Factores como la edad y el consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias atentan contra la fertilidad femenina. Pero los científicos están poniendo el foco en otro factor igualmente nocivo, como es el estrés y la tensión nerviosa, tan generalizada por estos días.
El yoga, la terapia de meditación y los masajes podrían hacer la diferencia a la hora de buscar un embarazo, de acuerdo al estudio realizado por los científicos del Departamento de Salud de EE.UU. y de la Universidad de Oxford (Reino Unido).
En esta investigación, que siguió durante seis meses a mujeres que buscaban tener un hijo con edades comprendidas entre los 18 a los 40 años, se determinó que aquellas sometidas a mayores niveles de estrés ven reducir su fertilidad en la nada despreciable cifra del 12%.
Los niveles de cortisol y las alfa-amilasa, hormonas que se segregan cuando se está estresado, estaban más elevados en mujeres que tardaron más en quedar embarazadas o no lo lograron.
Para colmo, el círculo vicioso se alimenta ya que cuanto más tarda la mujer en embarazarse, es probable que su nivel de estrés aumente más y más.
Por ello, todo aquello que se haga en función de bajar esos niveles de tensión facilitarán la llegada del deseado bebé.