Un estudio realizado recientemente en Reino Unido determinó que la leche artificial con la que se alimenta a los bebés, suele tener un exceso de aluminio en su composición.
La investigación, realizada en la Universidad de Keele, recomienda que se reduzca esta cantidad y además se investigue más a fondo sobre los efectos tóxicos que esta leche pueda tener.
Para concluir en estos datos, se tomaron muestras de 15 leches diferentes, tanto con base de leche de vaca como de soja, tanto los líquidos como los que vienen en polvo, tanto los de prematuros, lactantes hasta seis meses y de las que seis meses en adelante.
Se encontró que estas leches artificiales superan las concentraciones normales de aluminio que hay en la leche materna, entre 10 a 40 veces más dependiendo del caso.
Aún no se sabe a ciencia cierta los efectos tóxicos del exceso de aluminio en la leche artificial para bebés, pero en el caso de la alimentación parenteral, se determinó que produce problemas de maduración neurológica y ósea.
Como conclusión final, los científicos del estudio recomiendan controlar la cantidad de alumnio de las leches artificiales, realizar estudios sobre su posible toxicidad e implementar medidas para aumentar las tasas de lactancia materna.