Hoy quiero dar una vuelta de tuerca (no digo si apretando o aflojando) al tema de la concepción y la reproducción con otro de los factores que genera debate social, cuál es la mejor edad para tener hijos.
30% de las mujeres tiene su primer hijo con más de 35 años.
Esta cifra podría explicarse con varias razones que han provocado que la edad media haya ido creciendo hasta la fecha:
- Inestabilidad laboral y económica: estamos en la era del trabajo temporal y de la necesidad de un amplio currículum para encontrar un puesto. Esto ha hecho que pocas parejas hayan tenido la seguridad económica que necesitaban para tener un hijo.
- El precio abusivo que han tenido los pisos hasta ahora: punto asociable al anterior y que ha hecho que a muchas parejas les haya costado acceder a una vivienda.
- El estrés generalizado de la población: un ritmo de vida demasiado acelerado dedicado al trabajo y al consumo que nos ha hecho entrar en una rueda de “necesito más, gasto más, trabajo más para pagar lo que he comprado”.
- El descenso de la calidad del esperma: asociado al estrés, a la alimentación, al sedentarismo, etc.
- El “primero vamos a vivir la vida”: en que muchas parejas deciden viajar y disfrutar de sus primeros años como pareja retrasando el momento de tener hijos.
- El trabajo como única fuente de realización personal: mujeres y hombres basan su estatus personal en su nivel de estatus laboral. El trabajo en casa y el tiempo que se dedica a criar a los niños ha pasado a un plano secundario en la sociedad que lo ve como una carga o un freno a la progresión laboral y personal.
- La estabilidad emocional de pareja: que puede no llegar a darse hasta edades avanzadas. Lo entiendo, tal y como está el mercado masculino (me incluyo en la crítica, que no en el mercado) cuesta decidirse a pasar el resto de la vida con según qué individuo.
Y biológicamente ¿cómo está el tema?
La probabilidad de quedarse embarazada va disminuyendo con la edad. Una mujer de unos 20 años que esté tratando de quedarse embarazada en sus días fértiles tiene un 25% de probabilidades de conseguirlo, rondando los 30 años tiene un 15%, a partir de los 35 descienden las posibilidades a un 8% y a un 3% a partir de los 38 años.
Este descenso de la fertilidad está haciendo que muchas parejas lleguen a la inesperada y desesperada situación de no lograr tener ningún hijo (se estima que cada año 44.000 parejas se añaden al “colectivo” de parejas estériles).
¿Entonces cuándo es mejor?
Los jóvenes defendemos (me posiciono aquí pues tuve mi primer hijo con 26 años) que teniendo los hijos antes de los treinta la energía es mayor. Supone decir no a muchos placeres de la vida que podríamos disfrutar en esta edad, pero entendemos que son aplazables o directamente innecesarios.
Una vez los niños crecen y tienen cierta autonomía (por ejemplo 7-10 años) seguiremos siendo relativamente jóvenes (digamos unos 35-40 años) para retomar hobbies o viajar con o sin ellos.
Como contrapunto muchos notamos una maduración vertiginosa, casi a golpes, sin tiempo casi a digerirlo (la adolescencia cada vez llega antes y cada vez se va más tarde) y es posible que en algunos momentos echemos de menos más experiencia vital que podría venir bien en momentos aciagos.
Los que deciden tener hijos más adelante, cuando las aguas están más calmadas, defienden (y estoy de acuerdo) que se encuentran en un estado de madurez emocional superior, más tranquilos y entregados.
Hay más estabilidad económica y una posición social más definida que hacen que un descanso para tener hijos genere menos inquietud sobre el “qué pasará después cuando vuelva a trabajar”.
Existe también un mayor autoconocimiento distinguiendo virtudes y limitaciones y una mayor autonomía en general, pues la experiencia de la vida aporta mayores capacidades de decisión.
Como desventajas diría que el mismo factor que aporta experiencia y sabiduría, la edad, supone un hándicap en cuanto a fuerza física. No es condición sine qua non, pues mujeres y hombres de más de 40 años con una energía envidiable los hay y muchos, sin embargo la adolescencia de los hijos llega cuando los padres rondan los 50 años y es mayor la probabilidad de falta de conexión o la sensación de estar en dos planos de comunicación demasiado alejados para el entendimiento mutuo.
Otra desventaja es la crítica social. Tener hijos a partir de los 35-40 años supone ser marcada con la etiqueta de “embarazo de alto riesgo” a nivel sanitario y con la de “egoísta” para muchos sectores de la sociedad.
En el fondo, siento que hagas lo que hagas “nunca llueve a gusto de todos”, así que la decisión, por supuesto, depende de cada pareja.
Via: Terra mujer