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miércoles, 29 de mayo de 2013

El uso de faja en el posparto

Es habitual entre las mamás recientes el uso de una faja de soporte tras el parto, ya sea que se haya producido en forma vaginal o mediante cesárea. En los primeros días tras dar a luz, estas fajas elásticas permiten brindar soporte a los tejidos abdominales distendidos durante el embarazo, aportando mayor confort.

Y en caso de una cesárea, permiten realizar algunos movimientos un poco más amplios, con la tranquilidad que la incisión no se moverá ni causará un dolor excesivo o problemas con la herida.

Además, las fajas posparto podrían ayudar a reducir el abdomen tras el embarazo y a recuperar la figura más rápidamente. En los primeros días tras el parto, la faja es útil y en cierta medida ayuda al útero a regresar a su sitio, permitiendo mayor comodidad.

Sin embargo, el uso prolongado de la faja puede hacer que los músculos abdominales no trabajen lo suficiente, lo cual no es ninguna ayuda, pues son el sostén natural del abdomen y en definitiva los que deben realizar el trabajo de soportar la barriga.

No esta demostrado, en principio, que utilizar faja ayude a recuperar la figura más rápido que si no se utiliza nada, es por ello que hay médicos que la sugieren y otros que no.

No obstante, la faja no debe ser utilizada demasiado tiempo, pues hay que dejar que los músculos del abdomen y la espalda hagan su trabajo para obtener a largo plazo un sostén natural que nos asegure una buena postura y evite problemas posturales – musculares u óseos – más adelante.

Si la mujer ha dado a luz por cesárea probablemente necesite la faja un poco más, hasta acostumbrar su abdomen a sus movimientos habituales una vez el proceso de cicatrización vaya avanzando. Sin embargo, tras cierto tiempo, también conviene dejar de utilizarla para rehabilitarse naturalmente.

En cualquier caso, no conviene llevar faja mucho más allá del primer mes. Es importante decir que no es probable que la faja de haga volver a tu forma antes de lo que sucedería si no la llevas. Además si es verano y has tenido una cesárea, conviene airear la herida para su mejor cicatrización. Acumular humedad, calor y sudor sobre la incisión no te ayudará en nada.