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lunes, 24 de agosto de 2009

¿Como fomentar la inteligencia de nuestros hijos?

Parece que la inteligencia es una de las capacidades más deseadas en los padres, así que vamos a tratar de plantear algunas generalidades sobre como lograr facilitar su desarrollo.

En primer lugar hay que tener claro el concepto de inteligencia múltiple, en el que se interpreta que la inteligencia es una combinación equilibrada de capacidades y que la utilización conjunta de las mismas es la que permite la resolución de problemas. Entonces, ¿Como podemos fomentar la inteligencia de nuestros hijos?.

Podríamos hablar de dos tipos de inteligencia: la inteligencia mental, que sería la más conocida por su eficacia en la resolución de problemas o en la velocidad de elaboración de ideas, y la inteligencia emocional, que tiene que ver con la capacidad de empatía (ponerse en el lugar del otro), las habilidades sociales y el control de las emociones propias.

En la franja de edad de uno a tres años, el niño experimenta unas vivencias extremadamente intensas en las que debe lograr conquistar dos metas que le ayudarán en su desarrollo intelectual. Por un lado, empieza a ser consciente de que no es omnipotente y de que forma parte de un grupo social en el que debe compartir, esperar turno, ceder… Por otro lado, descubre un mundo rápido y diverso que requiere de toda su atención para que pueda comprenderlo y darle sentido.

De la combinación de estos dos aspectos, que son las áreas de los tipos de inteligencia anteriormente mencionados, surge el desarrollo intelectual. Entonces, ¿qué consideraciones podemos hacer para fomentar la inteligencia de nuestros hijos?. Voy a proponerles algunas:

  • Cuidar los componentes sociales del niño con la misma intensidad que cuidamos otras cosas (como la higiene, por ejemplo). Para esto habrá que provocar, supervisar e informarnos de experiencias beneficiosas para el desarrollo de las competencias sociales: buscar la compañía de otros niños, facilitar la tolerancia a la frustración y fomentar la satisfacción en la experiencia compartida.
  • “Alimentar” la curiosidad natural del niño por lo cotidiano y lo cercano. En el mundo en que vivimos de realidad virtual y digital hace falta esforzarse por que los niños perciban la realidad física y natural ya que serán los “cimientos” de los otros conocimientos (subjetivos). Es preciso que el niño juegue con formas básicas (cuadrados, triángulos, círculos) y con elementos geométricos de construcción (cubos, paralelepípedos, esferas, pirámides) para el desarrollo de la visión espacial y de la planificación de proyectos, con muñecos en la elaboración de secuencias de la vida normal imaginadas (jugar a las casitas). Por otro lado necesitan comprender al máximo el mundo que les rodea: ¿de dónde vienen los alimentos?, ¿como se construye un mueble?, ¿como se comportan los animales?. De todas estas experiencias sencillas y prácticas podrá extraer la estructura en la que elaborar otros conceptos como la aldea global, las redes sociales o los modelos informáticos. Este aspecto es especialmente importante a la hora de decidir qué juguetes son los más interesantes para ellos (¿Saben que hay programas informáticos que imitan la utilización del clásico juego Lego?, ¿No es exagerado digitalizar algo que es sencillo y satisfactorio de forma analógica?).
  • Facilitar un lenguaje sensato mediante conversaciones ajustadas a su edad, a sus intereses y a aspectos prácticos. El lenguaje es la mayor expresión de la actividad intelectual (Freud defendía que de los lapsus del lenguaje se podía extraer información de procesos intelectuales) pero lenguaje no significar hablar cuanto antes, rápido y con muchas palabras, sino intercambiar información con el interlocutor de forma inteligible. Tendemos a hablar a los niños como si fuesen adultos o a modular nuestra forma de expresión como si nosotros fuésemos niños pequeños. Las orientaciones educativas que se suelen ofrecer es que al niño hay que hablarle de forma clara y concisa, evitando ironías o giros que no comprenda (por desgracia para ellos, el español es un idioma en el que la ironía, la exageración y la teatralidad forman parte de su riqueza).
Via: Espacio logopédico