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martes, 6 de julio de 2010

Embarazo y anemia

embarazo y anemia, un binomio bastante frecuente y acerca del cual es conveniente aprender. Lo primero que me gustaría hacer es tranquilizarte, ya que no se trata de un problema tan grave ya que es posible atenderlo e incluso revertirlo sin consecuencias para el bebé ni para ti.

Es pertinente señalar dos casos: la anemia previa al embarazo y la que se desencadena (o por lo menos se detecta) en el transcurso del mismo, lo que suele suceder a partir del cuarto mes. ¿Cuándo exactamente hablamos de anemia? La respuesta es sencilla: cuando hay déficit en la capacidad del torrente sanguíneo de la futura mamá para el suministro de oxígeno y hierro.

Esto afecta sin duda el desarrollo del bebé, por lo que este problema debe contrarrestarse de inmediato por parte del médico tratante. Es un hecho que el volumen sanguíneo de la futura mamá aumenta casi en un 50% y en ocasiones los glóbulos rojos no pueden acompasar este crecimiento desde el punto de vista funcional.

Ellos son los responsables últimos de este transporte vital y por tanto las medidas que el médico adoptará procurarán solucionar estos detalles puntualmente. A no preocuparte, hay posibilidades de ingerir complementos de hierro extra y realizar actividades tales como caminatas que aumenten la oxigenación de tus pulmones y en consecuencia de tu sangre.