Muchos bebés son remolones a la hora de nacer y se hacen esperar. Esto es bastante frecuente especialmente en las madres primerizas que suelen pasarse de la fecha probable de parto sin que el bebé nazca.
A menudo, los médicos monitorean semana a semana la salud del bebé en el útero normal y si todo marcha bien no hay motivo para alarmarse si ya pasaron varios días de la fecha de parto. Sin embargo, cuando ya pasan más de 14 días sin que la embarazada entre en trabajo de parto naturalmente, es necesario inducirlo químicamente para que el bebé pueda nacer.
La inducción del parto es necesaria para evitar el envejecimiento de la placenta, lo que sería riesgoso para el bebé. Si bien sabemos que la ansiedad durante estos días es mucha, debes estar tranquila porque la inducción es muy sencilla ya que consiste en que los médicos pasen una sustancia química a la madre mediante un suero. Al poco tiempo comenzarás a sentir contracciones y comenzará tu trabajo de parto.
La inducción del parto también puede realizarse en semanas previas al parto, sin embargo en éstos casos sólo se realiza si los médicos advierten que el bebé tiene sufrimiento fetal o alguna complicación que harán que que sean necesario un parto prematuro.
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