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martes, 21 de abril de 2009

Embarazadas al volante

Si bien conducir es una actividad que no está contraindicada para las mujeres embarazadas, hay que tomar precauciones, pero se debe evitar si se trata de una gestación con problemas.

El embarazo es un proceso natural que no tiene por qué impedir a la futura madre llevar a cabo la mayor parte de las tareas que realizaba antes, conducir es una de ellas: una actividad que no está contraindicada para las embarazadas, siempre y cuando se trate de una gestación de curso normal. Obviamente hay que tener en cuenta algunos detalles por las modificaciones que se producen en el cuerpo.

Los dos períodos críticos para la conducción son el primer y el tercer trimestre. En el primero, el cuerpo de la mujer aún no ha sufrido grandes modificaciones y no es necesario ajustar el asiento ni el volante. En el tercer trimestre, debido al incremento del abdomen, la distancia entre el vientre y el volante se reduce significativamente, lo que hace necesario ajustar las posiciones preestablecidas. Esto puede dificultar el control del propio volante así como de los pedales, especialmente en mujeres de estatura baja.

Precaución al conducir

En el primer trimestre, el principal peligro de sufrir un siniestro es que éste provoque un aborto espontáneo.

En el segundo y el tercer trimestre los problemas más importantes son: desprendimiento de placenta, hemorragia transplacentaria, rotura o laceración del útero y lesión directa fetal. Además, la posibilidad de que se desencadene el parto en las cuarenta y ocho horas siguientes al accidente se multiplica por dos. El riesgo más grave para el niño en estos casos es el fallecimiento materno que traería como consecuencia, casi segura, la muerte del feto.

Debido a estas posibles complicaciones existen unas recomendaciones muy claras para la conductora gestante. La primera se refiere al uso del cinturón de seguridad. El cinto; salva vidas maternas y fetales y evita complicaciones derivadas de un accidente.

Lo más recomendable es utilizar el cinturón de tres puntos de anclaje -aquellos que disponen de banda pélvica o inferior y banda torácica o superior- frente al de dos puntos. Se ha comprobado que las lesiones fetales graves se reducen en más de un 50% cuando se usa el primero. Debe colocarse pasando la banda superior entre los senos y la banda inferior sobre las caderas por debajo del abdomen, nunca sobre este último para que no oprima el vientre.

También hay que tener en cuenta otra serie de factores que pueden alterar la capacidad de concentración y poner en peligro a los ocupantes del vehículo. Uno de los más frecuentes es el sueño característico que sufren algunas mujeres gestantes. El embarazo puede producir cambios en el nivel de azúcar en la sangre, modificaciones de la tensión arterial, alteraciones en la visión y además en los miembros o varices.

Via: zonabebes