Mucho hemos hablado ya de lo malo que es fumar en el embarazo, pero ¿qué ocurre si la mamá retoma el hábito mientras está amamantando a su bebé? Como era de esperarse, es igualmente negativo.
La nicotina pasa a la leche materna, si bien no en cantidades tóxicas, sí lo suficiente para tener un efecto estimulante en el bebé que le da menos predisposición al reposo y al sueño.
Además, la nicotina provoca una disminución en la producción de leche materna.
Claro está que el riesgo más grande para el bebé es el que corre como fumador pasivo. Jamás fumes en un ambiente cerrado donde se encuentre el bebé. También cámbiate la ropa con la que has estado fumando para tomar en brazos a tu hijo, porque el fuerte olor del tabaco le hará mal. De hecho, que los padres sean fumadores es uno de los factores de riesgo identificados dentro de la Muerte Súbita del Lactante.
De todas formas, si fumas no dejes de darle el pecho al bebé, pues son más los beneficios que los riesgos. Claro que lo ideal es que abandones el tabaco, pero si no puedes hacerlo intenta al menos no fumar en el lapso de dos horas antes de cada toma del pecho, y por supuesto, fumar lo menos posible y en espacios abiertos lejos del bebé.
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