Los ginecólogos consideran normal que el parto se adelante 15 días o se retrase una semana. Sin embargo, últimamente ha crecido mucho el número de bebés nacen antes de tiempo. La duración media del embarazo es de 40 semanas que empiezan a contar el primer día de la última menstruación. Cuando el bebé nace antes de la 37ª semana de embarazo, el parto se considera que el parto es prematuro.
Uno de cada diez niños nace antes de tiempo y cada vez son más los que lo hacen cuando la gestación no ha alcanzado la semana 34ª, lo que aumenta el riesgo para el bebé. Descubre por qué se adelata el parto y qué puedes hacer si esto ocurre.
Factores de riesgo
Estos son algunos factores que incrementan el riesgo de parto prematuro:
- Las fecundaciones in vitro aumentan las posibilidades de embarazos gemelares y estos son una causa de parto prematuro. El 20 por ciento de las gestaciones múltiples terminan antes de la semana 37ª.
- La raza es un factor clave que determina el riesgo de dar a luz anticipadamente. Según algunos estudios los partos pretérmino son hasta tres y cuatro veces más frecuentes en las mujeres de raza negra que en las mujeres de raza blanca.
- Las embarazadas inmigrantes suelen someterse a menos controles ginecológicos. Esto hace que tengan más alteraciones que no son controladas a tiempo y el riesgo de partos prematuros es elevado.
- Enfermedades maternas. El nacimiento puede adelantarse si la embarazada padece hipertensión, cardiopatías o diabetes y, también, si anteriormente ha sufrido partos prematuros o abortos.
- Las infecciones vaginales y urinarias que no son tratadas adecuadamente. La inflamación que produce la infección propicia la producción de prostaglandinas, unas hormonas que se encargan de iniciar las contracciones y la dilatación. Su presencia puede desencadenar el parto antes de lo esperado.
- Complicaciones durante el embarazo. Los sangrados, la preeclampsia (un cuadro grave relacionado con un aumento excesivo de la tensión arterial), el exceso de líquido amniótico, el desprendimiento de la placenta de la pared uterina o la rotura de la bolsa de aguas pueden hacer que el parto sea prematuro.
- La edad y el peso. Es posible que el parto se adelante cuando la embarazada es demasiado joven (tiene menos de 18 años) o es mayor de 40 años. El bebé también puede llegar antes cuando la futura mamá tiene un índice de masa corporal muy bajo.
- Hábitos poco saludables. Tomar drogas, alcohol, fumar, coger peso, o vivir una situación de estrés agudo durante el embarazo aumentan el riesgo de parto pretérmino.
Los partos pretérmino son en su inicio similares a los demás. La futura madre puede empezar a notar contracciones uterinas regulares, un goteo vaginal de fluido transparente o sanguinolento, calambres abdominales o dolores en la parte baja de la espalda.
Aunque estos síntomas no tienen por qué desencadenar necesariamente en parto, conviene acudir cuanto antes a la consulta del ginecólogo para que sea él el que determine si se trata de una falsa alarma o si realmente es un aviso de que el bebé está en camino.
Si se ha roto la bolsa de aguas o hay sangrado, es muy importante acudir al hospital sin demora.
¿Se puede detener?
- Cuando la amenaza de parto se presenta pasada la semana 34ª, los médicos no suelen frenarlo, porque el bebé está lo suficientemente maduro para nacer y desarrollarse sin problemas. Sin embargo, si la amenaza de parto se produce antes y las circunstancias de la madre y el bebé lo permiten se pone un tratamiento para detener las contracciones, siempre que no existan contraindicaciones. Lo más habitual es que el médico recomiende reposo en cama y, cuando lo considera oportuno, prescribe un tratamiento farmacológico.
- Si la bolsa está intacta y el cuello del útero no se ha dilatado mucho, el empleo de fármacos tocolíticos, unos antagonistas de la hormona oxitocina que inhiben las contracciones, consigue prolongar la gestación un mínimo de 48 horas, tiempo necesario para acelerar, con corticoides, la maduración de los pulmones de los fetos de menos de 34 semanas. Los tocolíticos se administran por vía intravenosa y no suelen presentar efectos secundarios. Estos medicamentos se inyectan por vía intramuscular.
- La madre permanece ingresada en el hospital durante unos días. Aunque no resulta fácil, en algunos casos, los médicos consiguen posponer el nacimiento del bebé. La futura mamá puede regresar a su casa, pero tendrá que guardar reposo.
- Si la bolsa está rota, hay que administrar antibióticos para prevenir el riesgo de infección intrauterina. Dependiendo del grado de la fisura, se intentará prolongar el embarazo o se provocará el parto.
Los expertos insisten en la importancia que tienen los cuidados de la madre.
- Si padeces una enfermedad crónica debes acudir al médico antes de quedarte embarazada. Una detección a tiempo es la mejor garantía para evitar el nacimiento prematuro del bebé.
- Durante la gestación hay que seguir una dieta equilibrada y mantener hábitos de vida saludables, como no fumar ni beber bebidas alcohólicas, mantener el descanso aconsejado, evitar en el estrés y acudir regularmente al ginecólogo.
- En los casos en los que la embarazada presenta algún síntoma de riesgo, el especialista, además de prescribirle un tratamiento, la instruirá para que pueda reconocer los síntomas del parto prematuro de manera temprana y sepa cómo actuar.
- Para una detección precoz del parto prematuro puede realizarse un análisis de la fibronectina, una sustancia que ayuda a fijar el saco fetal a la pared uterina y que puede aparecer en las secreciones vaginales. Su aumento incrementa las posibilidades de que el bebé llegue al mundo antes de tiempo. Para detectarla se toma una muestra de las secreciones vaginales de la embarazada entre las semanas 24ª y 34ª. Esta prueba se realiza a las mujeres que han tenido síntomas de parto prematuro o que presentan riesgo de sufrirlo.
- En algunos casos se completa con la medición de la longitud del cuello del útero. Las mujeres que tienen un cuello más corto y aquellas que presentan un acortamiento en los siguientes exámenes tienen más posibilidades de sufrir un parto prematuro.
Aunque en un principio el parto pretérmino no tiene más riesgos para la madre que un parto a término, pueden surgir algunas complicaciones, sobre todo cuando la causa es una infección vaginal o urinaria o cuando el útero no está preparado para el nacimiento.
Por este motivo, y para evitar el sufrimiento del bebé, muchos de estos partos se realizan por cesárea. Aunque la atención médica asegura que, en la inmensa mayoría de los casos, todo se desarrolla con normalidad.
Los padres pueden necesitar apoyo psicológico para entender lo que les ha pasado. La mayoría de los centros hospitalarios disponen de un servicio de atención psicológica que les presta ayuda, ya que el hecho de dejar a su bebé ingresado en el hospital les obliga a vivir una situación emocional muy dura y no saben cómo enfrentarse a ella.