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sábado, 25 de mayo de 2013

Fumadores pasivos en la infancia, ¿más agresivos?

El humo “de segunda mano” es aquel que los no fumadores respiran cuando se exponen en un ambiente con humo provocado por el tabaco, cuando fuman a su lado o entran en un lugar en el que se ha fumado. Un estudio reciente señala que los fumadores pasivos en la infancia tienen más posibilidades de ser agresivos.

Independientemente de si han sido expuestos al tabaco durante el embarazo o sus padres tienen una historia de ser antisociales, los niños expuestos al humo tienen más probabilidades de crecer físicamente agresivos y antisociales.

Así lo demuestra un estudio realizado por investigadores canadienses y publicado en “Journal of Epidemiology and Community Health”, que señala que el 40% de los niños de todo el mundo están expuestos al humo no inhalado directamente. Como el cerebro del niño en la primera infancia está en desarrollo, ese humo es peligroso.

En la investigación se analizaron datos de 2.055 niños desde su nacimiento hasta los diez años de edad, incluyendo informes de los padres sobre la exposición al humo de segunda mano y de los maestros y los propios niños sobre su comportamiento en clase.

Los niños que estuvieron expuestos al humo de segunda mano, aunque fuera temporalmente, tenían muchas más probabilidades de presentarse más agresivos. Así lo señalan las conclusiones del estudio:

En comparación con sus pares no expuestos, los niños expuestos al humo de segunda mano en la infancia, continuamente y de forma intermitente, mostraron una mayor propensión a la agresión física y el comportamiento antisocial a finales del cuarto grado.

Y aunque no se puede determinar ninguna relación causal directa (¿existe en los hogares de padres que fuman junto a sus hijos más propensión a comportamientos violentos?), la correlación estadística sugiere que la exposición a humo de segunda mano prevé un comportamiento desviado en la infancia tardía.

Ya se sabe que los bebés expuestos al humo tienen mayor riesgo de infecciones y además en la orina de los niños que conviven con fumadores se ha observado altos niveles de agentes cancerígenos en la orina.

Si el humo “de tercera mano” ya es nocivo para la salud, qué será de ese humo respirado. Los riesgos del tabaquismo pasivo para los niños son múltiples.

Por ello hay que procurar que en el hogar con bebés y niños no se fume, ya que la exposición pasiva al humo es causa de enfermedades y puede afectar al desarrollo neurológico. Los lugares cerrados que han estado expuestos al humo y aquellos en los que hay fumadores no son ambientes apropiados ni sanos para los niños, incluso aun cuando esta relación entre los fumadores pasivos y la agresividad no sea demostrada por completo.