Una frase que muchas madres recientes (o no tan recientes) suelen decir cuando rememoran el día en que dieron a luz, relacionada con la comida o bebida en el proceso de parto, es: “No me dejaron comer ni beber durante el parto“.
Esta restricción ha formado parte de los protocolos de parto durante muchos años y viene motivada por un “¿Y si…?”, que en este caso se trata de la posibilidad de tener que hacer anestesia general a la madre, habiendo entonces riesgo de aspiración gástrica (que pase contenido del estómago a los pulmones).
Sin embargo, limitar la ingesta de líquidos y sólidos no siempre garantiza la reducción de contenido estomacal (no siempre se vacía del todo, pese a no comer) y además afecta al bienestar de la mujer, que además de estar cansada, soñolienta y quizás hambrienta, ve cómo se le niega un simple vaso de agua.
A esto hay que sumarle que en la actualidad se utiliza cada vez menos la anestesia general, en beneficio de las anestesias neuroaxiales, mucho más localizadas y con menos efectos secundarios (y la madre despierta) y el saber que la OMS promueve el ofrecer líquidos por vía oral durante el parto.
¿Qué dicen los estudios científicos?
Pues no mucho. En una guía práctica para la anestesia obstétrica publicada en 2007 por la Sociedad Americana de Anestesistas se publicó que no había evidencia que sirviera para valorar cuál es el tiempo de ayuno seguro tras la ingesta de sólidos en mujeres. Dicho de otra forma, que nadie sabe a ciencia cierta cuánto tiempo tiene que pasar desde la última vez que una mujer embarazada tomó algo sólido hasta el momento de administrársele anestesia para que sea seguro.
Con esta duda presente, se han observado los efectos producidos por la presencia de alimento en el estómago de la madre a la hora de parir y no se ha encontrado que el hecho de que la mujer haya comido alimentos sólidos durante el parto influya ni en el tipo de parto (cesárea o vaginal) ni en la duración de los mismos.
Con respecto a complicaciones más graves en que pudiera darse el síndrome de Mendelson (aspiración gástrica por anestesia) no hay estudios que puedan evaluar la seguridad de la madre en dichas situaciones, aunque sí puede decirse que se trata de complicaciones extremadamente raras.
Qué se recomienda
Dado que estamos hablando de sólidos sobretodo y no hay evidencia que los desaconsejen (ni que los aconsejen), nos centramos en hablar de líquidos que siempre serán menos peligrosos. El hecho de que una mujer tome líquidos claros (agua, caldos filtrados, zumos de frutas colados, infusiones, té o café solos y bebidas sin burbujas) no influye en la evolución del parto, es decir, que no afecta al tipo de parto, a la duración, al empleo de oxitocina ni afecta en modo alguno al recién nacido.
Si además de todo ello tenemos en cuenta que mejora el confort de la mujer y su satisfacción en el proceso de parto lo recomendable es permitir que la madre que así lo desee tome líquidos claros durante el parto (hablamos sobretodo de la fase de dilatación).
Disminuyendo el riesgo de cetosis
Durante el trabajo de parto la mujer puede sufrir cetosis (elevación de los cuerpos cetónicos en la sangre) secundaria al esfuerzo físico y el estrés, acompañado de una disminución de la ingesta oral. Esto sucede porque, en ausencia de energía que proviene de la alimentación el hígado empieza a metabolizar la grasa propia, dando lugar a los cuerpos cetónicos, que transportan dicha energía a otros órganos.
No está claro el efecto que la cetosis puede tener sobre la madre o sobre el bebé, pero se cree que puede ser causante de náuseas, vómitos y cefaleas y por lo tanto provocar un mayor cansancio y un menor confort general.
Para evitarla se sugiere entonces lo ya comentado, una dieta ligera o la ingesta de fluidos con carbohidratos (bebidas isotónicas), siempre que el aumento de volumen gástrico (llenar el estómago) no provoque malestar.
Resumiendo
Hay mujeres que durante el trabajo de parto no quieren ni oír hablar de líquidos ni sólidos, sin embargo hay otras que en medio del trabajo de parto sienten la necesidad de reponer líquido y de tomar algo. Con el fin de mejorar el confort de la madre y observando que no hay evidencia que lo contraindique y que puede ser útil para evitar la cetosis se recomienda a las mujeres que tomen algún líquido claro de tanto en cuanto.
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