Aunque todo depende de cómo ha sido la primera experiencia, normalmente la madre vive el nacimiento de su segundo hijo con más tranquilidad.
Las madres que ya han dado a luz más de una vez, aseguran que el segundo parto suele ser más rápido y sencillo. Pero... ¿También el cuerpo se recupera antes físicamente? ¿Y qué ocurre con las emociones?
ES MÁS FÁCIL…
El parto: dura menos
- La dilatación suele ser más corta porque el cuello uterino se borra muy rápidamente.
- Además, la vagina está más distendida y es más elástica, porque no es el primer bebé que pasa por el canal vaginal.
- La mujer se encuentra normalmente menos asustada (dependiendo de cómo transcurrió el primer parto), ya sabe empujar y colabora mejor con el ginecólogo y la matrona.
- Como la vulva se distiende mejor en el segundo parto, la episiotomía suele ser mucho más pequeña y en muchas ocasiones ni siquiera es necesaria.
- Se notará menos tirantez en la zona del periné, y la incisión se curará mucho antes.
- Al resultar más fácil el parto y la episiotomía más pequeña o inexistente, se pierde menos sangre.
- Si los embarazos son muy seguidos o si entre ellos los ciclos menstruales han sido cortos o las reglas muy abundantes, la reciente madre puede tener carencia de hierro y necesitar un suplemento durante el puerperio y la lactancia.
- El segundo hijo multiplica el trabajo, pero no causa tanta ansiedad como el primero, porque la madre se siente más segura de sí misma.
- La experiencia anterior le ayuda a relativizar los problemas que pueden aparecer y que en su primer posparto le parecían imposibles de superar.
- Y el padre suele implicarse más porque tiene menos miedo a cuidar del bebé. Por regla general, la mujer no sufre con tanta intensidad el bajón posparto.
- Igual que tras el primer parto, es recomendable no tener relaciones con penetración en las seis semanas que siguen al parto, para dejar tiempo a que los tejidos recuperen su elasticidad, sobre todo si ha habido episiotomía.
- Una vez superado el descanso obligatorio, las relaciones sexuales se retoman con más tranquilidad, porque la mujer cuenta con la experiencia previa de que no pasa nada.
- Es aconsejable practicar los ejercicios de Kegel (contraer y relajar la vagina) para ayudar a que el periné recupere su elasticidad.
- Tras el segundo parto la mujer tiene menos miedo de ir al baño, porque sabe por experiencia que los puntos (si es que los tiene) no se van a soltar con los pujos.
- Está mejor preparada y seguramente sigue una dieta rica en fibra con un horario regular de comidas y también bebe mucha agua, para poder superar el problema cuanto antes.
- La mujer puede temer dar el pecho al segundo bebé si ha tenido una lactancia dolorosa, con grietas, al amamantar a su primer hijo. Pero estos problemas no tienen por qué repetirse.
- Ahora los pechos están más curtidos y la piel menos sensible.
- Además, la madre ya tiene experiencia, por lo que se adapta con más seguridad a las necesidades de su bebé.
Que el útero vuelva a su tamaño
- Como los músculos están más distendidos, al útero le cuesta un poco más recuperar su posición original.
- Es posible que los entuertos (espasmos que ayudan a contraerlo) sean más numerosos y fuertes durante los tres o cuatro días que siguen al parto. El tocólogo puede recetar a la mujer unos analgésicos a base de paracetamol para aliviarlos.
- No hay ninguna razón médica que explique por qué razón la mujer tarda más en recuperar su silueta tras el segundo parto, pero suele ocurrir así.
- Quizás sea porque tiene menos tiempo para cuidarse y practicar ejercicio (debe ocuparse de su hijo mayor) o porque está tan cansada que no se preocupa tanto de su aspecto físico.
- Podrá recuperar su figura en cualquier momento, una vez haya abandonado la lactancia, siguiendo una dieta sana y practicando deporte.
- Con un bebé en casa se duerme poco y de forma interrumpida. Pero además está la responsabilidad de cuidar a un hijo mayor, y no siempre se pueden aprovechar las horas de siesta del bebé para recuperarse.
- Es imprescindible la ayuda del padre o de familiares que se preocupen de las tareas domésticas y apoyen a la madre con el primer hijo, entreteniéndole para que no se sienta desplazado.
- Comportarse como una supermamá no sirve de nada y solo puede añadir estrés. No es bueno llevar el cuerpo o los recursos emocionales al límite durante el puerperio. La mujer necesita energía y debe dejarse ayudar, ahora, más que en el primer posparto.
¿Y EN CASO DE CESÁREA?
- Al tratarse de una intervención quirúrgica, la mujer tarda más en recuperarse de una cesárea que de un parto vaginal, con independencia del número de hijos que haya tenido.
- Con esta operación pierde entre medio y un litro más de sangre que si tiene a su hijo de manera natural, lo que aumenta la posibilidad de sufrir anemia.
- Una segunda cesárea no es peor que la anterior y cicatriza igual de bien, ya que el músculo uterino es fuerte.
- En cuanto a la herida exterior, el ginecólogo suele eliminar la cicatriz vieja y hacer una nueva, para que seque sobre tejido sano y «pegue» mejor.