A pesar de que muchas mujeres optan incluso voluntariamente por postergar su embarazo, no es frecuente que se extienda hasta esta edad. No obstante se da, algunas veces buscado y otras por azar.
A medida que la mujer madura, los factores a los que hay que atender son variados y aquellos que representan riesgos, se incrementan.
Uno de los riesgos más comentados y que cuentan con fundamento estadístico suficiente como para prestarle atención es el vinculado a la mayor incidencia de nacimiento de bebés con malformaciones. Estamos hablando de problemas congénitos o enfermedades genéticas.
Éstas se presentan con mayor frecuencia en los embarazos a esta edad, respecto a los de las mujeres más jóvenes. Pero a no asustarse: lo importante es estar atenta y diagnosticar cuanto antes ya que muchas cosas se pueden tratar incluso antes del nacimiento del bebé.