Una patología muy temida y a la vez odiada por las mujeres. No sólo por las futuras madres o las que ya lo son, ya que muchas jovencitas que no han tenido hijos padecen de esta enfermedad.
¿Por qué se produce, influye la alimentación y la vida sedentaria?
La celulitis es una enfermedad que predomina en la mujer, que se localiza preferentemente en nalgas y muslos y que, considerada erróneamente un trastorno estético, está relacionada con múltiples factores que la desencadenan y agravan. Entre ellos podemos mencionar la predisposición genética, las disfunciones endócrinas, metabólicas, inmunológicas, toxicológicas, el stress y el sedentarismo.
Durante el embarazo el organismo libera una cantidad importante de hormonas destinadas a mantener y llevar a feliz término la gestación, pero que a su vez son capaces de desencadenar o agravar el proceso celulítico.
La celulitis se forma a partir del depósito de mucina en la intimidad del tejido. Esta mucina es un gel que absorbe grandes cantidades de agua (similar a la gelatina). Al aumentar su volumen comienza a comprimir las delicadas estructuras microcirculatorias. La zona afectada comienza a padecer bajas concentraciones de oxígeno y altas de toxinas, que no pueden ser absorbidas por los pequeños capilares venosos y linfáticos colapsados. De ese modo están dadas las condiciones para que el fibroblasto, célula encargada de producir mucina, se excite y comience a segregarla cada vez en mayor cantidad.
A fin de prevenir o evitar la agravación del proceso celulítico durante la gestación, la Fundación Flebológica Argentina aconseja un esquema terapéutico especialmente destinado a las mujeres embarazadas, diseñado por un médico especialista y que sería conveniente que la futura mamá lo lleve a la práctica regularmente hasta el momento del parto.
PREVENCIÓN DE LA CELULITIS DURANTE EL EMBARAZO
• Dietoterapia
• Ingesta de líquidos
• Caminatas
• Actividad física
• Vestimenta
• Masajes
• Fisiatría
Dietoterapia
Como la mucina se forma a partir de la ingesta de hidratos de carbono, debe reducirse la misma. Por eso una dieta para una embarazada que atraviesa el período de gestación de su hijo sin inconvenientes, puede considerar el consumo de los siguientes alimentos, siempre con el consentimiento del profesional que lleva el seguimiento de su embarazo:
• Proteínas: carne, pollo, pescado, leche, queso y huevos.
• Abundantes frutas y verduras.
• Cantidad normal de grasas.
• Evitar el consumo de hidratos de carbono sin valor nutritivo como pan, galletitas, y sobre todo postres, golosinas y pastas.
• Prohibidos los embutidos y alimentos salados.
Cuando el embarazo se está cursando con sobrepeso, es necesario realizar un tratamiento especialmente formulado por el médico nutricionista, que regularmente va adecuando la dieta a las necesidades de la gestante. En este caso, además de la reducción de hidratos de carbono, debe disminuírse al máximo la ingesta de grasas.
Ingesta de líquidos
El cuerpo humano está compuesto de un alto nivel de agua, que está en constante intercambio entre las células y el medio que las rodea. El acelerado crecimiento del nuevo ser inmerso en el líquido amniótico, exige una ingesta diaria de 2,1/2 a 3 litros de agua para que se desarrolle con normalidad la intensa actividad metabólica fetal. Es importante que se ingiera la mayor proporción de líquidos, en forma de agua pura o jugos de fruta fresca, evitando gaseosas y jugos artificiales.
Caminatas
Diariamente deberán realizarse caminatas de 45 minutos a 1 hora, las que favorecerán la circulación sanguínea afectada por los altos niveles de progesterona, así como por la presión del útero gestante en los últimos meses del embarazo. Vimos anteriormente cómo la microcirculación alterada acelera el proceso celulítico; de ahí la importancia de estas caminatas durante las cuales el organismo libera una sustancia vasodilatadora, la endorfina, que aumentando la concentración de oxígeno en todos los tejidos, pone freno al exceso de formación de mucina.
Actividad física
Salvo contraindicación médica, es importante realizar una rutina de gimnasia adecuada a su estado. Es conveniente que se realicen bajo supervisión de una persona especializada en este tipo de gimnasia. La natación es una actividad especialmente adecuada porque a la vez que prepara el cuerpo para el parto, relaja a la embarazada, disminuyendo el estrés, lo que redunda tanto en beneficio para la mamá como para el bebé.
Vestimenta
Evitar el uso de prendas ajustadas, especialmente pantalones, sobre todo a nivel de los muslos y las nalgas, que comprometen la circulación de esa zona, la que como vimos anteriormente, ya está bastante afectada por los altos niveles de progesterona gestacional. Es importante el uso de calzado cómodo, evitando los tacos altos, especialmente en los últimos meses en que es común el edema de las piernas.
Masajes
Es conveniente que la embarazada friccione diariamente la zona de nalgas y muslos con cremas, geles y espumas anticelulíticos. Existen hoy en día en el mercado algunos productos que resultan muy eficaces, los que han sido diseñados especialmente para este fin por expertos en el tema de la flebología, los que contienen centella asiática y otros componentes vasoactivos, que estimulan la microcirculación.
Fisiatría
Lo ideal sería que la embarazada, para complementar el tratamiento, pudiese efectuar en gabinete, en forma periódica, drenaje linfático manual, seguido de una sesión de presoterapia, con el fin de luchar contra el enlentecimiento circulatorio. La colocación de vendas tibias en invierno y frías en verano ayudan a disminuir el edema venolinfático. Estas medidas mejoran la microcirculación a nivel de las zonas afectadas, frenando así el proceso celulítico.
A partir del tercer mes del parto, la mujer puede iniciar el tratamiento anticelulítico completo, con todas las medidas terapéuticas y la aparatología que le ayudarán a recuperar la armonía de su cuerpo.
Via: embarazadas
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lunes, 22 de diciembre de 2008
Embarazo Y Celulitis
Etiquetas: EMBARAZO