Un estudio realizado en la Universidad de Granada logró establecer una relación entre la deficiencia de zinc y cobre y un aumento del riesgo de aborto espontáneo.
Es la primera vez que se logró comprobar la relación entre esa carencia de minerales y una mayor posibilidad de que se pierda el embarazo.
Asimismo, lo bueno es que se trata de un problema fácilmente corregible con una mejor alimentación y suplementos nutricionales.
El estudio, asimismo, ahondó en otras cuestiones como el consumo de tabaco, de café a niveles elevados, a homocisteína, la suplementación preconcepcional y prenatal con yodo y folatos, la disfunción tiroidea o el consumo de fármacos en las primeras semanas del embarazo.
Como conclusión, es importante más que nunca para que el embarazo avance con normalidad, llevar una dieta completa y equilibrada.
El zinc se encuentra en diversos alimentos como las ostras, carnes rojas, aves de corral, algunos pescados y mariscos, habas y nueces. La ingesta diaria recomendada de zinc ronda los 20 mg para adultos, menor para bebés, niños y adolescentes (por su menor peso corporal) y algo mayor para mujeres embarazadas y durante la lactancia.
El cobre se encuentra en una gran cantidad de alimentos habituales de la dieta tales como ostras, mariscos, legumbres, vísceras y nueces entre otros.
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