Con un año, los niños tienen muchas ganas de descubrir el mundo que les rodea. Cuando destrozan algo, no lo hacen por maldad, sino porque quieren comprender cómo funcionan las cosas y se lo toman como un juego.
Siempre intentan experimentar con los objetos para saber todo lo que se puede hacer con ellos. Si el pequeño rompe el periódico, es porque le gusta observar cómo se rasgan las hojas; si tira los CD, es porque para él tienen el mismo valor que sus propios juguetes, que puede esparcir por el suelo sin que nadie le regañe.
Los pequeños quieren poner a prueba sus nuevas habilidades y afirmar su independencia. Sin embargo, no queda más remedio que imponer cierta disciplina. Pero, ¿cómo enseñarles a cuidar los objetos que les rodean?
Consejos para corregirles
- A esta edad, el concepto de desorden no existe y, por ello, debes ofrecerle alternativas que le permitan experimentar a sus anchas, por ejemplo puedes ofrecerle papeles viejos en lugar del periódico del día para que el niño juegue con ellos.
- Si en algún momento hace un gran estropicio y es necesario apartarle del lugar, tal vez coja una rabieta. En ese caso, lo mejor es utilizar estrategias disuasorias: distraer su atención con un juego, enseñarle un juguete...
- Castigarle no es adecuado porque un niño de un año es demasiado pequeño para entender a qué se debe la sanción.
- Lo más práctico es disponer el entorno de forma prudente: si tienes mucho aprecio por los adornos de la estantería, retíralos hasta que el niño comprenda que son valiosos y que no debe tirarlos al suelo.