El título es amplio y no es fácil dar una reseña estandarizada de las posibles consecuencias. Éstas dependerán sin duda de muchos factores, entre otros y muy especialmente cuán “amigos” o por lo menos “buenos socios” hayan quedado los padres después de colapsar como pareja.
Pero sin ninguna duda, será éste y no otro el mayor punto de impacto: si los padres mantienen mínimas buenas relaciones (especialmente en lo que a los hijos concierne) las cosas serán mucho más fáciles para todos. Incluso algunos aspectos que los padres no prevén al principio, como las adolescencias difíciles, los límites etc.
Otros aspectos cuentan para que el impacto sea menor, son las consecuencias económicas. Si además de lo afectivo, hay carencias económicas la adaptación a la nueva vida será más difícil aún.
No olvidemos que esta crisis será un reordenamiento del ritmo de la vida del niño, y hay que procurar que sea justamente eso: un reordenamiento y no un caos. Hay que ayudar a los hijos en eso del tránsito entre “la casa de mamá” y “la casa de papá”, para quel mismo no sea caótico y el niño sepa dónde está su ropa, sus útiles y cuándo estará en un lado o en otro.
Via: bebes