Algunas estadísticas señalan que cuando hay divorcio o separación, ocho de cada diez hombres reinciden a formar parejas. La extraña coincidencia es que ese mismo parámetro se da para mujeres que deciden no hacerlo.
Los divorcios o separaciones suelen ser eventos traumáticos, y seguramente son resultado de crisis de mayor o menor envergadura. Pero cuando hablamos de la presencia de hijos (lo que se da la mayoría de las veces) en general éstos quedan bajo custodia de las madres y ello es el hecho que explica -en mi opinión- la estadística anterior.
Lo cierto es que probablemente esto se debe a que muchas madres siguen el primer consejo que me atrevería a dar en estos casos, que simplemente es actuar con prudencia, pensar bien y enfrentar la “soledad” con valentía. Cuando la madre se queda con los hijos, es como si enfrentara dos ausencias: la de su pareja y la del padre de sus hijos.
Es necesario duplicar energías y fortaleza, y sacar las fuerzas de donde sólo las mujeres sabemos sacarla: del sufrimiento y del dolor. Por duro que suene…, es real amigas; así es que damos a luz aunque duela y así es que nos sobreponemos a cualquier cosa sustentadas en un amor más potente que el que perdimos: el amor a nuestros hijos.
Via: abcmujeres