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lunes, 25 de febrero de 2013

Malos hábitos: Comer viendo la tele

Los niños que comen en familia se alimentan mejor que los que comen solos. Además, cenar frente al televisor anula la conversación e impide prestar atención a lo que se come.

Alimentarse es mucho más que aplacar el hambre. Es disfrutar de los alimentos con todos los sentidos, saborearlos, percibir su aroma y deleitarse con su presentación.

Lo ideal es comer en familia. Algunos estudios demuestran que los niños que comen junto con sus padres se alimentan mejor que los que comen solos. Toman más frutas y verduras, ingieren más cantidad de vitaminas y minerales, consumen más fibra, poseen mayores habilidades de expresión, establecen relaciones más saludables con los otros y se sienten mejor integrados en su familia.

Comer viendo la tele

Pero todos esos beneficios desaparecen cuando el grupo familiar mira la televisión durante la comida. ¿Por qué?

Cuando los comensales están pendientes de la tele no le prestan atención a lo que comen. No aprecian el sabor de los alimentos ni sus cualidades y además pierden el control sobre la cantidad que están comiendo. En este sentido, el hábito de comer viendo la televisión puede favorecer la obesidad.

Las familias que comen viendo la televisión toman menos frutas y verduras, alimentos que proporcionan fibra, vitaminas y minerales y tienen un efecto protector contra enfermedades cardiovasculares y distintos tipos de cáncer.

La relación entre los comensales se reduce, la familia habla menos y si lo hace, la conversación se centra en el programa que está viendo.

En horario infantil la televisión concentra la emisión de anuncios de alimentos, que pueden influir en los hábitos de consumo del niño. La mayoría de anuncios son de golosinas, chocolates, bollería, refrescos, etc.; estos productos tienen un elevado contenido en grasas, azúcar y calorías, y no se deben consumir a diario, sino una vez por semana.

En resumen: la familia debe apagar la tele mientras come, porque es importante que el niño establezca una buena relación con la comida desde el principio. Por eso la televisión tampoco se debe utilizar como premio si el pequeño come.