Se ha dicho mucho sobre los nocivos efectos del tabaco en el embarazo, como la mayor probabilidad de parto prematuro o que el bebé tenga bajo peso, la mayor probabilidad de tener problemas respiratorios o cardíacos. Sin embargo, pocas mujeres dejan el hábito en la gestación.
Otro motivo más, por si hace falta, para decidirse a dejar de fumar antes de embarazarse se relaciona con el dolor pélvico, un problema que padecen entre el 14 y el 33 % de las mujeres, en especial en la segunda mitad del embarazo.
Fumar favorece el dolor pélvico, ya que hay un 20% más de probabilidades de padecerlo.
Este dolor hace que actividades cotidianas como caminar, levantarse de una silla o darse vuelta en la cama se tornen dificultosas. Si bien el cigarrillo debe abandonarse por una larga serie de motivos más serios, lo cierto es que dejarlo conlleva el beneficio adicional de disminuir las chances de desarrollar dolor pélvico en el embarazo, incluso en aquellas mujeres que se deshicieron del tabaco al principio de la gestación.
Esto se debería por una disminución de flujo sanguíneo al tejido pélvico, pero no sería la única causa del dolor pélvico. Tampoco no tener el hábito garantiza que no se padecerá este problema de todas formas.
Pero sin dudas, es un motivo más para dejar de fumar antes del embarazo.