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sábado, 13 de septiembre de 2008

¿Cómo sé que no pasa hambre?

Es normal que sea tu hijo quien marque el ritmo de la lactancia. Lo que no es normal es que lo establezca como si fuera un reloj. Seguro que tus propias antepasadas no tenían reloj o, como mucho, poseían uno de arena, y fueron capaces de criar a sus hijos sin problema.
¿Cómo saber si hay que dar el pecho sin mirar un reloj? Observando al niño: si está tranquilo y feliz, será que no tiene hambre. Si el bebé abre la boca, se chupa los puños, protesta o busca el pecho (no es necesario que llore), probablemente quiere una toma. En caso de duda, dale el pecho; si no es el hambre lo que le inquieta, no mamará.

Los niños suelen tomar el pecho unas diez veces al día (de media, cada niño es un mundo y el número de tomas diarias es muy variable) y muy raramente lo hacen a intervalos regulares. Es decir, aunque algunos niños sí piden el pecho cada cuatro, cada tres o cada dos horas, es mucho más frecuente que mamen tres veces muy seguidas y después se echen un sueñecito más largo.
A veces sólo toman de un pecho y otras veces, de los dos. La composición de la leche varía a lo largo de la toma, de forma que 100 ml de un solo pecho no tienen la misma composición que 70 ml de uno y 30 ml de otro. Por eso, sólo ellos saben cuánto han de tomar de cada uno, y cualquier intento de control acabará en fracaso.
Olvídate de mirar el reloj y haz caso de tu hijo. Mientras le des de mamar cada vez que te lo pida, tendrás siempre la cantidad de leche que él necesita. ¿Cómo podrás saber si tu hijo tiene hambre? Él te lo dirá.

Por: Dr. Carlos González
Pediatra especializado en alimentación y lactancia materna