse en movimiento, activarse, aporta una sensación de bienestar y, sobre todo, de libertad. Si tenéis la oportunidad, animad a los niños a moverse por el barrio en bicicleta, ir al cole si es posible, a comprar el pan o cualquier trayecto corto que puedan hacer vigilados por vosotros.
Yo tengo la suerte de vivir cerca del colegio de mis hijas, donde tienen espacio para dejar las bicicletas, así que siempre que no llueva y no haga demasiado frío, van al cole en bici. Ese pequeño viaje las llena de energía y vitalidad para el resto del día.
Hay ciudades muy bien preparadas para la bici, otras no tanto, pero si más gente se sube a la bici seguramente se irán haciendo cada vez más “bici amigables”, así que os animo a toda la familia a montar más en bici.
Caídas de niños: consejos y datos importantes
Los niños tienen derecho a jugar y explayarse libremente en un ambiente seguro y sin riesgos. Un descuido puede provocar la caída de un menor y sus consecuencias pueden ser graves. En esta nota, no es la idea crear una especie de paranoia sobre el cuidado de los hijos, sino mantener a padres y madres alertas ante posibles situaciones de riesgo.
La mayoría de las caídas en niños pequeños son bruscas porque ellos aún se encuentran descubriendo su cuerpo y los movimientos que son capaces de hacer.
Las lesiones más graves son aquellas que se producen en la cabeza, ya que es un lugar clave en la psicomotricidad de las personas, por otro lado, este tipo de caídas se producen dentro de la casa o en el exterior de ésta. Los lugares del hogar más propicios en los que pueden suceder accidentes son los muebles, las escaleras y los andadores. En el caso de encontrarse fuera de casa, pueden ocurrir caídas o lesiones arriba del carro del supermercado o jugando en el parque.
Los principales consejos que podemos dar son:
1- No dejes a tu hijo sin supervisión en ciertos lugares en los que pueda sufrir accidentes.
2- No utilices andadores ya que no están recomendados por la Academia Americana de Pediatría (AAP). Está comprobado que no dejan que el niño aprenda en sus tiempos a mantener el equilibrio.
3- No coloques sillas cerca de las ventanas.
4- Dale libertad a tu hijo, pero, sobre todo aléjalo de posibles accidentes que provoquen lesiones o caídas.
Recuerda que las lesiones cerebrales traumáticas, causadas por caídas, son motivo de consulta al médico en niños de 0 a 14 años.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que las caídas representan la segunda causa mundial de muerte, en el caso de aquellas que ocurren sin intención o en el contexto de una eventualidad. Por eso, este organismo recomienda que se tenga en cuenta la disposición de los muebles de la casa, la seguridad de los lugares en los cuales los niños juegan a diario y la protección alrededor de las ventanas.
Para una información más detallada puedes leer el informe que te brindamos en el siguiente link
La mayoría de las caídas en niños pequeños son bruscas porque ellos aún se encuentran descubriendo su cuerpo y los movimientos que son capaces de hacer.
Las lesiones más graves son aquellas que se producen en la cabeza, ya que es un lugar clave en la psicomotricidad de las personas, por otro lado, este tipo de caídas se producen dentro de la casa o en el exterior de ésta. Los lugares del hogar más propicios en los que pueden suceder accidentes son los muebles, las escaleras y los andadores. En el caso de encontrarse fuera de casa, pueden ocurrir caídas o lesiones arriba del carro del supermercado o jugando en el parque.
Los principales consejos que podemos dar son:
1- No dejes a tu hijo sin supervisión en ciertos lugares en los que pueda sufrir accidentes.
2- No utilices andadores ya que no están recomendados por la Academia Americana de Pediatría (AAP). Está comprobado que no dejan que el niño aprenda en sus tiempos a mantener el equilibrio.
3- No coloques sillas cerca de las ventanas.
4- Dale libertad a tu hijo, pero, sobre todo aléjalo de posibles accidentes que provoquen lesiones o caídas.
Recuerda que las lesiones cerebrales traumáticas, causadas por caídas, son motivo de consulta al médico en niños de 0 a 14 años.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que las caídas representan la segunda causa mundial de muerte, en el caso de aquellas que ocurren sin intención o en el contexto de una eventualidad. Por eso, este organismo recomienda que se tenga en cuenta la disposición de los muebles de la casa, la seguridad de los lugares en los cuales los niños juegan a diario y la protección alrededor de las ventanas.
Para una información más detallada puedes leer el informe que te brindamos en el siguiente link
miércoles, 17 de abril de 2013
Salud: Alergia en niños preguntas y respuestas
Muchos padres se preguntan si sus hijos heredarán la alergia, si un bebé puede ser alérgico desde el nacimiento o qué signos nos pueden hacer sospechar de la existencia de una alergia.
La alergia es una reacción exagerada del organismo a ciertas sustancias que se ingieren, se inhalan o se tocan.
¿Tienen más riesgo de sufrir alergias los hijos de padres alérgicos?
Si los padres son alérgicos es muy probable que el niño también tenga manifestaciones alérgicas en algún momento de su vida, ya que este trastorno suele ser hereditario.
Por lo tanto, los padres alérgicos tienen que estar muy atentos ante la posible aparición de síntomas sospechosos de alergia en sus hijos.
¿Se manifiesta la alergia desde el nacimiento?
No. Un recién nacido no es alérgico porque no ha estado en contacto con ninguna sustancia extraña, solo tiene predisposición a ser alérgico. Después de un tiempo en contacto con alérgenos (leche de vaca y otros alimentos, ácaros del polvo, pólenes, epitelios de animales...) el niño se sensibiliza y aparecen los síntomas.
Una vez que se manifiesta la enfermedad alérgica, aparecerá siempre que el niño entre en contacto con la sustancia que la provoca.
¿Qué enfermedades nos hacen sospechar de la existencia de una alergia?
La dermatitis atópica, un eccema que aparece los primeros meses y produce picor intenso. Esta enfermedad afecta a los niños con predisposición alérgica, que suelen terminar desarrollando otras alergias: respiratorias, a los alimentos, a los medicamentos... Todo niño que sufre dermatitis atópica tiene riesgo de padecer otras alergias.
También pueden ser alérgicos los niños que reaccionan ante la picadura de un insecto con urticaria intensa e hinchazón exagerada.
¿Qué hacer en caso de duda?
Hay que tratar al niño como si fuera alérgico, impidiendo el contacto con la posible causa.
Además, se debe consultar con el médico, quien le enviará al alergólogo o al neumólogo. El especialista le realizará las pruebas de alergia, que consisten en pinchar distintos alérgenos en el antebrazo para observar la respuesta y confirmar si reacciona. Si las pruebas son positivas, el doctor informa a los padres sobre la enfermedad, indicando riesgos, peligros y precauciones.
Los padres deben comunicar al colegio el problema de su hijo, informar de todas las sustancias que le perjudican y explicar qué hacer si tiene una reacción.
¿El niño alérgico puede tener una reacción grave?
En la mayoría de los niños las manifestaciones alérgicas son de carácter leve, pero la alergia es imprevisible, puede dar un susto en cualquier momento.
Cualquiera que sea la sustancia que la produce, puede causar choque anafiláctico, que se manifiesta con mareos, visión borrosa, bajada de tensión, dificultad para respirar y pérdida de conciencia, síntomas que pueden llevar a un estado grave (parada cardiorespiratoria).
Aunque es poco frecuente, hay que saber que puede ocurrir y, si es así, cómo actuar.
La alergia es una reacción exagerada del organismo a ciertas sustancias que se ingieren, se inhalan o se tocan.
¿Tienen más riesgo de sufrir alergias los hijos de padres alérgicos?
Si los padres son alérgicos es muy probable que el niño también tenga manifestaciones alérgicas en algún momento de su vida, ya que este trastorno suele ser hereditario.
Por lo tanto, los padres alérgicos tienen que estar muy atentos ante la posible aparición de síntomas sospechosos de alergia en sus hijos.
¿Se manifiesta la alergia desde el nacimiento?
No. Un recién nacido no es alérgico porque no ha estado en contacto con ninguna sustancia extraña, solo tiene predisposición a ser alérgico. Después de un tiempo en contacto con alérgenos (leche de vaca y otros alimentos, ácaros del polvo, pólenes, epitelios de animales...) el niño se sensibiliza y aparecen los síntomas.
Una vez que se manifiesta la enfermedad alérgica, aparecerá siempre que el niño entre en contacto con la sustancia que la provoca.
¿Qué enfermedades nos hacen sospechar de la existencia de una alergia?
La dermatitis atópica, un eccema que aparece los primeros meses y produce picor intenso. Esta enfermedad afecta a los niños con predisposición alérgica, que suelen terminar desarrollando otras alergias: respiratorias, a los alimentos, a los medicamentos... Todo niño que sufre dermatitis atópica tiene riesgo de padecer otras alergias.
También pueden ser alérgicos los niños que reaccionan ante la picadura de un insecto con urticaria intensa e hinchazón exagerada.
¿Qué hacer en caso de duda?
Hay que tratar al niño como si fuera alérgico, impidiendo el contacto con la posible causa.
Además, se debe consultar con el médico, quien le enviará al alergólogo o al neumólogo. El especialista le realizará las pruebas de alergia, que consisten en pinchar distintos alérgenos en el antebrazo para observar la respuesta y confirmar si reacciona. Si las pruebas son positivas, el doctor informa a los padres sobre la enfermedad, indicando riesgos, peligros y precauciones.
Los padres deben comunicar al colegio el problema de su hijo, informar de todas las sustancias que le perjudican y explicar qué hacer si tiene una reacción.
¿El niño alérgico puede tener una reacción grave?
En la mayoría de los niños las manifestaciones alérgicas son de carácter leve, pero la alergia es imprevisible, puede dar un susto en cualquier momento.
Cualquiera que sea la sustancia que la produce, puede causar choque anafiláctico, que se manifiesta con mareos, visión borrosa, bajada de tensión, dificultad para respirar y pérdida de conciencia, síntomas que pueden llevar a un estado grave (parada cardiorespiratoria).
Aunque es poco frecuente, hay que saber que puede ocurrir y, si es así, cómo actuar.
El uso de analgésicos en el tercer trimestre tiene consecuencias
En Noruega un estudio determinó que el uso de diclofenac, ibuprofeno, naproxeno y piroxicam (analgésicos comunes de venta libre), administrados en el tercer trimestre del embarazo, puede tener graves consecuencias para la salud materna y del bebé, concretamente incrementa los riesgos del sangrado en la madre y de asma en el niño.
Es por ello que la recomendación de los médicos es la de utilizar de ser necesario el paracetamol como analgésico, ya que estas drogas de uso común no son buenas.
En el primer trimestre, están completamente contraindicadas, en el segundo se han relacionado con menor peso al nacer y mayor riesgo de asma infantil, y en el tercer trimestre, se suma el riesgo de incrementar el sangrado en la madre y también el asma en el bebé.
Este estudio evaluó trimestre por trimestre el uso de analgésicos en el embarazo, ya que a pesar de la contraindicación, hay mujeres que las toman de todas formas. En el primer trimestre, no modificaron las tasas de supervivencia o malformaciones congénitas, pero sí hubo cierta asociación a defectos cardíacos estructurales.
El diclofenac aumentó el riesgo de hemorragias durante el segundo o tercer trimestre y hemorragias posparto, mientras que el ibuprofeno durante el segundo trimestre incrementó un 70 por ciento el riesgo de tener un bebé con bajo peso al nacer, mientras que el uso de diclofenac en el segundo trimestre triplicó ese riesgo.
Es por ello que es importante seguir las recomendaciones médicas con respecto a este tipo de drogas en el embarazo, y en el caso de mujeres con enfermedades inflamatorias musculoesqueléticas crónicas, elegir con el profesional la mejor terapia a seguir.
Es por ello que la recomendación de los médicos es la de utilizar de ser necesario el paracetamol como analgésico, ya que estas drogas de uso común no son buenas.
En el primer trimestre, están completamente contraindicadas, en el segundo se han relacionado con menor peso al nacer y mayor riesgo de asma infantil, y en el tercer trimestre, se suma el riesgo de incrementar el sangrado en la madre y también el asma en el bebé.
Este estudio evaluó trimestre por trimestre el uso de analgésicos en el embarazo, ya que a pesar de la contraindicación, hay mujeres que las toman de todas formas. En el primer trimestre, no modificaron las tasas de supervivencia o malformaciones congénitas, pero sí hubo cierta asociación a defectos cardíacos estructurales.
El diclofenac aumentó el riesgo de hemorragias durante el segundo o tercer trimestre y hemorragias posparto, mientras que el ibuprofeno durante el segundo trimestre incrementó un 70 por ciento el riesgo de tener un bebé con bajo peso al nacer, mientras que el uso de diclofenac en el segundo trimestre triplicó ese riesgo.
Es por ello que es importante seguir las recomendaciones médicas con respecto a este tipo de drogas en el embarazo, y en el caso de mujeres con enfermedades inflamatorias musculoesqueléticas crónicas, elegir con el profesional la mejor terapia a seguir.
Utilizar ultrasonidos para predecir el autismo
Siguiendo con nuestros post relacionados con la celebración, el pasado 2 de Abril, del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, os traemos hoy una noticia relacionada con un interesante y reciente estudio.
Dicha investigación, realizada en la Universidad Estatal de Michigan, nos informa sobre la posibilidad de utilizar ultrasonidos para predecir el autismo. De esta forma, los profesionales podrían detectar de forma temprana unos posibles marcadores en el feto que nos alertarían de la probabilidad de que nuestro hijo pueda o no tener autismo.
Los sujetos seleccionados para poder llevar a cabo este estudio han sido niños de alto riesgo biológico, encontrando diferentes tipos de lesiones cerebrales que influyen en el deterioro de la materia blanca.
Estos bebés fueron monitorizados con ultrasonidos tras nacer, con el fin de analizar las relaciones existentes entre las alteraciones cerebrales y la salud del niño. Posteriormente, en la adolescencia, a estos niños se les realizó diferentes pruebas con el fin de identificar un posible Trastorno de Espectro Autista.
El poder utilizar ultrasonidos para predecir el autismo podría suponer un gran avance en la difícil tarea de identificar señales tempranas para detectar este trastorno. De esta forma, la intervención podría adelantarse cada vez más y, de este modo, poder proporcionarles a estos pequeños una mejor calidad de vida.
Dicha investigación, realizada en la Universidad Estatal de Michigan, nos informa sobre la posibilidad de utilizar ultrasonidos para predecir el autismo. De esta forma, los profesionales podrían detectar de forma temprana unos posibles marcadores en el feto que nos alertarían de la probabilidad de que nuestro hijo pueda o no tener autismo.
Los sujetos seleccionados para poder llevar a cabo este estudio han sido niños de alto riesgo biológico, encontrando diferentes tipos de lesiones cerebrales que influyen en el deterioro de la materia blanca.
Estos bebés fueron monitorizados con ultrasonidos tras nacer, con el fin de analizar las relaciones existentes entre las alteraciones cerebrales y la salud del niño. Posteriormente, en la adolescencia, a estos niños se les realizó diferentes pruebas con el fin de identificar un posible Trastorno de Espectro Autista.
El poder utilizar ultrasonidos para predecir el autismo podría suponer un gran avance en la difícil tarea de identificar señales tempranas para detectar este trastorno. De esta forma, la intervención podría adelantarse cada vez más y, de este modo, poder proporcionarles a estos pequeños una mejor calidad de vida.
jueves, 11 de abril de 2013
Niños: Aprender a andar mejor sin prisas
Muchos padres quieren que su niño empiece a andar lo antes posible. Sin embargo, debemos darle su tiempo para no interferir en su desarrollo. Intentar adelantar los primeros pasos, hacer al bebé precoz a la fuerza, es contraproducente.
Por norma general, el inicio de la marcha autónoma, suele ocurrir en torno a los 12-13 meses y se considera normal hasta los 15, o incluso hasta los 18. Pero, ¿cuándo saber que ha llegado el momento? ¿Podemos favorecer su madurez? ¿Cuáles son nuestros principales errores?
Si se pone de pie, ¿es ya la hora?
Ponerse de pie agarrado a un mueble es algo que hacen todos los bebés incluso antes de gatear. Es mero ejercicio. Les encanta: sienten el suelo bajo sus pies, notan su propio peso, se elevan… Lo hacen mil veces y no significa que el bebé empiece a andar, es parte de su ejercicio. Trabajan las piernas, los glúteos…
Los bebés deberían desplazarse en cada momento de la forma en que puedan hacerlo por sí mismos. Y no es un castigo, sino una oportunidad, un voto de confianza. En realidad, tampoco nos necesitan para andar. Los estudios realizados por la pediatra Emmi Pikler en Budapest reflejan que la supuesta ayuda que les ofrecemos resulta ser una traba y dificulta alcanzar la autonomía y la postura correcta.
El gateo, ¿una etapa trámite?
El gateo, normalmente la etapa anterior a andar, suele parecernos una etapa sucia (“¡todo el día en el suelo!”), peligrosa incluso, un mero trámite hacia la postura erecta. Por eso, a la mínima señal nos empeñamos en que ande, en lugar de volver al suelo. Pero no es en absoluto un trámite, sino una etapa muy beneficiosa. Y es que andando a cuatro patas se estimula la musculatura paravertebral (además de abdominales y lumbares), dos potentes haces de fibras a ambos lados de la columna que le ayudarán a mantenerse erguido. Gateando se fortalecen las piernas, cuyas rodillas y caderas sufren las consecuencias si el niño anda sin estar preparado. Además y, sobre todo, se conectan por primera vez de forma explícita los dos hemisferios cereblrales gracias al movimiento cruzado de brazos y pernas típico del gateo.
¿Con o sin zapatos?
Otro gran error es pensar que el bebé anda gracias a los zapatos. ¡O al refuerzo de los zapatos! Una gran suela puede sostenerlo de pie y, si le agarra el tobillo, pensamos, va más seguro. Pero no es así y hoy en día está totalmente desaconsejado. De hecho, se recomienda que el bebé empiece a andar descalzo o con calzado que se parezca a estar descalzo, es decir, que permita al pie en cada paso hacer todo el recorrido (desde el talón al dedo gordo), en lugar de tener que dar pasos en plancha. Si el bebé no es capaz de mantenerse de pie sin zapatos, sobre sus apoyos, entonces no está ni mucho menos preparado para sostenerse. El refuerzo del zapato es contraproducente en un pie inmaduro: si el zapato sujeta el tobillo, este se debilita, deja de hacer parte de su función y más tarde tendremos un tobillo débil, tendente a esguinces. Todo lo que hace el zapato deja de hacerlo el cuerpo.
Y si el niño quieres estar todo el tiempo de pie
Ocurrirá si en nuestra familia hay alguien siempre presto a cogerlo de la mano y acompañarlo. No ocurrirá si al bebé le queda claro que, para llegar allí, ha de hacerlo por sí mismo. De esta forma le ayudamos a construir una autoestima sana y le estamos dando un voto de confianza.
Por norma general, el inicio de la marcha autónoma, suele ocurrir en torno a los 12-13 meses y se considera normal hasta los 15, o incluso hasta los 18. Pero, ¿cuándo saber que ha llegado el momento? ¿Podemos favorecer su madurez? ¿Cuáles son nuestros principales errores?
Si se pone de pie, ¿es ya la hora?
Ponerse de pie agarrado a un mueble es algo que hacen todos los bebés incluso antes de gatear. Es mero ejercicio. Les encanta: sienten el suelo bajo sus pies, notan su propio peso, se elevan… Lo hacen mil veces y no significa que el bebé empiece a andar, es parte de su ejercicio. Trabajan las piernas, los glúteos…
Los bebés deberían desplazarse en cada momento de la forma en que puedan hacerlo por sí mismos. Y no es un castigo, sino una oportunidad, un voto de confianza. En realidad, tampoco nos necesitan para andar. Los estudios realizados por la pediatra Emmi Pikler en Budapest reflejan que la supuesta ayuda que les ofrecemos resulta ser una traba y dificulta alcanzar la autonomía y la postura correcta.
El gateo, ¿una etapa trámite?
El gateo, normalmente la etapa anterior a andar, suele parecernos una etapa sucia (“¡todo el día en el suelo!”), peligrosa incluso, un mero trámite hacia la postura erecta. Por eso, a la mínima señal nos empeñamos en que ande, en lugar de volver al suelo. Pero no es en absoluto un trámite, sino una etapa muy beneficiosa. Y es que andando a cuatro patas se estimula la musculatura paravertebral (además de abdominales y lumbares), dos potentes haces de fibras a ambos lados de la columna que le ayudarán a mantenerse erguido. Gateando se fortalecen las piernas, cuyas rodillas y caderas sufren las consecuencias si el niño anda sin estar preparado. Además y, sobre todo, se conectan por primera vez de forma explícita los dos hemisferios cereblrales gracias al movimiento cruzado de brazos y pernas típico del gateo.
¿Con o sin zapatos?
Otro gran error es pensar que el bebé anda gracias a los zapatos. ¡O al refuerzo de los zapatos! Una gran suela puede sostenerlo de pie y, si le agarra el tobillo, pensamos, va más seguro. Pero no es así y hoy en día está totalmente desaconsejado. De hecho, se recomienda que el bebé empiece a andar descalzo o con calzado que se parezca a estar descalzo, es decir, que permita al pie en cada paso hacer todo el recorrido (desde el talón al dedo gordo), en lugar de tener que dar pasos en plancha. Si el bebé no es capaz de mantenerse de pie sin zapatos, sobre sus apoyos, entonces no está ni mucho menos preparado para sostenerse. El refuerzo del zapato es contraproducente en un pie inmaduro: si el zapato sujeta el tobillo, este se debilita, deja de hacer parte de su función y más tarde tendremos un tobillo débil, tendente a esguinces. Todo lo que hace el zapato deja de hacerlo el cuerpo.
Y si el niño quieres estar todo el tiempo de pie
Ocurrirá si en nuestra familia hay alguien siempre presto a cogerlo de la mano y acompañarlo. No ocurrirá si al bebé le queda claro que, para llegar allí, ha de hacerlo por sí mismo. De esta forma le ayudamos a construir una autoestima sana y le estamos dando un voto de confianza.
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