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jueves, 4 de diciembre de 2008

Juegos para estimular el equilibrio del bebé

Balancearse en la sillita de la reina, trotar a caballito aferrado a la espalda de papá o dar una voltereta agarrado de las manos de mamá les encanta. Además de divertidos, todos estos juegos estimulan su sentido del equilibrio.

Cada vez que el niño da vueltas, se balancea o gira sobre sí mismo, sus neuronas cerebrales se multiplican y se conectan entre sí, lo que favorece su desarrollo cognitivo, la coordinación de sus sentidos y del sistema motor, y estimula su equilibrio, que es fundamental para aprender a caminar. También es necesario para desarrollar lo que se denomina conciencia espacial, una relación correcta entre el cuerpo, el espacio y las cosas que nos rodean.

El sistema nervioso del bebé se desarrolla de forma vertiginosa en el primer año de vida
. El suave balanceo con que le acunamos en nuestros brazos ya supone un importante estímulo, y poco a poco, durante esos primeros meses, al mecerle o pasearle en la sillita, vamos aportando madurez a su sistema nervioso.

Primeros pasos (des)equilibrados

Uno de los grandes desafíos de los bebés es aprender a andar. Esta gran hazaña depende en gran parte de lo desarrollado que esté su sentido del equilibrio, ya que éste le permite coordinar todos sus movimientos en relación al espacio en el que se encuentra y desplazarse en la dirección correcta. El sentido del equilibrio está compuesto por tres canales situados en el oído interno. Estos canales detectan en cada momento la posición en la que estamos para que el cerebro informe de ésta a los ojos y a los músculos y de cómo tenemos que movernos para mantener el equilibrio y no caernos.

Cuando jugamos con nuestro hijo a cogerle en brazos y subirle y bajarle
, no solo estamos haciéndole pasar un rato divertido, sino que estamos ayudando a que el pequeño desarrolle de manera asombrosa su cerebro creando nuevas conexiones y circuitos neuronales. El cerebro del bebé nace ya con millones de células nerviosas. Las que controlan las funciones esenciales para su supervivencia como el latido del corazón o su respiración ya están conectadas entre sí antes de que el pequeño venga al mundo, pero existen muchísimas más que están esperando a ser conectadas para poder funcionar correctamente, y eso solo puede ocurrir cuando se estimula y se utiliza el cerebro.

Los tres primeros años en la vida del niño son claves para su desarrollo neurológico, motriz, cognitivo y emocional. Lo que viva en esos años va a determinar en gran medida cómo va a ser el pequeño en el futuro. Si a esta edad estimulamos su capacidad para comunicarse o para caminar y controlar su cuerpo, le animamos a que descubra su entorno y establecemos unas bases emocionales positivas y estables.

Todo son beneficios

Los juegos que le hacen perder la estabilidad suponen un magnífico estímulo para su cerebro.
Le enseñan a anticipar lo que va a pasar a continuación, a memorizar sin darse cuenta las canciones que acompañan al juego, y en definitiva, le hacen estar más despierto y preparado intelectualmente para abordar otros hitos de su desarrollo, como el lenguaje.

Además percibe que papá y mamá se lo están pasando muy bien con él, y eso refuerza sus vínculos afectivos y le proporciona estabilidad emocional.
Quedar suspendido sobre la cabeza de papá y bajar de golpe en sus brazos, o caer hacia atrás solo sujeto por las manitas, le provoca un cosquilleo excitante que a veces puede acercarse al miedo: es el vértigo que nos hace, por fracciones de segundo, perder la orientación. ¿A que suena emocionante? A él, desde luego, se lo parece.

Con cuidado

  • Debemos sujetarle muy bien para que no se nos caiga (si lo hacemos entre dos personas, mejor).
  • Los movimientos tienen que ser suaves, evitando el zarandeo brusco.
  • Los bracitos también están muy expuestos a lesionarse si no les agarramos bien. Por eso, si le hacemos girar alrededor nuestro es mucho más recomendable cogerle de las muñecas o de los brazos que de las manos.
  • También tenemos que cerciorarnos de que no hay muebles o lámparas cerca contra las que pueda chocar.